Por Alfonso Olmos
(Director de la Oficina de Información)
El inicio de curso está marcado por la celebración del Encuentro del Pueblo de Dios, que este año tratará de motivar la próxima convocatoria del Sínodo Diocesano que en breve convocará el obispo. La asamblea de 6 de octubre intentará responder a tres preguntas claves: ¿Qué es un Sínodo?, ¿Por qué este Sínodo hoy? y ¿Cómo se desarrollará?
Sin duda la celebración del sínodo, será un revulsivo en nuestra diócesis y no nos puede encontrar desprevenidos. Va a ser, sin duda, un motivo de gracia. Al inicio de este curso pastoral toda la comunidad diocesana, el obispo, los sacerdotes, los religiosos y religiosas, tanto de vida activa como contemplativa, los seminaristas, los laicos consagrados, los seglares que viven su fe en las diversas parroquias, grupos o movimientos, debemos ponernos en camino sinodal.
Esto requiere determinación y audacia. Debemos mirar al pasado para estar agradecidos por el trabajo y esfuerzo de muchas personas que han entregado su vida al servicio del evangelio en esta tierra. Tenemos que tener perspectiva de futuro, porque muchas cosas, ineludiblemente, tienen que cambiar. El presente requiere mucho vigor en los que todavía reman, para llevar la nave de la Iglesia a buen puerto.
Andar el camino sinodal es tarea de todos: apoyándonos los unos a los otros, aportando nuestros talentos y cualidades. Hay que descubrir qué quiere Dios de esta porción de su pueblo, que se llama diócesis de Sigüenza-Guadalajara y obrar en consecuencia.
En este mes de octubre, en el que el papa Francisco nos pide oraciones especiales por la Iglesia, recemos a María nuestra madre y a San Miguel Arcángel que intercedan por el Pueblo de Dios, y por todos los que nos disponemos a recorrer este camino eclesial denominado Sínodo Diocesano.