Raúl Pérez Sanz
(delegado de Liturgia)
Después de nuestro descanso estival volvemos de nuevo a la carga en este nuevo curso y seguimos explicando la Eucaristía En este artículo contestamos a la pregunta ¿quién celebra?
Cristo es el celebrante principal, la celebración eucarística es el momento de la presencia del Dios salvador, la “hora” del “yo soy”. Cristo vive en comunión con el Padre y el Espíritu Santo, por ello, la Eucaristía pertenece por entero a la Santísima Trinidad. El Padre ordena, el Hijo actúa y el Espíritu Santo la inspira.
Si mirando desde arriba celebra la Santísima Trinidad, mirando desde abajo, quien celebra es la Iglesia entera. Celebra pues Cristo total: cabeza y cuerpo.
Ahora bien, la asamblea que celebra, el cuerpo de Cristo, es la comunidad de los bautizados que, quedan consagrados como casa espiritual y sacerdocio santo.
Puesto que celebra toda la Iglesia, también los bienaventurados se unen a la Iglesia de la tierra al igual que la Iglesia purgante.
Hemos de evitar, por lo tanto, esa especie de secuestro de la celebración haciendo referencia únicamente a la Iglesia peregrina en la tierra. O pensar que quien celebra es el sacerdote que preside la asamblea.
Nos dice la Ordenación General del Misal Romano: “La celebración eucarística es acción de Cristo y de la Iglesia, un pueblo santo congregado y ordenado bajo la dirección del Obispo… Todos, ministros ordenados o fieles laicos, al desempeñar su ministerio u oficio, harán todo y sólo aquello que les corresponde” (OGMR 91).
En la Eucaristía el ministro ordenado es como el “icono” de Cristo sacerdote. En orden a ejercer las funciones del sacerdocio común de los fieles aparecen también otros ministerios particulares “… los acólitos, lectores, comentadores y los que pertenecen a la Schola cantorum, todos desempeñan un auténtico ministerio litúrgico”. (CCE 1143).
En el próximo articulo estudiaremos ¿Para qué se celebra?
Feliz comienzo de Curso. Que el Señor nos ayude a caminar hacia el Sínodo Diocesano con entusiasmo y decisión.