Rafael C. García Serrano
(Conferencias de San Vicente de Paúl de Guadalajara)
Padre mío
Padre mío que viniste a buscarme,
que enviaste a tu Hijo a la vida nuestra,
y se hizo hombre para ser mi amigo;
Señor Padre mío que estás en el cielo,
que me estás cuidando sin que lo merezca
y me estás hablando, aunque no te oiga,
Padre del Dios Hijo que me ha rescatado,
que me ha dado su sangre y su sufrimiento,
me ha abierto la puerta de la eterna vida.
Gracias Padre Dios, Señor de lo eterno,
que nos has dejado a la Virgen Madre
Señora del alma, llave de tu Reino.