Identidad, sentido y necesidad de la oración cristiana al hilo de la conclusión reciente de un conjunto 38 catequesis semanales del Papa sobre la oración
Por Jesús de las Heras Muela
(Periodista y sacerdote. Deán de la catedral de Sigüenza)
“La oración oxigena la vida: así como no se puede vivir sin respirar, tampoco se puede ser cristiano sin rezar”. Esta frase es un pensamiento que el Papa Francisco compartió recientemente en Twitter. Se suma esta preciosa y precisa frase al conjunto, también reciente, de catequesis en las audiencias generales de los miércoles que el Santo Padre ha ofrecido entre el 6 de mayo de 2020 y el 16 de junio de 2021. Han sido, en total, 38 catequesis. Y de algunas de las ideas y frases literales de estas catequesis se nutren y recogen este artículo.
Décadas atrás, el gran teólogo austriaco Karl Rahner afirmó que “el cristiano del siglo XXI será místico o no será cristiano”. Porque, añadía, "sin la experiencia religiosa interior de Dios, ningún hombre puede permanecer siendo cristiano a la larga bajo la presión del actual ambiente secularizado".
Por todo ello y por tantas razones más, bueno será dedicar una página de Religión de NUEVA a la identidad, sentido y necesidad de la oración en la vida cristiana. Y es que, junto a la Palabra de Dios y desde ella, la oración es la fuente permanente e inagotable de la espiritualidad, y sin ella la acción, el compromiso, el apostolado y la misión del cristiano queda no solo debilitada, sino hasta imposibilitada e infecunda.
La oración nos hace insertarnos e injertarnos en Jesucristo como los sarmientos a la vid; y de lo contrario, no daremos fruto: “Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento que no da fruto en mí lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto. Vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden. Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará. Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos” (Evangelio de san Juan 15, 1-8).
La oración, clave de la vida de Jesús
La vida pública de Jesús, su ministerio apostólico, según nos relatan los evangelios, están repletos de citas en las que se muestra cómo Jesús se retira a orar. Y hasta tal punto la oración de Jesús marcaba su vida, que sus mismos apóstoles y discípulos le preguntaron en distintas ocasiones acerca de la oración: “Una vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: «Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos». Él les dijo: «Cuando oréis, decid: “Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos cada día nuestro pan cotidiano, 4perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe, y no nos dejes caer en tentación” (Evangelio de san Lucas 11, 1-4). Jesús enseña, pues, a los apóstoles y discípulos a rezar la oración cristiana por excelencia: el Padre Nuestro.
Y a renglón seguido, en este mismo relato lucano, Jesús abunda más aún en la fuerza de la oración: “Y les dijo: «Suponed que alguno de vosotros tiene un amigo, y viene durante la medianoche y le dice: “Amigo, préstame tres panes, pues uno de mis amigos ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle”; y, desde dentro, aquel le responde: “No me molestes; la puerta ya está cerrada; mis niños y yo estamos acostados; no puedo levantarme para dártelos”; os digo que, si no se levanta y se los da por ser amigo suyo, al menos por su importunidad se levantará y le dará cuanto necesite. Pues yo os digo a vosotros: pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, y el que busca halla, y al que llama se le abre. ¿Qué padre entre vosotros, si su hijo le pide un pez, le dará una serpiente en lugar del pez? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? Si vosotros, pues, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que le piden?»” (Evangelio de san Lucas 11, 5-13).
20 definiciones de oración
1.-«Orar es hablar con Dios» (San Agustín de Hipona).
2.-«Orar es una conversación familiar con Dios» (San Juan Clímaco).
3.-«La oración es la elevación del alma a Dios o la petición a Dios de bienes convenientes» (San Juan Damasceno).
4.-«Orar es estar con Dios» (San Francisco de Asís).
5.-«La oración es la respiración del alma y de la vida» (Santa Teresa de Jesús)
6.-«Orar es tratar de amistad, aun tratando muchas veces a solas, con quien sabemos nos ama» (Santa Teresa de Jesús)
7.-«Orar es permanecer fielmente en el fuego del amor de Dios» (San Juan de la Cruz)
8.-«Orar es que Él mira y yo le miro» (Santo Cura de Ars)
9.-«Orar es pensar en Dios, amándole» (San Carlos de Foucauld).
10.-«Para mí, la oración es un impulso del corazón, una sencilla mirada lanzada hacia el cielo, un grito de reconocimiento y de amor tanto desde dentro de la prueba como en la alegría» (Santa Teresa del Niño Jesús).
11.-«La oración es la llave de la mañana y el cerrojo de la noche» (R. Tagore).
12.-«La oración es la aceptación diaria de nuestra flaqueza» (M. Gandhi).
13.-«Orar, contemplar es amar para sumergirse en Dios, buscando su voluntad» (San Juan XXIII).
14.-«La oración es penitencia y humildad. Las dos alas que elevan el alma a Dios» (San Juan XXIII).
15.-«La oración es la más audaz de todas las aventuras humanas» (San Pablo VI).
