Por Juan Pablo Mañueco
(escritor y periodista)
Oh, sí, llama de amor para el humano
nos trajo en su antorcha Prometeo:
fuego, calor que luzca en el deseo
de su brazo amoroso e ígnea mano.
Cual cordero de Dios nos dio el hebreo
canto de esperanza, en forma de cristiano
recental de la luz, que se hace hermano
salvador de la noche el Galileo.
Fuiste en el viejo mundo, ya hoy anciano,
lo que para nosotros es Jesús, Prometeo:
Promesa de llegar después… hasta el centelleo
de un ramo no ardido, por siempre ya lozano.
Por eso yo os confirmo, Prometeo
-Titán en sacrificio-, y a ti, Jesús, el Nazareno
-de amor por la Humanidad en ambos casos lleno-,
el nuevo de la luz centelleo
eres tú, Jesús, y Prometeo…
era rumor de tu figura venidera, bisbiseo
de tu llegada, en leños de lumbre crucificado, ambos en sacrificio pleno.
Juan Pablo Mañueco
Premio CERVANTES-CELA-BUERO VALLEJO, 2016.
Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha
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