Por Juan Pablo Mañueco
(escritor y periodista)
Es la noche y en un portal sosegado
un Niño nacido luce como el fuego,
hará hablar al mudo, hará ver al ciego.
Dará en Amor su pecho en él abrasado.
Alegría, alegría y venid,
alegría, alegría y subid,
hasta Usanos que el Niño
bendito ha nacido aquí.
Será un buen pastor que pace su ganado,
elevará a su Padre por el Hombre el ruego
de darle la paz, el reposo y el sosiego
al corazón inquieto y desvelado.
Alegría, alegría y venid,
alegría, alegría y subid
hasta Usanos que el Niño
bendito ha nacido aquí.
Jesús del nacimiento, amor amado,
Niño grosezuelo, rosa y risueño
que vienes a quedarte a nuestro lado.
Alegría, alegría y venid.
Alegría, alegría y subid,
hasta Usanos que el Niño
bendito ha nacido aquí.
Qué gloriosa ventura y qué risueño
destino el que nos traes en ti anunciado:
el cielo vienes a traernos en tu sueño.
Dadle en pago a quien rimó este eco
un dulce de Navidad.
¿Su nombre? Juan Pablo Mañueco.
Juan Pablo Mañueco
Premio CERVANTES-CELA-BUERO VALLEJO, 2016.
Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha
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