Por Juan Pablo Mañueco
(escritor y periodista)
Con ocasión de la inminente “Semana Santa”, he seleccionado cuatro poemas, cuatro “saetas” ambientadas en la Semana Santa de Guadalajara. Las cuatro primeras que aparecen en mi libro “Cantil de Cantos V. Las saetas” (2017).
http://aache.com/tienda/647-cantil-de-cantos-v-saetas-a-las-semanas-santas-de-espa%C3%B1a.html
Dicho libro ha sido comentado por la crítica de una forma bastante elogiosa:
http://www.herreracasado.com/2017/04/12/las-saetas-en-el-corazon-de-la-semana-santa/
Son cuatro saetas las presentes, como podían haber sido cuarenta, porque este es el número de composiciones que aparecen en él. Una saeta por cada Semana Santa regional de España, al menos, y bastantes más para las de Castilla y León, Castilla-La Mancha, Andalucía y Guadalajara, que es la que se lleva la palma en número de saetas.
El libro va escrito en una estrofa inédita, desconocida en la métrica hasta su publicación, que he denominado “estrofa castellana” (en este caso de arte menor) que ahora se verá en qué consiste.
Cuenta con el aliciente de haber sido sabiamente prologado por el etnólogo provincial, reciente y tristemente desaparecido, José Ramón López de los Mozos, por lo que dicho prólogo se ha convertido en uno de sus últimos trabajos.
Y ahora ya, sin más preámbulo, las cuatro primeras saetas de las cuarenta existentes…
Preludio:
Soneto a la Semana Santa de la Esperanza
Está la cofradía en Jueves Santo,
diciendo que Cristo Jesús se muere,
y yo le digo que espere, que espere,
que aún nadie le ha preparado el manto.
Está la cofradía en Viernes Santo
diciendo que Cristo Jesús se muere
y yo le digo que espere, que espere,
que aún no tengo preparado el llanto.
Está la cofradía en Sábado Santo
diciendo que Cristo Jesús se ha muerto,
y yo le digo que viene cubierto
por el domingo del Domingo Santo:
dice no es cierto, no es cierto, no es cierto,
que el Cristo Jesús está ya despierto.
Saeta del Borriquillo de Guadalajara
(Domingo de Ramos)
Las palmas y los olivos
a Jesús, Cristo, saludan,
de Pascua en preparativos
a los que fieles acudan.
Jerusalén da motivos
a aquellos que aún de Él dudan
de que, con ramas de olivos,
al Jesús de la fe acudan
¡Oh, Jesús del borriquillo.
quiero ser tu monaguillo,
para ir a Jerusalén
y ya nunca salir de él!
Los cánticos y oraciones
dan bienvenida a sus dones.
¡Quién diría que, después,
le sangrarían los pies,
pues sería Barrabás
quien ellos preferirán!
¡Deja, Dios del borriquillo,
que sea tu monaguillo,
hoy día y los que vendrán!
Saeta de la Virgen de la Misericordia
de la iglesia de San Francisco,
(Lunes Santo)
María en Misericordia
que hasta tu Arriaca has llegado,
ya nos has enamorado,
pues nos anuncias la gloria.
Mantos te cubren tan largos
como tu corona y lirios.
Tiéndenos a todos manos
que en tu ribera hagan sitio.
Tu hogar está en San Francisco
y en San Nicolás tu inicio
para viajar por Arriaca.
¡Toda la ciudad te aclama!
¡Que a la Misericordia ama
y siente, Guadalajara!
Preguntas: “¿Dónde mi Hijo?”
Dice Arriaca: “ Aquí, contigo”.
Aria
Vía Crucis de la Juventud
del Martes Santo en Guadalajara
(Martes Santo)
Vía Crucis, Juventud,
en el arriacense Martes
Santo, cuyos estandartes
son fe, antorchas y la cruz
de madera, que compartes
para compartir la luz.
Jóvenes en multitud,
nuevos de la fe baluartes.
Oooh, antorchas iluminadas,
la sombra en Guadalajara
eleva las llamaradas
de noches que a Dios nos llaman.
Oooh, donde cada estación
es punto de reunión
y de pausada lectura
de la Sagrada Escritura
para calmar el dolor
de esta Noche de Pasión.
¡El camino de la Cruz
escalando a la virtud!:
Jesús, condenado a muerte.
Jesús, a la cruz se inserte
Jesús cae primera vez.
Jesús a su Madre ve.
Cirineo ayuda a Jesús.
Verónica limpia a Jesús.
Jesús cae segunda vez.
Consuela a Jerusalén.
Jesús cae tercera vez.
Sin ropajes ya se ve.
Jesús, clavado en la cruz.
Jesús, ha muerto en la cruz.
Descendido a la Piedad.
En el sepulcro ya está.
Vía Crucis, Juventud,
en el arriacense Martes
Santo, cuyos estandartes
son fe, antorchas y la cruz
de madera, que compartes
para compartir la luz.
Jóvenes en multitud,
nuevos de la fe baluartes.
¡Oooh, antorchas iluminadas,
la sombra en Guadalajara
eleva las llamaradas
de noches que a Dios nos llaman!
12-4-16
Juan Pablo Mañueco.
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