Por Raúl Pérez Sanz
(Delegación de Liturgia)
En nuestro curso sobre “La Misa explicada” Comenzamos preguntándonos: ¿Qué es celebración?
Describimos celebración como “acción de celebrar”. En una estrictamente litúrgica, definimos que celebrar es: realizar una acción por la que Dios es perfectamente glorificado y el hombre perfectamente santificado.
Es acción realizada… es decir, ha de ser perceptible por los sentidos y ser situada en la historia, en el tiempo (aquí y ahora) y lugar (hoy y siempre) dando pie así, al acontecimiento.
…donde Dios es perfectamente glorificado… La gloria de Dios no puede aumentar ni disminuir pues es infinita, sin embrago, si puede difundirse, irradiarse, expandirse, comunicarse y extenderse. En la celebración litúrgica la Gloria de Dios se expande. Es Teofanía.
…y el hombre perfectamente santificado. Por su naturaleza, el hombre no es santo. Tras la caída del pecado original necesita ser redimido por otro, por el Santo, le ha de santificar el tres veces Santo.
Tan solo hay un acontecimiento histórico que reúne todas estas notas anteriores: Tiempo y espacio determinado, donde Dios es glorificado y el hombre santificado es: el Misterio Pascual de Nuestro Señor Jesucristo. Por ello, la Iglesia en su Liturgia celebra principalmente el Misterio Pascual por el que Cristo realizó la obra de nuestra salvación con su muerte redentora, sepultura fecunda y resurrección gloriosa.
En la próxima lección estudiaremos el Misterio Pascual.
Feliz tiempo pascual y mes de mayo, mes de María.