Este domingo es 25 de julio, solemnidad del apóstol Santiago, patrono de España, y centro del Año Santo Compostelano, prorrogado hasta el 31 de diciembre de 2022
Por Jesús de las Heras Muela
(Periodista y sacerdote. Deán de la catedral de Sigüenza)
Santiago de Zebedeo o Jacobo de Zebedeo fue uno de los apóstoles más destacados de Jesús de Nazaret (estuvo presente, por ejemplo, en la resurrección de la hija de Jairo, en la Transfiguración, en Getsemaní en la víspera de la Pasión, en la pesca milagrosa del Mar de Tiberiades y fue uno de los primeros en ser citados por Jesús cuando eligió a sus Doce apóstoles). Se lo conoció en la tradición cristiana como Santiago el Mayor para distinguirlo de otro miembro del grupo de los doce, Santiago el Menor. Nacido probablemente en Betsaida (Galilea), fue hijo de Zebedeo y Salomé, y hermano de Juan, Murió a manos de Herodes Agripa I en Jerusalén entre los años 41 y 44 de nuestra era. Es el patrono de España, a donde, a Compostela, fueron trasladados sus restos mortales.
Estamos en el 120 año santo compostelano de la historia, desde su institución en 1122 por el Papa Calixto II, que dispuso este año jubilar siempre el 25 de julio fuera domingo, jubileo ratificado, con carácter de perpetuidad, el Papa Alejandro III, en 1179. Ya la pasada semana esta página de NUEVA ALCARRIA estuvo dedicada al tema, que hoy complementamos con los Caminos de Santiago.
Diez grandes rutas
Diez rutas históricas son camino de Santiago. El Camino Francés es el itinerario jacobeo con mayor tradición histórica y el más reconocido internacionalmente. El Camino Primitivo fue un itinerario muy frecuentado por el pueblo astur-galaico durante el siglo IX y buena parte del X, y atrajo también a peregrinos procedentes de otras partes del norte de España y de Europa. En 2015 fue reconocido por la Unesco, junto con el Camino del Norte, como Patrimonio de la Humanidad. Parte del Alto del Acevo pata llegar a Compostela, siempre en tierras coruñesas.
El Camino de Fisterra y Muxía es ruta jacobea tiene su origen en la ciudad de Santiago y su meta en el cabo Fisterra y el Santuario de la Virxe da Barca de Muxía. O viceversa. Desde Ferrol surge el Camino Inglés, que atrajo en la Edad Media a gentes y sociedades de toda Europa; también de la “lejana Europa”. De Ribadeo (Lugo) a Santiago discurre el Camino del Norte, por donde, históricamente, pasaban devotos de todo el norte de la Península, e incluso —por tierra o por mar— procedentes de otros territorios como Inglaterra, Flandes, Alemania o Escandinavia.
La Ruta del Mar de Arousa y Río Ulla, desde Sanxenxo, es un singular itinerario marítimo y fluvial que conmemora la llegada a Galicia, por mar, del cuerpo del apóstol Santiago tras su martirio en Jerusalén, alrededor del año 44.
La Vía de la Plata ha adquirido últimamente gran popularidad. Procedente de Andalucía y Extremadura, entra en Galicia por las Portelas do Padornelo y de A Canda, y pasa por el sector septentrional del valle de Monterrei y de A Limia hasta llegar. El Camino de Invierno es la entrada natural a Galicia desde la meseta, desde Las Médulas (El Bierzo, León). Es un acceso ya usado por los romanos. Se piensa que pudo ser una alternativa en época invernal a la dura subida a las cumbres nevadas de O Cebreiro (Lugo) y desde allí a Santiago.
El culto jacobeo ha tenido en el Camino Portugués un territorio fundamental para entender la verdadera dimensión internacional del fenómeno de las peregrinaciones. Parte de Tui (Pontevedra). Y el décimo es el Camino Portugués de la Costa entra en Galicia por la villa marinera de A Guarda, tras cruzar el río Miño en su desembocadura.
Otros caminos y ¿desde nuestra tierra?
