Por Eduardo Marques Almeida
(Conferencias San Vicente de Paúl)
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J.R. Díaz-Torremocha
Para quien estima la historia contemporánea, entiendo que el mundo vive hoy en una mezcla de los años 30 (época de crisis económica y de aumento de pobreza impresionantes), con los años 60 (período de una crisis extraordinaria de fe, de incredulidad en las instituciones y de relativización de los valores cristianos y de la dignidad humana). Súmase a este escenario, la triste “polarización digital” que divide regiones, países, instituciones, comunidades y familias. En este contexto, la Sociedad de San Vicente de Paúl debe ser una voz y un ejemplo de esperanza y de paz.
Desde 1969, el Padre Josef Ratzinger (Papa Benito XVI) venía insistiendo en su visión de los tiempos muy duros porque pasaría la Iglesia, volviendo a ser una “pequeña comunidad” – la “Iglesia de los pequeños” -, después de un largo “proceso de cristalización y clarificación”. Sin embargo, después de esta prueba, por el encuentro con su esencia (sus fuentes) y por el “sudor de sus Santos”, “surgiría, de una Iglesia interiorizada y simplificada, una grande fuerza (...) como una esperanza y respuesta para los hombres”. Al inicio de la década de 70, el Padre Ratzinger desarrolló un proyecto denominado “Reconquista”, para reconquistar, apoyado en el Concilio Vaticano II, la verdad de la doctrina de la Iglesia, en su fuente y, con eso, recobrar los fieles, como se ha hecho al inicio, por los apóstoles de la “pequeña Iglesia”. No por coincidencia, el inspirado Presidente General de la SSVP, Pierre Chouard, en la misma época, lanzó el “Movimiento de Juventud Vicentina”, para rejuvenecer la entonces “envejecida” SSVP.
Parece que vivimos los tiempos de 1833, cuando Ozanam y sus amigos decidieron “ir a los Pobres” y fundar la SSVP. Por consecuencia, la mejor manera de celebrar la canonización de Ozanam es responder, como él respondería, a los desafíos actuales de la SSVP, de la Iglesia y del mundo. Nosotros debemos ser, a la vez, los seguidores y los guardianes incansables del legado de nuestros fundadores que buscaban su santificación por la Verdad del Evangelio, en la práctica de la amistad, del servicio y de la defensa de la justicia. ¡Es fundamental, por tanto, que, en estos tiempos complicados, la SSVP vuelva a sus fuentes, al “espíritu primitivo de la pequeña Conferencia”!
Es mi convicción que el enunciado de la “misión” de la SSVP, es una respuesta contundente al mundo, porque es en él que se basa nuestra fuente, nuestra esencia y porque resistió por casi 200 años. La SSVP es “una red de amigos que buscan la santificación a través del servicio al asistido y la defensa de la justicia social.”
Por otro lado, es imperativo considerar que la SSVP es una institución mística, con vocación global, adaptada a la acción local: considera, por tanto, la existencia de diferencias regionales y locales, em ámbitos de economía, política, cultura, idioma, organización comunitaria y pastoral eclesial. Somos una “pequeña Iglesia”, autónoma, sin embargo, inserta en la Iglesia universal, al servicio de los Pobres y de la santificación de las almas. Somos una llama ardiente de esperanza en la construcción de un mundo más justo y fraterno.
Por esto, toda la estructura de la SSVP (global y local) tiene la responsabilidad de ser relevante en el refuerzo del desarrollo humano integral, tanto de “nuestros Maestros y Señores”, cuanto de los propios miembros de la SSVP. En particular, siguiendo la inspiración de sus fundadores, debe ser el ambiente en que los vicentinos y vicentinas (en particular, los jóvenes) puedan inspirarse cuando quieran encontrar respuestas y ejemplos para el vacío de un mundo polarizado, deshumanizado y esclavizador de los Pobres.
Que Maria nos bendiga en nuestro camino de guardianes de la esencia de nuestra SSVP. Tottus tuus, Maria!
Need to return to the sources!
For my brothers and sisters who like contemporary history, I understand that the world lives today in a mixture of the 30s´ (the era of the economic crisis and a consequent increase of poverty), with the 60s´ (era of a deep crisis of faith, of disbelief on the institutions and of the relativism of the Christian values and the human dignity). We should add to this mix, the sad “digital polarization”, which divides regions, countries, institutions, communities, and families. As a result, it is in this context that the SSVP shall be a voice of hope and peace!
