Funerales por los sacerdotes diocesanos fallecidos durante el estado de alarma

Cinco sacerdotes diocesanos fallecieron durante el estado de alarma ocasionado por el coronavirus y ahora tienen los funerales que entonces apenas fueron posibles

 

Por Jesús de las Heras Muela

(Periodista y sacerdote. Deán de la catedral de Sigüenza)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En treinta y cinco días del cerca del centenar de jornadas del estado de alama ocasionado por la emergencia sanitaria grave del coronavirus, en las semanas más crudas, fallecieron, cinco sacerdotes diocesanos, con edades comprendidas entre los 84 y los 94 años. Por ellos, se ofrecieron misas privadas en sus parroquias y de distintos sacerdotes,  así como en la concatedral de Guadalajara (misa televisada por Guadalajara y por las redes sociales de la parroquia de Santa María) y en la catedral, a través de Facebook. 

"/En cuanto a miembros de la vida consagrada, fallecieron, por causas ajenas al COVID 19, dos monjas clarisas: sor Presentación  (Pilar Latasa Latorre), en Molina de Aragón, y sor Purificación (Demetria Sotoca Lucía), en Sigüenza.  En relación con el laicado, por causas propias de la pandemia o ajenas,  fallecieron varios seglares durante los cien días del estado de alarma. Como botón de muestra, y pidiendo disculpas de antemano por las posibles omisiones, he aquí una veintena de nombres: José Ortega, Lorenzo de Grandes, Mariano González, Domingo Feliciana Peinado y Antonio Pajares, de Guadalajara; Martín José Contreras, Teresa de Luis, Teresa Laguna, Ángeles Alguacil y Felisa Hernando, de Sigüenza; y Ángel Gómez Aguilera de El Coto, así como el general José María Sánchez de Toca, Ángel Corral, Rosaura Martínez Cejudo, Angelines Larriba y José María de Águeda.

Además, el miércoles 22 de julio, el crucero de la catedral de Sigüenza acogió un solemne funeral por todas las víctimas, presidido por el obispo don Atilano Rodríguez, y con numerosas autoridades presentes en la celebración; y el domingo 26 de julio, fiesta de san Joaquín y de santa Ana, los padres de María y los abuelos de Jesús, en todas las misas parroquiales y comunitarias de la diócesis se rezó por esta intención.

Ahora, con el verano han llegado el tiempo de sus funerales diocesanos institucionales, programados en coordinación con el obispo y las respectivas familias y comunidades de los sacerdotes fallecidos.

 

Entre el 4 de julio y el 10 de septiembre

 

La parroquia de San Antonio de Padua, de la que fue párroco casi un decena de años, acogió el pasado sábado, día 22 de agosto, a las 12 horas, el funeral por el sacerdote diocesano Antonio Herrera Riofrío, fallecido el 29 de abril y ya muy próximo a los 94 años. Fue enterrado en su pueblo natal de Membrillera.

La catedral de Sigüenza acogía a las 11 horas del anteayer, miércoles 26 de agosto, fecha del que sería 85 cumpleaños, la misa funeral y posterior inhumación de las cenizas de Marciano Somolinos de la Vega, fallecido en Guadalajara el 1 de abril.

Y en la parroquia de Santa María, también de Sigüenza, a las 12 horas, en este caso y el sábado día 29, mañana, habrá un funeral por su anterior párroco, Daniel Sánchez Domínguez, fallecido en la noche del domingo al lunes de Pascua, en Sigüenza, a los 84 años.

En los tres casos, la celebración es presidida por el obispo diocesano, quien ya hizo lo propio en la concatedral, en la tarde del sábado 4 de julio en misa ofrecida por el asimismo sacerdote diocesano Benigno Alguacil Martínez, fallecido el 5 de mayo, con 86 años.

Por último, el funeral por el otro sacerdote de la diócesis fallecido durante el estado de alarma, Florentino López Barra, de 92 años, y muerto el 14 de abril, será el jueves 10 de septiembre a las 20 horas en la concatedral de Guadalajara.

 

Marciano Somolinos

 

En el hospital universitario de Guadalajara, en la mañana del miércoles 1 de abril, falleció Marciano Somolinos de la Vega, sacerdote diocesano de Sigüenza-Guadalajara desde el 19 de marzo de 1960. Había nacido en  Atienza el 26 de agosto de 1935. Estudió en el seminario de Sigüenza, en las universidades pontificias de Comillas y Gregoriana de Roma y en la Universidad Complutense de Madrid. Estaba licenciado en Filosofía, en Teología y en Filosofía y  Letras

Tras servir, en sus primeros años de ministerio sacerdotal, en Torrejón del Rey y en Guadalajara, fue destinado en 1965 a Sigüenza y en seminario mayor fue profesor durante cuatro décadas de Latín, Griego e Historia de Filosofía. Durante 40 años fue capellán de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados de Sigüenza y de su residencia de mayores. En dos periodos fue también párroco de Moratilla de Henares y en sus primeros años en Sigüenza fue coadjutor de la parroquia de Santa María.

