Este viernes, 16 de abril, el Papa emérito cumple 94 años, 8 años y dos meses después de su renuncia al ministerio apostólico petrino y dedicado a la oración y al estudio en el monasterio 'Mater Ecclesiae', en los jardines vaticanos
Por Jesús de las Heras Muela
(Periodista y sacerdote. Deán de la catedral de Sigüenza)
El 16 de abril de 1927 (aquel año, Sábado Santo), en Marktl am Inn, diócesis de Passau (Alemania), en Baviera, nació Joseph Aloysius Ratzinger, Papa Benedicto XVI desde el 19 de abril de 2005 al 28 de febrero de 2013, y desde entonces papa emérito, retirado y dedicado a la oración y al estudio, en el monasterio “Mater Ecclesiae”, creado por su antecesor, san Juan Pablo II, para que lo habitaran comunidades vida contemplativas y rezaran por el Papa y su ministerio, misión que Ratzinger desarrollado, acompañado de un arzobispo y de una comunidad de la laicas del Movimiento Comunión y Liberación.
Infancia, adolescencia y juventud
Ratzinger fue bautizado ese mismo día de su nacimiento, en la vigilia pascual, circunstancia, que según confesión propia, marcará su vida. Su padre, comisario de la gendarmería, provenía de una antigua familia de agricultores de la Baja Baviera, de condiciones económicas más bien modestas. Su madre era hija de artesanos de Rimsting, en el lago Chiem, y antes de casarse trabajó de cocinera en varios hoteles. Pasó su infancia y su adolescencia en Traunstein, una pequeña localidad cerca de la frontera con Austria, a treinta kilómetros de Salzburgo.
En ese marco, que él mismo ha definido “mozartiano”, mientras nacía y desarrollaba el horror del nazismo, recibió su formación cristiana, humana y cultural. Fueron tres hermanos: María y George, ambos ya fallecidos (este segundo, sacerdote y músico), y él, el pequeño.
Acabada ya la segunda guerra mundial, de 1946 a 1951 estudió filosofía y teología en la Escuela superior de filosofía y teología de Frisinga y en la universidad de Múnich, en Baviera. Recibió la ordenación sacerdotal el 29 de junio de 1951. Un año después, inició su actividad como profesor en la Escuela superior de Frisinga.
Benedicto XVI anuncia su renuncia, 11 de febrero de 2013
El sacerdote y el teólogo
En el año 1953 se doctoró en teología con la tesis: “Pueblo y casa de Dios en la doctrina de la Iglesia en san Agustín”. Cuatro años más tarde, obtuvo la habilitación para la enseñanza con una disertación (como una segunda tesis doctoral) sobre: “La teología de la historia de san Buenaventura”.
Fue, sucesivamente, profesor de Teología en Frisinga, Bonn, Münster, Tubinga y finalmente Ratisbona, donde ocupó también el cargo de vicerrector de la Universidad.
De 1962 a 1965 hizo notables aportaciones al Concilio Vaticano II como “experto”; asistió como teólogo consultor del cardenal Joseph Frings, arzobispo de Colonia. Su intensa actividad científica lo llevó a desempeñar importantes cargos al servicio de la Conferencia Episcopal Alemana y de la Comisión Teológica Internacional. Asimismo, se prodigó ya en publicaciones teológicas muy destacadas.
Arzobispo de Múnich
El 25 de marzo de 1977, el Papa Pablo VI lo nombró arzobispo de Múnich y Frisinga. El 28 de mayo recibió la ordenación episcopal. Escogió como lema episcopal: “Colaborador de la verdad” y él mismo lo explicó: “Por un lado, me parecía que expresaba la relación entre mi tarea previa como profesor y mi nueva misión. Aunque de diferentes modos, lo que estaba y seguía estando en juego era seguir la verdad, estar a su servicio. Y, por otro, escogí este lema porque en el mundo de hoy el tema de la verdad es acallado casi totalmente; pues se presenta como algo demasiado grande para el hombre y, sin embargo, si falta la verdad todo se desmorona”.
