Por Ángel Moreno
(de Buenafuente)
Los hechos me confirman tu favor.
Reconozco tu paso por mi vida
y siento estremecerme al pensar
¿Es posible tu acción en mi pobreza?
¿Acaso soy herido por tu amor,
para necesitar siempre de tu gracia?
Reconozco no es razón mi persona
de mi historia recorrida de tu mano.
Me da pudor el reconocimiento
que me hacen generoso los amigos.
Recibe Tú el honor y la alabanza.
Es de justicia invocar tu nombre.
Si has querido tomar este barro,
para más darte a otros generoso,
sea ahora mediación de los amigos
al darte el homenaje merecido.
Si yo no soy motivo de alabanza,
seas reconocido en mi persona,
pues si en algo destacó mi existencia
fue en necesidad de misericordia.
No quiero apropiarme de tus derechos.
Ni quiero reivindicar lo que es tuyo,
acepto ser canal para los fieles
de su canto de gloria y el hosanna.
Mas, entre nosotros, bien lo conoces,
los hechos no responden a mi entrega.
Tú has querido valerte de mi herida,
dejándome conciencia de tu gracia.
Me sumo a la alabanza, al homenaje,
a tu nombre y providencia amiga.
Bien sé yo donde mana y fluye el agua,
que reconvirtió el páramo en jardín.
Ha sido el borbotón de tu costado,
el torrente crecido, desbordante,
el manantial donde sacié mi sed
y me convertí en sorbo para otros.
Aquí quedo sumido en el misterio
de que sea posible tanta gracia
a través de mediación tan humana,
paradoja constante en mi existencia.
Cáceres, 19, 09, 2019