Por Rafael Amo
(Delegación de Ecumenismo)
El 26 de abril recibíamos la noticia de la muerte de José Antonio Sayés. Murió en Pamplona a los 76 años. Era natural de Peralta (Navarra). Doctor en Teología y profesor de la Facultad de Burgos.
Durante años José Antonio Sayés visitó el seminario de Sigüenza unos meses al año. Impartía diversos cursos sobre filosofía, teología fundamental, moral sexual. Lo hacía como era él, apasionadamente. Hablaba alto y claro en todos los sentidos, con una dialéctica arrolladora, defendiendo sus posiciones con vehemencia. Era también ejemplar en su vida interior. Los domingos por la tarde recuerdo verle en la capilla, rezando, hablando cordialmente con Dios, sin necesidad de tener que demostrar racionalmente su existencia, a lo que dedicaba gran parte de su esfuerzo teológico.
Intelectualmente tenía un pensamiento bien armado. Poseía ideas claras sobre los conceptos básicos de naturaleza, persona, analogía de la fe, etc., con los que se construye cualquier propuesta teológica. Siempre muy cercano al hilemorfismo aristotélico tomista, lo que me costó alguna discusión con él cuando dediqué parte de mi tesis doctoral a analizar su pensamiento.
Pero, a mi juicio, donde más brilló, aunque en las necrológicas no lo destaquen, fue en la teología eucaristía, a la que dedicó su tesis doctoral La presencia real de Cristo en la eucaristía. Lo más brillante de esa tesis, que reflejó en su manual de teología de la eucaristía, era el dominio que tenía de la comprensión del ser de la fenomenología existencial. En muy pocas palabras era capaz de resumir que el gran problema de aquellos años era la comprensión de la esencia como sentido, lo que denominaba la ontología relacional. Solo una mente privilegiada como la de Sayés era capaz de decir tanto con tan poco.
Muchas gracias D. José Antonio. A muchos sacerdotes de esta diócesis nos enseñó no solo contenidos teológicos, sino nos ayudó a pensar y siempre al servicio de la Iglesia. Gracias por su vocación a la teología, que encarnó como nadie. Gracias por su servicio al Pueblo de Dios. Gracias por su compromiso con la Verdad.
Fotografía: https://www.religionenlibertad.com/