16.-«El fruto del silencio es la oración. El fruto de la oración es la fe. El fruto de la fe es el amor. El fruto del amor es el servicio. El fruto del servicio es la paz» (Santa Madre Teresa de Calcuta).
17.-«Rezar es simple, cualquiera que sea la forma, es ir a beber al manantial del amor: Dios» (Michel Quoist).
18.-«Aprendemos a orar, orando. El Señor Jesús nos ha enseñado a orar ante todo orando Él mismo» (San Juan Pablo II).
19.-«La oración es una relación personal, consciente, inmediata, amorosa del hombre con Dios… La oración es un misterio de gracia. Es una acción que comienza en Dios, atrae el corazón y la mente del hombre, en quien termina para volver a Dios…La oración es una inmersión en el misterio trinitario de la gracia» (Venerable siervo de Dios José Rivera).
20.-«Dialoga con Jesús en la oración, escucha a Jesús que te habla en el Evangelio, encuentra a Jesús, presente en el necesitado» (Papa Benedito XVI).
Lo que es la oración, según el Papa Francisco
Y para coronar este artículo sobre la oración, su identidad, sentido y necesidad, a continuación, ofrezco, dividas en cuatro bloques, algunas frases breves y muy hermosas del Papa Francisco sobre la oración.
1.-El misterio de la cruz, misterio de amor, solo se puede comprender en la oración. Recen y lloren de rodillas ante la cruz.
2.-En la oración experimentamos la compasión de Dios Padre, lleno de amor misericordioso.
3.-¡Salid al encuentro de Jesús, estad con Él en la oración, confiad toda vuestra existencia al amor misericordioso del Señor!
4.-Por medio de la oración, podemos entrar en una relación estable con Dios, que es la fuente de la verdadera alegría.
5.-Si dedicamos más tiempo a la oración, nuestro corazón puede descubrir las mentiras secretas con las que nos autoengañamos, y encontrar consuelo en Dios.
6.-En el Evangelio de hoy, Jesús nos invita a hacer experiencia de oración, poniéndonos directamente en comunicación con el Padre. ¡Aquí está la novedad de la oración cristiana!: es diálogo entre personas que se aman, un diálogo basado en la confianza.
7.-La oración es la puerta de la fe, la oración es la medicina del corazón.
8.-La oración es la llave que abre el corazón misericordioso de Dios.
9.-La oración es estar con Dios, es vivir con Dios, es amar a Dios.
10.-Rezar significa llamar a la puerta de un amigo. Dios es nuestro amigo.
La oración fuente y fuera de la vida y de la misión
1.-Los milagros existen, pero es necesario rezar. Con una oración ferviente, insistente, perseverante, no una oración para cumplir.
2.-En la vida cristiana son esenciales: la oración, la humildad, el amor a todos. Éste es el camino hacia la santidad.
3.-La oración es potente, la oración vence el mal, la oración trae la paz.
4.-En medio de todas nuestras actividades, a menudo descuidamos lo esencial: la vida espiritual, nuestra relación con Dios. ¡Detengámonos a rezar!
5.-La oración es la primera obra misionera de todo cristiano, y también es la más eficaz.
6.- La oración siempre suscita sentimientos de fraternidad, rompe barreras, cruza fronteras, crea puentes invisibles pero reales y eficaces, abre horizontes de esperanza.
7.-Sin la oración, toda nuestra vida y misión pierde sentido, fuerza y fervor.
8.-Sin comunión y sin compasión, alimentadas constantemente por la oración, la teología no solo pierde el alma, sino también la inteligencia y la capacidad de interpretar cristianamente la realidad.
El Papa nos propone estas escuelas de oración
1.-A rezar se aprende, como aprendemos a caminar, a hablar, a escuchar. Dime cómo rezas y te diré cómo vives.
2.-Pidamos a María, nuestra Madre, que nos ayude a rezar con corazón humilde.
3.-Una oración fácil de decir cada día: "Señor, yo soy un pecador: Ven con tu misericordia".
4.-El Rosario es la oración que acompaña siempre mi vida; también es la oración de los sencillos y de los santos… es la oración de mi corazón.
5.-Mediante la oración aprendemos a renunciar a la idolatría y a la autosuficiencia de nuestro yo, y a declararnos necesitados del Señor y de su misericordia.
6.- Aprendamos de Abraham a rezar con fe: a escuchar, caminar, dialogar hasta incluso discutir, pero siempre dispuestos a acoger la Palabra de Dios y ponerla en práctica.
Perseverar en la oración y rezar en las dificultades, cuatro frases del Papa
1.-La lucha contra el mal es ardua y prolongada; es necesario rezar constantemente y con paciencia.
2.-No os canséis de pedir en la oración la ayuda del Señor, especialmente en las dificultades.
3.-No abandonemos nunca la oración, tampoco cuando nos parece inútil rezar.
4.-La oración nunca es en vano: siempre hace brotar algo nuevo que tarde o temprano produce fruto.
Artículo publicado en 'Nueva Alcarria' el 27 de agosto de 2021