Ana I. Gil Valdeolivas
(Delegación de Apostolado Seglar)
Comenzamos el triduo Pascual, nos preparamos para el gran acontecimiento de nuestras vidas. Cristo VIVE. Tres días intensos de amor, días de intimidad, días de dejarnos sorprender por el Señor. Son días de penetrar en el Corazón de Jesús, siendo testigos de todo lo que pasa en Él.
Días para pedirle al Señor: “Quiero pasar contigo todo lo que has sufrido por nosotros. No me quiero perder nada, quiero Señor estar atenta, centrada en ti, para descubrir tus sentimientos, lo que me tiene que decir tu corazón. Ayúdame a dejar fuera el bullicio de mi día cotidiano, del exterior, la dispersión, la superficialidad y que sean días totalmente de ir a tu encuentro de dejarme encontrar por ti, de abrirte mi ser, de permanecer a tu lado, e ir descubriendo lo que viviste en aquellos momentos.
Comenzamos este caminar con el Jueves Santo, un día en que se nos regala el amor extremo: día de la institución de la Eucaristía, día del testamento de amor de Jesús, día del perdón, de amor a los suyos, día de Getsemaní. Señor no quiero, perderme nada, quiero estar allí:
“Cuando llegó la hora se puso a la mesa con los apóstoles y les dijo: Vivamente he deseado comer esta Pascua con vosotros antes de padecer, porque os digo que ya no la comeré hasta que se cumpla en el Reino de Dios”. Quiero entrar en el cenáculo y escuchar “lo bendijo, lo partió y lo dio a sus discípulos diciendo: “Tomad, comed, esto es mi cuerpo”
Quiero vivir otro regalo de AMOR, dejarme lavar los pies, sin titubeos, entendiendo la importancia del servicio al otro, al que me rodea, a mi prójimo haciendo mío el mandamiento, el gran testamento del amor: “Éste es mi mandamiento: que os améis unos a otros como Yo os he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que Yo os mando. Esto os mando: que os améis unos a otros”
Dejarme lavar es dejarme acariciar por ti, y aprender a acariciar, es disculpar las durezas y defectos de los demás, y ver los míos propios, es sentir tu perdón y aprender a perdonar.
Quiero en estos días responder a preguntas: ¿cómo es mi amor?,¿amo como Él me amó y me ama?, preguntas que, junto al sagrario, al monumento, junto a la cruz poder contestar, con sinceridad.
Quiero ir a Getsemaní, y ser capaz de estar en vela y orar, junto al Señor, que se sienta acompañada por MI y por TI.
Señor ¡quiero conocer tus sentimientos!, penetrar en tu Corazón para que contagies el deseo de ti, sentir el amor que te inunda, y que te lleva a dar tu vida por mí.
Recuerdo como vivo mis encuentros contigo, La Eucaristía, el Papa nos recuerda que la Eucaristía nos tiene que emocionar, ¿me emocionan? en ellas me dices, toma come mi cuerpo, bebe mi sangre… Señor ¿qué hago con ellas?, ¿Qué hago en ellas?, ¿Cómo las vivo?,¿las preparo? ¿las deseo?,¿las amo?... días para contestarlas