Canónigo de la catedral seguntina desde 1985, fue el deán-presidente del cabildo catedralicio entre 2009 y 2015. Desde octubre de 2017 residía en la Casa Sacerdotal de Guadalajara. Sus cenizas fueron entregadas a la catedral de Sigüenza el 11 de abril, Sábado Santo, y privadamente fueron trasladas procesionalmente y en oración hasta un muy digno lugar próximo al cementerio capitular, donde ya reposan.  En la lápida, junto a sus esenciales datos biográficos, figura como epitafio la frase latina del Padre Nuestro “Fiat Voluntas Tua” (“Hágase tu voluntad”).

 

Daniel Sánchez Domínguez

 

En la noche del 12 al 13 de abril, en plena Pascua del Señor resucitado, murió el sacerdote diocesano de Sigüenza-Guadalajara Daniel Sánchez Domínguez, hijo adoptivo de la ciudad de Sigüenza desde el 29 de diciembre de 2007. Había nacido en Setiles el 3 de enero de 1936. Estudió en el seminario de Sigüenza y fue ordenado sacerdote el 3 de julio de 1960.

Tras servir unos meses en distintas parroquias rurales, entre 1961 y 1970 fue formador del seminario menor de Guadalajara, desde donde puso en marcha colonias y campamentos estivales de carácter vocacional para niños y adolescentes en el albergue del santuario de la Virgen de la Salud de Barbatona.

Entre 1970 y 1982, fue coadjutor de la parroquia de San Pedro de Sigüenza y beneficiado cantor de la catedral de Sigüenza. De 1982 a 2013 fue párroco de Santa María de Sigüenza. Puso en marcha iniciativas sociales, culturales, juveniles y de pastoral de tiempo libre y del ocio como “Oportunidad entre amigos” y, sobre todo, “Abriendo Camino”, a cuyos campamentos de verano, en distintos lugares de España, se sumaron cientos de muchachos de Sigüenza y colonia veraniega. Fue promotor también de las representaciones populares del Belén y de la Pasión viviente. Cercano, afable, entregado, generoso, solidario, cariñoso con todo y muy atento siempre a los enfermos y necesitados, ha sido todo un referente en Sigüenza.

Fue enterrado en el panteón de párrocos del cementerio interparroquial de Sigüenza, acompañado, a tenor de la legislación entonces vigente, por los tres párrocos de Sigüenza y el deán de la catedral.

El Ayuntamiento de Sigüenza dedicó en febrero de 2008 un paseo, frente al Oasis y el comienzo del pinar, a nombre de los Hermanos Sánchez Doncel (Juan Antonio, el fundador del Orfeón Donceli, fallecido en 2008, y sus dos hermanas que todavía viven, Inés y Carmen).

 

Antonio Herrera Riofrío

 

En el Hospital Universitario de Guadalajara, en la mañana del miércoles 29 de abril, falleció, por causas naturales ajenas al Covid 19, el sacerdote diocesano Antonio Herrera Riofrío. Había nacido en Membrillera el 13 de junio de 1926. Fue enterrado en el cementerio parroquial de su pueblo natal. Estudió en el seminario de Sigüenza, donde fue ordenado sacerdote el 3 de mayo de 1951.

Dotado de cualidades musicales y organizativas, don de gentes y celo apostólico, sirvió en distintas parroquias de la diócesis, entre ellas, con sus entonces respectivos anejos, Hiendelaencina, Yélamos de Arriba, Albalate de Zorita, Brihuega y finalmente en San Antonio de Padua de Guadalajara. Entre 1987 y 1988 fue vicario episcopal territorial. Hasta su muerte, ha sido capellán de la Residencia Hogar “Los Olmos” y del vecino Cuartel de la Guardia Civil de Guadalajara.

 

Florentino López Barra

 

En la mañana de martes 14 de abril de 2020, Martes de Pascua, falleció en el Hospital Universitario de Guadalajara el sacerdote diocesano Florentino López Barra. Residía desde su jubilación en la Casa Sacerdotal de Guadalajara. Su último destino ministerial fue Yélamos de Arriba y pueblos anejos, durante más de tres décadas. Había nacido en Balbacil el 10 de marzo de 1928, donde fue enterrado.

Fue ordenado sacerdote en Sigüenza, en cuyo seminario estudió, el 12 de febrero de 1956. Entre sus primeros destinos sacerdotales, fue cura de Anchuela del Campo, Concha y Turmiel.

 

Benigno Alguacil Martínez

 

En la tarde del martes 5 de mayo, en el Hospital Universitario de Guadalajara, falleció el sacerdote diocesano Benigno Alguacil Martínez. Es enterrado en Guadalajara, donde residía desde hacía décadas.  Nació en Cubillejo de la Sierra el 15 de marzo de 1934. Estudió en el seminario de Sigüenza, donde fue ordenado sacerdote el 15 de agosto de 1958.  Entre otros ministerios, siempre en parroquias rurales, fue también capellán del monasterio cisterciense de Brihuega y párroco de distintos pueblos de la comarca briocense. Tras su jubilación pasó a vivir en la Casa Sacerdotal. Antes, fue asimismo capellán de las Carmelitas Descalzas de Guadalajara. Fue enterrado en el cementerio municipal de Guadalajara.

 

Artículo publicado en 'Nueva Alcarria' el 28 de agosto de 2020

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