Por Juan Pablo Mañueco
(escritor y periodista)
Tengo frío por dentro de los días,
pero, al rescoldo de la fe, enardeces.
Es el calor que tú siempre me ofreces
de Amparo Virgen que mis ojos guías.
Miro tu altar en que, en alba, amaneces,
blanca figura claustro de energías
donde me inspiras nuevas sacras vías
que desde ese tu trono a mí me ofreces.
Gracias por el calor que a travesías
diarias das de la humana mortal gente,
y la esperanza que en ella floreces.
El calor junto a ti crece y se siente
del cielo que nos bajas cual tesoro
mayor, a tu Hijo. Verso único que amo y adoro.
Juan Pablo Mañueco