Por Cáritas Diocesana
Definición de finanzas éticas
Las finanzas éticas implican a las personas y su capacidad de ahorro en proyectos que buscan el desarrollo, la redistribución de la riqueza y la protección del medio ambiente en cualquier lugar del planeta. Ser coherente con los valores éticos personales tiene mucho que ver con la capacidad de escoger dónde y cómo invertir los ahorros; la elección también determina nuestra responsabilidad en los efectos sobre el desarrollo humano y la ecología que tiene el uso de nuestro dinero. (Finanzas éticas: La otra cara de la moneda)
¿Cómo surgen las finanzas éticas?
El dinero nació como una herramienta que ha contribuido a simplificar las transacciones necesarias para el desarrollo de la actividad económica y el intercambio de bienes y servicios que las personas necesitan para vivir, reemplazando al trueque e intercambio directo de bienes, que -en ocasiones- dificultaba la agilidad en el comercio y la compensación en el valor asignado a cada bien o servicio.
La función original del dinero comenzó a desvirtuarse, asignándole unos fines diferentes, pasando de ser un medio a convertirse en un fin en sí mismo, o ser utilizado para actividades nocivas para las personas.
Las finanzas éticas surgen como reacción y cuestionamiento a esta realidad, siendo promovida por diversos grupos activistas de ciudadanos, principalmente en EEUU y Europa, durante la segunda mitad del siglo XX.
Estas iniciativas fueron confluyendo en proyectos que se han ido plasmando en la creación de organizaciones de denuncia y sensibilización sobre esta realidad, como así también de construcción de alternativas de utilización ética del dinero, como son los fondos éticos, los fondos de inversión socialmente responsable, los fondos solidarios, los bancos éticos y también las actividades “para bancarias” ejercidas por entidades sociales.
Principios de las finanzas éticas según la asociacion FETS (Financiación Ética y Solidaria):
- Principio de Ética Aplicada: La ética como un proceso de reflexión permanente en la aplicación de los criterios de inversión y concesión de créditos.
- Principio de Coherencia: Utilizar el dinero de forma coherente con nuestros valores.
- Principio de Participación: La toma de decisiones tiene lugar de forma democrática. No se trata sólo de que los socios voten, sino que tienen que poder participar en la definición de las políticas básicas de la entidad.
- Principio de Transparencia: Es necesario ofrecer información regular y pública de todas las actividades y sus consecuencias.
- Principio de Implicación: Las entidades de financiamiento ético tienen que ir más allá de los criterios negativos y tienen que definir su política de inversión siguiendo criterios positivos para poder transformar la sociedad.
Cáritas con la Economía Solidaria