Existía también el Camino del Mediterráneo y después el Camino Catalán, que entraba en España por Barcelona y seguía por Lérida, Zaragoza, Soria y Burgos, para enlazar ya con el Camino Francés. El llamado camino aragonés es el que desde Jaca transcurre, dentro del camino francés y recorriendo pasajes de gran belleza natural y artística, por tierras aragonesas.
La villa segoviana de Ayllón, hasta 1955 perteneciente al obispado histórico de Sigüenza, era vía subsidiaria del Camino de Santiago. Los peregrinos de nuestra antigua diócesis y los de la diócesis de Osma caminaban hasta Ayllón para seguir desde allí hasta Santo Domingo de Silos y empalmar en Burgos, con el camino francés, el, por excelencia, Camino de Santiago. También hubo rutas de interior hacia Santiago, Ruta de la Lana, por la Alcarria cifontina y la llamada Hoya del Infantado. Todas estas rutas han sido debidamente señalizadas y en sus municipios se ha instalado una estrella jacobea. Por otro lado, en el marco del Año Santo Compostelano 1993 nació en la capital provincial la Asociación de Guadalajara de Amigos de Santiago, que organiza y respalda peregrinaciones jacobeas. Su “alma mater” fue José Luis Bartolomé, fallecido hace cuatro años.
El Camino Francés, el Camino por excelencia
El camino francés -con entradas en España bien por Roncesvalles o Jaca y con ruta única desde Puente la Reina- es el más célebre y popular de todos ellos. Es el camino glosado, descrito y dividido en etapas por el «Liber Sancti Jacobi» o «Codex Calixtinus», en el siglo XII. Es el camino que recorrieron los primeros peregrinos como el obispo Godescalco de Le Puy y Aymeric Picaud -quizás el Papa Calixto II-, autor del citado «Códice». Son ochocientos excepcionales kilómetros de hondura, de belleza, de arte, de historia, de naturaleza, de espiritualidad.
Al camino francés se accedía, desde la Europa central y del este, por otras cuatro vías: la vía turonense -por Tours-, de los ingleses y flamencos; la vía lemovicense – por Limoges- que recorrían los peregrinos de Bélgica, Champaña y Las Ardenas; la vía podiense – por Pau-, utilizada por borgoñones y alemanes; y la vía tolosana -por Montpellier- o egidiana, que servía a los peregrinos de la Provenza y de Italia.
Patrimonio de la humanidad
En 1982 la Unesco declaraba al Camino francés de Santiago patrimonio de la humanidad. Los ochocientos kilómetros entre Jaca o Roncesvalles y Santiago -el camino francés, camino jacobeo por excelencia- bien merecían esta declaración. Y es que, en este cerca de millar de kilómetros, encontramos lo mejor del románico, del gótico y del barroco, traducido en iglesias, ermitas u hospitales, trenzado, todo ello, con historias y leyendas inefables y hasta inmortales.
Tanto en su arte como su naturaleza el camino de Santiago es camino de espiritualidad, de belleza y de cultura excepcionales. Jaca, Roncesvalles, Leyre, Puente la Reina, Alfaro, Santo Domingo de la Calzada, San Juan de Ortega, Burgos, Castrojeriz, Frómista, Villarcázar de Sigra, Carrión de los Condes, Sahagún, León, Astorga, Villafranca del Bierzo, Ponferrada, O Cebreiro, Triacastela, Lugo, Samos, Sarria, Portomarín, Palas del Rey, Melide y Santiago son algunos de los lugares y de las tierras fecundadas y embellecidas por el camino.
Experiencia de Iglesia y condición de peregrino
El camino de Santiago de Compostela -su tradición, su jubileo, su alma e historia- supone la oportunidad privilegiada de sentir y de vivir la Iglesia en su variedad, en su pluralidad, en su misma vitalidad y condición peregrina. Ir a Santiago como peregrino es una reconfortante experiencia eclesial, cristiana y humana.
