Por Juan Pablo Mañueco
(Escritor y periodista)
I. En Sigüenza un doncel lee
En Sigüenza un doncel lee
cosas de un hondo calado.
No otra cosa ya él desee
que meditar recostado
sobre un libro en el que cree,
pues a él su vista ha bajado
Y medita a nuestro lado.
II. Con silenciosa lectura
Es sepulcro tan humano
que el doncel con armadura
sitúa aún al mismo plano
su recostada figura
-que se acoda en una mano-
y la levanta en altura
con su silente lectura.
III. En plateresca caverna
La pierna sobre otra pierna
complementa su contorno;
en esa postura eterna
toda la capilla entorno,
cual plateresca caverna
que le sirve como adorno.
Los ojos, como él, retorno.
IV. En el templo, contemplado
Martín Vázquez de Arce siente
nuestra presencia a su lado
y notamos que su frente
hacia nosotros ha alzado
y nos mira fijamente
sintiéndose contemplado.
En la capilla, observado.
V. Qué sueños sigue soñando
Responde a nuestra pregunta
que casi estaba sonando,
con curiosidad que apunta
a lo que estaba encontrando
en tal lectura trasunta
sobre los siglos quedando.
Qué sueños viene soñando.
VI. El libro del interior
Martín Vázquez de Arce dice
que el libro que está leyendo,
es el libro que tamice
cuanto que se va sabiendo
y el valor que más priorice:
el que siempre siga siendo.
El espíritu encendiendo.
VII. Por leer sigue viviendo
Sigüenza, doncel que lee.
Con silenciosa lectura.
En plateresca caverna.
Una relectura eterna.
Seis siglos que ya dura.
Sin que el joven parpadee.
Por leer sigue viviendo.
Juan Pablo Mañueco
del libro "Los versos del cardenal y los septetos dobles" (2017)