Por la Dra. Laura Lara y la Dra. María Lara
(Profesoras universitarias, escritoras y académicas de la Televisión) (*)
Hace unos meses, viajando Laura Lara y yo por Cáceres y Badajoz para impartir conferencias en el periódico regional sobre “Amantes y favoritas de los Reyes de España”, nos encontrábamos con antiguos compañeros de la Brigada Extremadura XI.
Con uno de nuestros libros bajo el brazo, en esa ocasión el Breviario de Historia de España, divisábamos la Base Militar de Bótoa recordando el poema que, en la sala histórica, luce. Lo escribí con el título de “Undécimo Tercio” cuando nos impusieron a Laura y a mí la boina de la División San Marcial y, después, fue un motivo de satisfacción saber que las tropas españolas lo llevaron a Irak y Mali.
En estos versos, compuestos de camino hacia Portugal para hacer trabajo de campo, en concreto hacia Elvas, donde está el Museo de Caballería del Ejército portugués, hablo del valor de la derrota. De hecho, en 1643, cuando las tropas españolas mordían el polvo del fracaso en la batalla de Rocroi, se creó el Tercio de Elvas y aunque ganaron los franceses, en las Árdenas quedó incólume el honor.
Aunque parezca contradictorio, el modo de afrontar esa circunstancia que ninguno deseamos en nuestra vida, también enseña. Es lo que la psicología llama hoy resiliencia, la capacidad de los metales, y también del ser humano, de moldearse sin romperse ante la dificultad.
Porque en un tiempo de Paz la moral de los Tercios ha de seguir vigente, en cuanto a simpatía y emprendimiento, en su cara más amable, comparto con la Diócesis de Sigüenza-Guadalajara estas estrofas, con esa doble dimensión de agradecimiento como poeta del Ejército y de meditación sobre las puertas que en la Historia se cierran y las ventanas que aguardan.
En el poema Undécimo Tercio evoco cómo se vinculó la Inmaculada con la Infantería. Reviviendo cómo a través de la tabla con la estampa de la Virgen, descubierta en esa vigilia en Empel allá por 1585, los Tercios de Flandes se encontraron con “Dios español” como Amigo en el país del hielo.
UNDÉCIMO TERCIO
Siempre el caer la noche
implica cruzar la raya:
invisible hilo del infante,
lusitano o español,
que con la caballería enlaza.
Plática amable
en torno a una hoguera,
camarada honesta de los Tercios.
Badajoz y Elvas,
oro hermano, opinión y crédito.
Rocroi, honor humano
y fragor de máquina.
Hidalga protección
de la bravía sangre,
sin padrino el mérito
ejerce de rubor excelso...
En silla el sabio Fontaine
atalayas cuita
y dibuja cercos,
mas anda Condé al acecho,
con su rey difunto,
los rondós en duelo.
Siembra la guadaña cadavérica
las Ardenas de pavor labriego.
Espía Melo, cesando intentos,
altas las manos, en tropel revuelto.
"No paséis, sombra del fulgurante sol.
No extendáis la rabia en la patria
que incauta el bajel corsario
y al vencido abraza en inmemorial acuerdo".
Es un ay sin alboroto
ante el hierro horrendo.
Gime la tierra
atomizando rocas,
cierta vizcaína la mano estrecha
en un azar de voluntad villano.
Generosa agalla: ¡contad los muertos!
Undécima brigada
a penúltima hora,
no hay vuelta atrás,
pero sí naranjas,
tronará en su imperio
de azahar el ramo.
Entre mosquetes y salvas,
por Breda con dehesas sueña
don Olivante de Laura.
Y, en Flandes, repican picas
de honra y piedad las selvas.
Alsaciana moral, jinetería flamenca.
En la Puerta de Palmas,
modestia, verdad, fortuna,
milicia de cabal memoria,
coraza y cruz de Borgoña.
Empel, con Dios español
por amigo en el país del hielo.
Una polícroma tabla
es retrato de la más bella hembra.
Purísima dama salvífica
de estirpe nazarena:
maternal celo; de Iberia, natura;
al aire sus tocas, allende las olas.
Siempre el caer la noche
implica cruzar la raya.
(*) Las Doctoras Laura Lara y María Lara son Profesoras de la UDIMA, Primer Premio Nacional de Fin de Carrera en Historia del Gobierno de España, académicas de la Televisión, historiadoras del Servicio Histórico y Cultural del Ejército del Are y Escritoras, con el Premio Algaba entre otros galardones.