Por Jesús Montejano
(Delegación de Piedad Popular)
“A pesar de la secularización contemporánea, el pueblo cristiano advierte claramente que durante la Cuaresma hay que dirigir el espíritu hacia las realidades que son verdaderamente importantes; que hace falta un esfuerzo evangélico y una coherencia de vida, traducida en buenas obras, en forma de renuncia a lo superfluo y suntuoso, en expresiones de solidaridad con los que sufren y con los necesitados” Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia, n. 125).
Estas palabras del Directorio nos invitan a lo verdaderamente importante; nuestro rico mundo interior, el esfuerzo personal, la coherencia de vida, las buenas obras, la solidaridad. Todo ello está presente, de una u otra manera, en las expresiones de piedad popular. El sentido de fe del pueblo sabe el camino que ha de recorrer desde lo interior hacia lo exterior y desde lo exterior a lo interior.
El pasado día 4 de marzo, en la presentación del bello cartel de la Semana Santa de la ciudad de Guadalajara, se recordaba la importancia de la religiosidad popular en la Semana Santa como expresión del sentimiento de fe de un pueblo y de los diversos miembros de las cofradías y hermandades que están presentes en todos los rincones de la geografía diocesana.
El tiempo de Cuaresma en que nos encontramos hemos de recorrer un camino interior para que nuestra vivencia de la fe sea coherente y auténtica expresión de fe en Cristo, muerto y resucitado.
Para ello el Directorio nos invita a venerar a Cristo Crucificado, a leer la pasión del Señor, y a hacer vida lo que creemos con la oración y los sacramentos de la penitencia y la Eucaristía.