Por Javier Bravo
(Delegación de Medios de Comunicación Social)
¡¡¡Feliz Pascua de Resurrección, mis queridos lectores!!!
Una vez más nos encontramos a través de este medio y en este apartado de opinión de la web del obispado para tratar de seguir dando pistas, consejos, apuntes… sobre la evangelización en internet y el mundo de las RRSS (Redes Sociales).
Me vais a permitir que en esta ocasión, me salte un poco el guión y os traiga el aporte y comentario de un artículo aparecido el mes pasado en prensa escrita.
Es extraño y poco común que en la sección de opinión de un gran periódico aparezca a página completa un artículo dedicado estrictamente a la oración y lo que ésta puede beneficiar a la persona. Pues sí amigos, esto ha ocurrido con una bella oda a la oración escrita por Miguel Ángel Robles para ABC Sevilla cuyo título es “Reza por mi”.
Pero lo sorprendente es que no sólo haya salido en un periódico sino que además se ha hecho viral en las redes sociales. Muchos usuarios de Facebook y Twitter, entre los que me incluyo, hemos compartido este bello texto que, sin pretenderlo, está llegando tanto a creyentes como a no creyentes en el mundo.
Extraeré del texto alguna frase que más ha calado en mí. “Rezar, y que recen por ti, es la mayor aspiración que uno tiene en la vida”. Es un inmenso privilegio el poder rezar mutuamente el uno por el otro. Cuando alguien nos pide o le pedimos que rece por nosotros, estamos abriéndonos a la capacidad de amor total del uno por el otro. ¿Tanto me importa o le importamos al otro para pedirle algo tan íntimo y sencillo? Así empezaba Francisco I, nuestro Papa, su pontificado cuando salió al balcón de la Logia y ante los presentes en la plaza y los fieles que lo veíamos en televisión pidió ”Recen por mi”.
“Rezar es…”, por ejemplo, “curar las heridas, superar el daño que te han hecho”. En mi opinión, es pasar página y volver a empezar, Perdonar y también pedir perdón -¡qué difícil en muchas ocasiones y cuánto nos cuesta rebajarnos al otro!- y sobre todo, es ser agradecido por vivir y con lo que la vida te ha dado. Y vivir cada día con ilusión renovada.
Termino con las últimas palabras del texto: “Rezar es tener fe, en la vida, en las personas, amigos, en Dios. Y sobre todo, rezar es creer y ser practicante de un mundo mejor”. Sólo nos queda llevarlo a la práctica. El la imagen tenéis el texto íntegro o pinchando aqui
Hasta una nueva ocasión.