Pablo VI lo creó cardenal, con el título presbiteral de “Nuestra Señora de la Consolación en el Tiburtino”, en el consistorio del 27 de junio del mismo año.
En 1978, el Cardenal Ratzinger participó en el Cónclave, celebrado del 25 al 26 de agosto, que eligió a Juan Pablo I. En el mes de octubre del mismo año, participó también en el Cónclave que eligió a Juan Pablo II.
Fue relator en la V Asamblea general ordinaria del Sínodo de los Obispos, de 1980, sobre el tema: “Misión de la familia cristiana en el mundo contemporáneo”, y presidente delegado de la VI Asamblea general ordinaria, de 1983, sobre “La reconciliación y la penitencia en la misión de la Iglesia”.
Cardenal de Curia y mano derecha de Juan Pablo II
Juan Pablo II lo nombró prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y presidente de la Pontificia Comisión Bíblica y de la Comisión Teológica Internacional, el 25 de noviembre de 1981. El 5 de abril de 1993, lo elevó al orden cardenalicio de los obispos, asignándole la sede suburbicaria de Velletri-Segni.
Fue presidente de la Comisión para la preparación del Catecismo de la Iglesia católica, que, después de seis años de trabajo (1986-1992), presentó al Papa el nuevo Catecismo.
Juan Pablo II, el 6 de noviembre de 1998, aprobó la elección del cardenal Ratzinger como vicedecano del Colegio cardenalicio, realizada por los cardenales del orden de los obispos. Y el 30 de noviembre de 2002, aprobó su elección como decano; con dicho cargo le fue asignada, además, la sede suburbicaria de Ostia.
Papa del 19 de abril de 2005 al 11 de febrero de 2013
El 2 de abril falleció de 2005, próximo a los 85 años, falleció el Papa Juan Pablo II. El 19 de abril, en el segundo día de Cónclave, el cardenal Joseph Ratzinger fue elegido Papa y tomó el nombre de Benedicto XVI.
El 11 de febrero de 2013 Benedicto XVI anunció su decisión de renuncia al pontificado con efecto a partir de las 20 horas del jueves 28 de febrero de 2013.
Tras permanecer en Castel Gandolfo, residencia veraniega de los papas, dos meses, donde siguió el Cónclave que eligió al Papa Francisco, cuya visita recibió días después de la elección, el 1 de mayo se instaló en el citado monasterio “Mater Ecclesiae”, dentro del Estado de la Ciudad del Vaticano. Su actual estado de salud es delicado, pero el propio de un varón de 94 años, con problemas serios de movilidad, pero con la mente muy lúcida.
Benedicto XVI, ya en Castel Gandolfo, se despide como Papa, 28 de febrero de 2013
Algunos datos de su ministerio apostólico
Benedicto XVI presidió 44 canonizaciones. De estos cuarenta y cuatro santos, canonizados por Benedicto XVI en ceremonias celebradas entre el 23 de octubre de 2005 y el 21 de octubre de 2012, cinco son españoles. Asimismo inscribió en el libro de los beatos a 544 españoles, incluidos los 498 mártires beatificados en Roma el 28 de octubre de 2007.
Realizó 24 viajes internacionales con destinos a su Alemania natal (tres veces; 2005, 2006 y 2011), España (otras treces veces: 2006, 2010 y 2011), Polonia, Turquía, Brasil, Austria, Estados Unidos de América, Australia, Francia, Camerún y Angola, Jordania, Israel y Palestina, República Checa, Malta, Portugal, Chipre, Gran Bretaña, Croacia, Benín, México y Cuba y El Líbano. Recorrió, pues, países de los cinco continentes.
Dentro de Italia, hizo 21 visitas apostólicas, estando dos veces en Asís (2007 y 2011), la patria de san Francisco de Asís.