Since 1969, Rev. Josef Ratzinger (Pope Benedict XVI), had insisted on his vision of the tough times the Church should struggle, becoming again a “small community”, after a long “process of crystallization and clarification”. However, “when the trial of this sifting is past, a great power will flow from a more spiritualized and simplified Church”, through the return to her source and the sweat of her saints. This Church would become an interiorized and simplified force, the hope and the “answer for which they have always been searching in secret”.
At the beginning of the 70s´, Father Ratzinger developed a project (which he called “Reconquering”) to recover the truth of the Church´s doctrine, at its source, and with it, attract the faithful, as it had been done by the apostles, at the beginning of the “small Church”. Not by coincidence, the inspired President General of the SSVP, Pierre Chouard, by the same time, launched the “Vincentian Youth Movement”, to rejuvenate the “ageing” SSVP.
It looks like we are living at the times of 1833, when Ozanam and his friends decided to “go to the Poor” and found the SSVP. As a consequence, the best way to celebrate Ozanam´s canonization is to respond, as he would do, to the current challenges of the SSVP, of the Church and of the world. We should be, at the same time, the untiring followers and the keepers of our founders´ legacy, who searched for their holiness through the Truth of the Gospel, by practicing friendship, service and the defense of justice. It is fundamental, therefore, that the SSVP turns itself to its sources, or to its “initial spirit of the small Conference”, during these complicated times!
It is my conviction that the deep reflection of our mission statement is a definite answer to the world because it is based on our sources, on our essence, which have resisted for almost two-hundred years. We are “a network of friends who seek personal holiness through service to those in need and in defense of social justice”.
On the other hand, it is imperative to consider that the SSVP is a mystic institution, with a global vocation, adapted to the local action. It should take into account regional and local differences in economics, politics, culture, language, community organizations and ecclesial pastoral. We are an autonomous “small Church”, but inserted at the universal Church, at the service of the Poor and of the holiness of the souls. We are a flame of hope for the construction of a more just and fraternal world.
As a result, any structure of the SSVP (global and local) has the duty of being relevant for the enhancement of the integral human development, both of “our Lords and Masters”, and of our own members of the SSVP. By following the inspiration of our founders, it shall also be the environment where our members (particularly, the youth) may seek inspiration, when they look for good behavioral examples in a polarized, dehumanized and enslaver world.
May Mary protect our journey of keepers of the essence of our SSVP. Tottus tuus, Maria!
Besoin de retourner aux sources!
Pour ces qui aiment histoire contemporaine, je comprends que le monde est aujourd´hui dans une mixture des années 30 (époque de crise économique et d´augmentation de la pauvreté impressionnantes), avec les années 60 (période d´une crise extraordinaire de la foi, d’incrédulité aux institutions et de relativisation des valeurs chrétiennes et de la dignité humaine). Nous devons ajouter aussi, la triste « polarisation digitale » que divise les régions, les pays, les institutions, les communautés et les familles. Donc, la SSVP doit être une voix d´espoir et de paix !
Depuis 1969, le Père Josef Ratzinger (Pape Bennoit XVI) insistait sur sa vision des temps très difficiles pour que l´Église sera passée, avec la conséquence de retourner à être une « petite communauté » - « l´Églises des petits », après un long « processus de cristallisation et clarification ». Cependant, quand les épreuves de cette période d’assainissement auront été surmontées, par la rencontre avec son essence (sa source), et par la sueur de ces saints, une Église plus intériorisée et simplifiée, une grande force, comme un espoir et une réponse pour les hommes va émerger. Au début des années 70, le Père Ratzinger a développé le projet « Reconquête », pour reconquérir la vérité de la doctrine de l´Église, dans sa source, et, avec ça, attirer les fidèles, comme les apôtres ont fait pour la petite « première Église ». Pas par coïncidence, l´inspiré Président Général de la Société, Pierre Chouard, à la même époque, a lancé le « Mouvement de la Jeunesse Vincentienne », pour rajeunir la alors « vieillie » SSVP.
Il me semble que nous vivons les temps de 1833, quand Ozanam et ses amis ont décidé « d´aller vers les Pauvres » et fonder la SSVP. Par conséquence, le meilleur manière de célébrer la canonisation d´Ozanam c´est de répondre comment il aura répondu aux défis actuels de la SSVP, de l´Eglise et du monde. Nous devons être, au même temps, les disciples et les gardiens infatigables du légat de nos fondateurs que cherchaient leur sanctification à travers de la Vérité de l´Evangile, dans la pratique de l´amitié, du service et de la défense de la justice. Il est indispensable, donc, que, dans ces temps compliqués, la SSVP se tourne à ces sources, à « l´esprit primitif de la petite Conférence » !
