Mª Lourdes López García
(Cáritas diocesana Sigüenza-Guadalajara)
Si una persona es capaz de mejorar el mundo, imagínate lo que podemos hacer juntos. Es el momento de ayudarnos y de sumar esfuerzos
Vamos a celebrar próximamente la festividad del Corpus Christi, Día de Caridad, Día de Cáritas,este año muy distinto y diferente al de años anteriores, la pandemia del Covid19 ha cambiado mucho nuestras vidas, en esta crisis lo primero que ha quedado al descubierto es nuestra fragilidad como persona y como sociedad. Todo ello afecta en lo biológico, económico, geográfico y ambiental; y con la particularidad que toda esta toma de conciencia se ha dado al mismo tiempo, un absoluto estado de shock, creíamos vivir en un mundo casi de seguridad total y en cambio hemos descubierto que la única totalidad existente es la inseguridad.
Desde el principio de esta situación hemos estado oyendo: “cuando terminará todo esto, porque seguro que tiene que pasar”, “seguramente saldremos de esto”, “vamos a ganarle al Covid”, y al mismo tiempo estas otras expresiones: “todo será distinto”, “ya no vamos a ser como antes, todo tendrá que ser diferente”, “hemos aprendido la lección”, y otras semejantes.
Todo esto creo que nos revela tres sentimientos: Una esperanza profunda, un reconocimiento de que todo lo que estamos viviendo nos va a transformar y que tenemos una tarea inmensa por hacer.
En este contexto celebramos el día de Cáritas, nuestra misión es acompañar, analizar la realidad social y proponer alternativas viables para reducir la pobreza y la desigualdad social, garantizando los derechos de las personas vulnerables y en situación de exclusión, y promoviendo su dignidad humana, de ahí la importancia de articular respuestas generosas y valientes para afrontar los efectos de una situación de emergencia sanitaria, económica y social como la que estamos viviendo.
Es un momento que reclama, como nunca antes, el trabajo en red en el que Cáritas ha desarrollado siempre su vocación de servicio y en el que es indispensable una confluencia de sinergias que sume voluntades y recursos por parte de todos los poderes públicos, las organizaciones del Tercer Sector Social, los agentes sociales y económicos, y el conjunto de la sociedad civil, como nos lo recuerdan nuestros obispos en el Mensaje del Día de la Caridad: “Sentados a la mesa con ellos”.
En este día del Corpus Christi, día del Amor por excelencia, se nos invita a salir de nosotros mismos e ir al encuentro de los demás, a todas esas personas que están caminando por la vida sin sentido, marcadas por el dolor, el sufrimiento o la enfermedad, familias que se han quedado sin trabajo, personas sin hogar, mayores en soledad, jóvenes sin rumbo, … revisar cómo está siendo nuestro compromiso con los más necesitados y dejarnos tocar por Jesús de Nazaret, que sentado a la mesa con sus amigos, les dijo: “Haced esto en memoria mía”, y hoy a cada uno de nosotros nos invita y llama a ser discípulos misioneros, a estar en salida, a ir a las periferias de nuestro mundo llevando acogida, atención, acompañamiento, esperanza y dignidad.
El poder de cada persona es grande, es momento de ayudarnos y de sumar esfuerzos.Agradecemos a tantos voluntarios y colaboradores de Cáritas que día a día ofrecen lo mejor de sí mismos compartiéndolo con los que más lo necesitan; es la respuesta comprometida a esa exigencia interior que nace de la vocación cristiana que hemos recibido y a la vez, hacemos un llamamiento a todas las personas, a que puedan colaborar con Cáritas como voluntarios, como donantes, como colaboradores puntuales, … “Si una persona es capaz de mejora el mundo, imagínate lo que podemos hacer juntos”.
Hoy es un excelente día para comprometernos con Cáritas y vivir el compromiso caritativo, social y político. El papa Francisco nos anima a ello: “Benditas las manos que se abren para acoger a los pobres y ayudarlos: son manos que traen esperanza. Benditas las manos que se abren sin pedir nada a cambio, sin peros ni condiciones: son manos que hacen descender sobre los hermanos la bendición de Dios”.