Presidió tres ediciones internacionales (fuera de Roma) de las Jornadas Mundiales de la Juventud (Colonia en 2005; Sídney en 2008; y Madrid en 2011, y dejó convocada de la Río de Janeiro de 2013). También presidió tres Encuentros Mundiales de Familias (Valencia, en 2006; Ciudad de México, en 2009; y Milán, en 2012, dejando ya convocatoria la edición de 2014 con destino en Filadelfia).
Convocó el Año Paulino 2008-2009, con ocasión del bimilenario del nacimiento del apóstol San Pablo; el Año Sacerdotal 2009-2010, en el 150 aniversario de la muerte del Santo Cura de Ars; y el Año Santo de la Fe 2012-2013, en el cincuenta aniversario del Concilio Vaticano II.
Los principales documentos de mayor rango de su ministerio fueron tres encíclicas - Deus caritas est (enero 2006), Spe salvi (noviembre 2007) y Caritatis in veritate (junio 2009)- y dejó preparada a Francisco la encíclica Lumen fidei (junio 2013). También Benedicto XVI es autor de cuatro exhortaciones apostólicos postsinodales: Sacramentum caritatis (marzo 2007), Vebum Domini (septiembre de 2010), Africae munus (noviembre de 2011) y Ecclesia in Medio Oriente (septiembre de 2011). Nombró 90 cardenales, de ellos seis españoles, y presidió cinco Sínodos de los Obispos.
Diez trazos para un retrato
¿Y cómo, en realidad, fuera de falsas leyendas e interesadas interpretaciones este hombre, este papa? ¿Cuáles serían los trazos de este retrato? He aquí algunas pinceladas, diez, de este retrato:
(1) Una sobresaliente y espléndida formación humanística, filosófica y sobre todo teológica.
(2) Un sello personal sencillo, humilde, familiar, tímido, reflexivo, inteligente, brillante.
(3) Suma delicadeza en su trato con las personas, su capacidad de escucha y el don de la acogida.
(4) Sin exhibicionismos de ningún tipo, Benedicto XVI posee también un talante de honda espiritualidad, bien anclada en la Palabra de Dios y en la Patrística; su piedad y su condición de hombre de oración, amante de la liturgia y buen conocedor de su esencia y sentido profundo.
(5) Sacerdote y teólogo, como las dos claves de su ADN personal y ministerial, ha sido el Papa de la palabra y de la verdad, el Papa humilde y sabio, el Papa vulnerable y fuerte, el Papa sereno y luminoso, el Papa apacible y firme.
(6) Desde los anteriores parámetros y desde su vida entera, Joseph Ratzinger-Benedicto XVI ha servido siempre al fomento y a la búsqueda del diálogo razón y fe, ciencia y religión, iglesia y cultura, ley natural y legislaciones positivas, fundamentos prepolíticos y democracia.
(7) Impagable y luminosa ha sido igualmente su contribución para una lectura adecuada del Concilio Vaticano II. Es la lectura de la hermenéutica de la continuidad, de la acogida creativa de la novedad en la continuidad y en la fidelidad.
(8) Y dígase lo mismo –esto es, continuidad, reactualización y profundización– de su aportación al magisterio de la Doctrina Social de la Iglesia.
(9) La vuelta a las raíces, a lo esencial, a centrar, en suma, la mirada en Jesucristo, el Señor de la Iglesia, el Señor del tiempo y de la historia, ha sido igualmente uno de los acentos y énfasis más reiterados durante estos años. Ello se ha traducido en un esfuerzo constante por hacer presente a Dios a un mundo que vive como si Dios no existiera y por mostrar cómo ni Dios ni su Iglesia son los enemigos de la humanidad, sino todo lo contrario. Y es que la vida del hombre tiene un origen, un camino y un destino, un pasado, un presente y un futuro en Cristo, en el Dios del Amor.
(10) La honestidad, la valentía, la fortaleza, la constancia, la humildad y la capacidad de perdón y superación para afrontar las crisis y las críticas: Y por supuesto, su último e histórico gesto de renuncia al ministerio petrino y su saber estar como papa emérito.
Artículo publicado en 'Nueva Alcarria' el 16 de abril de 2021