Rafael C. García Serrano
(Conferencias de San Vicente de Paúl de Guadalajara)
Tu eres la paz
y yo camino descalzo hacia ti
porque el camino es húmedo y mullido
cuando uno pisa el jardín de tu milagro.
En tu casa están esas sandalias
con las que poder salir a ver la vida
con esa protección que Tú nos brindas
y con los pies calzados de tu fuerza.
Tu eres la paz
y una vez contigo todo cambia,
el alma, al cuerpo abrazada, a ti se abraza,
y aquel frío de invierno permanente
es ahora una brasa que arde y no se apaga.
Eres Tú el que me llama y a ti voy
en busca de tu abrigo y tus sandalias
para no hacer daño por la vida,
para que los daños de la vida no me alcancen.