Adviento es tiempo de espera, pero también es tiempo de ponerse en camino
Por Ángela Carmona
Delegación de Juventud
Adviento es tiempo de espera, pero también es tiempo de ponerse en camino. Así comenzábamos la Delegación Diocesana de Juventud esta 30ª Marcha Diocesana de Adviento, bajo el lema “Deja nacer el Amor”. Cuatro semanas por delante para poner en marcha nuestros corazones, preparando así, de manera activa, la llegada del Señor a nuestras vidas.
Si durante este tiempo no cambiamos en algo, de poco habrán servido los calendarios, las coronas, las velas, etc. Prepararnos para el nacimiento de Jesús tiene que ser un cambio, en primer lugar, interior, algo que empiece en nosotros mismos. Por eso debemos ir, como anunciaba san Juan, preparando el camino al Señor, con las buenas obras de nuestra vida, con pequeños detalles que dejen nacer al “Amor” en el mundo.
Quizá convendría ir fijándonos pequeños objetivos que vayamos alcanzando semana a semana. Podríamos comenzar por amar a los demás, a través de detalles concretos: en casa, con los compañeros, con los amigos, o quizá con aquellos que no son tan amigos… Que podamos reflejar en ellos el amor que Dios nos tiene.
Otro pequeño escalón a conseguir, en la segunda semana: crecer en el amor a Dios, a través de lecturas, de una mejor participación en los sacramentos, cuidando momentos personales de oración, etc. Que en este tiempo aumente en la experiencia de ese Dios que nos ama con locura.
Un tercer escalón, que a veces nos cuesta subir, es el amor a uno mismo: cuidarnos, descansar, limpiar un poco nuestro corazón para que en él reine la alegría y la paz, tener pensamientos positivos, mirar con buenos ojos a todos, etc.
Si vivimos el adviento de esta manera, podremos ser, en la última semana, regalo para todos los demás, saber compartir con ellos la buena noticia que supone que Dios se hace hombre; compartir la dicha de saber que tanto amó Dios al mundo que envió a su Hijo para salvarnos.
¡Feliz Adviento!