A Santiago hay que ir siempre como peregrino. El auténtico peregrino debe además penetrar en el santuario compostelano por la puerta santa, la puerta del perdón, para salir después por el pórtico de la gloria. El peregrino debe ir en actitud de búsqueda, de apertura, de disponibilidad. Sin demasiadas ataduras ni condicionamientos. Puede seguir portando el sombrero de ala ancha, el abrigo marrón con esclavina, el bordón, la calabaza, el zurrón y la concha venera, como manda la tradición.
Pero, en cualquier caso, deberá ir siempre libre de amarras y experimentar progresivamente la transformación del paso del camino y de su raudal de gracia y del encuentro con los otros peregrinos, compañeros del mismo camino.
Y es que la experiencia jacobea para ser verdadera y plenificadora debe pasar por la renovación y por la potenciación de su dimensión espiritual y cristiana, que no ha de entrar en contradicción con los otros aspectos culturales, históricos o turísticos de Santiago. Porque también estos otros «caminos» pueden y deben conducir a Santiago.
Caminos y Jubileo
Ganar el Jubileo es meta del camino, aun cuando el camino en sí mismo es ya gracia. Ganar el Jubileo es salir adecuadamente por el pórtico de la gloria y experimentar el gozo de la gracia de Dios de manos del Apóstol y del don excepcional de la «gran perdonanza», el corazón del jubileo compostelano.
Para ello, para ganar el jubileo, es preciso recorrer los «caminos» del jubileo, las condiciones y requisitos que se precisan para lucrarse con la gracia jubilar: confesión sacramental, participación en la misa y recepción de la eucaristía y oración por el Papa y la Iglesia. Y bueno será hacer alguna obra de caridad como fruto granado de la peregrinación y como signo de la nueva vida cristiana que debe iniciarse tras un camino con un «antes» y un «después».
Deberán asimismo recorrerse también los otros «caminos» de la tradición jacobea: persignarse tres veces sobre un cruz esculpida en piedra por la piedad de los peregrinos en las jambas de la puerta santa, venerar y orar ante las reliquias del Apóstol en su hermoso «sagrario» de plata, abrazar la imagen peregrina de Santiago, posar los dedos de la mano derecha en los cinco huecos que la historia ha labrado en el pie del parteluz del pórtico de gloria e inclinar tres veces la cabeza -los célebres y tan reiterados «croques»- ante Maese Mateo, el autor, en 1188, de esta verdadera e inigualable «capilla sixtina» del románico.
Deberán igualmente ser rociados por el incienso del «botafumeiro», en permanente ofrenda y alabanza al Señor Jesús, a su Apóstol Santiago y a los peregrinos de todos los tiempos. El «botafumeiro» es uno de los signos más reconocidos, más populares y hasta más hermosos de toda la tradición jacobea.
El pórtico de la Gloria y hasta el 31 de diciembre de 2022
El camino de Santiago y la tradición jacobea son todo esto. Pero es aún más: es signo del proceso interior y exterior del hombre en búsqueda de su transformación y de su mismo destino. Es metáfora de vida humana y cristiana.
En la época histórica, como queda ya dicho, los peregrinos de los años santos accedían a la catedral compostelana por la puerta del perdón, la puerta del año santo, y tras orar, recibir los sacramentos y abrazar al Apóstol, salían del templo, en gracia de Dios y transformados, por la puerta de la Gloria.
La puerta del perdón -la puerta santa- de la catedral de Santiago de Compostela está abierta desde el atardecer del 31 de diciembre de 2020 hasta el mismo día de 2022. Estamos en año santo compostelano, en el 120 año jubilar de toda la historia, año santo que, en razón de la pandemia, el Papa Francisco ha prorrogado durante un año más.
Todos los caminos de España y de Europa, y por extensión, del mundo, conducirán a Santiago de Compostela, corazón de Galicia, Finisterre legendario, cuna de la Iglesia Católica en España y patria común de Europa y de América. Como exclamaran los peregrinos del Medievo, desde el Monte del Gozo, y quizás de todos los tiempos: «¡Más allá, más arriba!», «E-ultr-eia, E-sus-eia». Todos tenemos cita en Santiago.
Artículo publicado en 'Nueva Alcarria' el 23 de julio de 2021