Por Agustín Bugeda Sanz
(vicario general)
En estas fechas, estamos todos de alguna manera organizando nuestra “cartera” para comenzar un nuevo curso. No sólo los pequeños estrenan aulas y profesores, sino que cada uno de diversas maneras estamos programando nuestro trabajo y también nuestro tiempo libre con diversas actividades, cursos, ocupaciones… Todos estrenamos proyectos y actividades, tiempo gozoso pues de recomenzar.
También la Diócesis se dispone en estos días a una nueva etapa pastoral: Algunas parroquias estrenan nuevos párrocos y colaboradores, a los que damos la bienvenida y les agradecemos toda su disponibilidad; en todas las parroquias y comunidades se está programando un nuevo curso con diferentes objetivos y tareas, les animamos a poner el listón alto y confiar siempre en la acción de Dios; nuestra hoja diocesana, El Eco, comienza una nueva andadura totalmente renovado a partir de su número 4.000, le damos la enhorabuena y alentamos en ese camino perseverante semana a semana; se acaba de publicar el Calendario Pastoral 2018-2019 con una gran cantidad de iniciativas de unos y otros, sirva el calendario para animarnos y considerar que todo es nuestro, tanto si podemos participar o no directamente.
Y en este comienzo diocesano, nuestra mirada se dirige sobre todo al Sínodo diocesano que nuestro obispo nos anunciaba en el pasado mes de mayo. El Sínodo como estilo de trabajo, como espíritu de comunión y como tarea compartida nos ocupará fundamentalmente en los próximos años para responder adecuadamente a lo que Dios quiera de nosotros.
Durante este año a través de encuentros, publicaciones, celebraciones, conferencias, eslogan, himno… queremos todos los diocesanos aprender bien lo que es un sínodo, para qué este sínodo en este momento de nuestra historia y cómo lo tendremos que vivir. Y todo ello, profundizando en el ser de nuestro Iglesia como Iglesia sinodal, Iglesia en comunión, de todos y para todos, tal como nos lo está recordando frecuentemente el Papa Francisco.
El Encuentro del Pueblo de Dios el próximo 6 de octubre será una jornada fundamental para comenzar el camino sinodal; y la convocatoria oficial al Sínodo que nos hará el Sr. Obispo en una celebración solemne en la Catedral el próximo 2 de diciembre, primer domingo de Adviento, será un momento gozoso y de esperanza en este camino. Dos citas fundamentales que debemos poner en rojo en nuestros calendarios y programaciones para no faltar.
Con ilusión y esperanza ante este camino sinodal que nos ha abierto D. Atilano, os deseo todo lo mejor en este nuevo curso pastoral, siempre tiempo de gracia, tiempo de que Dios siga realizando sus maravillas en nosotros.