C´est ma conviction que la profonde intériorisation de l´énoncé de la « mission » de la SSVP est la réponse contondante au monde, parce qu’il est basé en notre source, notre essence, et a résisté pour presque 200 années. Nous sommes « un réseau d’amis qui cherchent à se sanctifier en servant les personnes démunies et en travaillant à la défense de la justice sociale. »
En revanche, il est impératif considérer que la SSVP est une institution mistique, avec une vocation globale, adaptée à l´action locale : il faut considérer les différences locales de l´économie, de la politique, de la culture, des langues, de l´organisation communautaire et de la pastoral ecclésiale. Nous sommes une « petite Église » autonome, mais insérée dans l´Église universelle, au service des Pauvres et de la sanctification des âmes. Nous sommes une flamme d´espoir à la construction d´un monde plus juste et fraternel.
Donc, toute l´structure de la SSVP a la responsabilité d´être pertinent au renforcement du développement humain intégral, de nos « Maîtres et Seigneurs », autant que des propres membres de la SSVP. En particulier, en suivant l´inspiration de nos fondateurs, elle doit être l´ambiance où les vincentiens et vincentiennes (en particulier, les jeunes) puissent s´inspirer, quand ils veulent rencontrer réponses et exemples pour le néant d´un monde polarisé, déshumanisé et esclavagiste des Pauvres.
Que Marie nous bénisse dans notre chemin de gardiens de l´essence de notre SSVP. Tottus tuus, Maria !
Necessidade de voltar à fonte
Para quem gosta de história contemporânea, do século passado, entendo que o mundo vive hoje em uma mescla dos anos 30 (época de crise econômica e de aumento de pobreza impressionantes), com os anos 60 (período de uma crise extraordinária de fé, de descrença nas instituições e de relativização dos valores cristãos e de dignidade humana). Soma-se a esta mescla, a triste “polarização digital” que divide regiões, países, instituições, comunidades e famílias. Assim, é neste ambiente que a SSVP deve ser uma voz de esperança e de paz!
Desde 1969, o Padre Josef Ratzinger (Papa Bento XVI) vinha insistindo em sua visão dos tempos muito difíceis por que a Igreja passaria, voltando a ser uma “pequena comunidade” - a “Igreja dos pequenos” -, depois de um longo “processo de cristalização e clarificação”. Mas, depois desta prova, pelo encontro com a sua essência (sua fonte) e pelo suor de “seus santos”, “surgirá, de uma Igreja interiorizada e simplificada, uma grande força (...) como uma esperança e resposta para os homens”. No início da década de 70, o Padre Ratzinger desenvolveu um projeto chamado de “Reconquista”, para reconquistar a verdade da doutrina da Igreja, em sua fonte e, com isso, reconquistar (perdão pela repetição do termo) os fiéis, como se fez no início pelos apóstolos da “pequena Igreja”. Não por coincidência, o inspirado Presidente Geral da SSVP, Pierre Chouard, na mesma época, lançou o “Movimento de Juventude Vicentina”, para rejuvenescer a então “envelhecida” SSVP.
Parece que vivemos os tempos de 1833, quando Ozanam e seus amigos decidiram “ir aos Pobres” e fundar a SSVP. Por conseguinte, a melhor forma de celebrar a canonização de Ozanam é responder, como ele responderia, aos desafios atuais da SSVP, da Igreja e do mundo. Nós devemos ser, ao mesmo tempo, os seguidores e os guardiães incansáveis do legado de nossos fundadores que buscavam a sua santificação pela Verdade do Evangelho, na prática da amizade, do serviço e da defesa da justiça! É fundamental, portanto, que, nestes tempos complicados, a SSVP se volte para suas fontes, ao “espírito primitivo da pequena Conferência”!
É minha convicção que a profunda interiorização do enunciado da “missão” da SSVP é uma resposta contundente ao mundo, porque ele é baseado em nossa fonte, em nossa essência e resistiu por quase 200 anos. A SSVP é “uma rede de amigos que buscam a sua santificação através do serviço ao assistido e da defesa da justiça social”.
Por outro lado, é imperativo considerar que a SSVP é uma instituição mística com essência – vocação – global, adaptada à cultura e à ação local. Debe, portanto, levar em conta as diferenças regionais e locais no âmbito da economia, da política, da cultura, do idioma, da organização comunitária e da pastoral eclesial. Somos uma chama ardente de esperança na construção de um mundo mais justo e mais fraterno. Somos uma “pequena Igreja” inserida na Igreja Universal, a serviço dos Pobres e da santificação das almas.
Por isso, toda a organização da SSVP (global e local) tem a responsabilidade de ser relevante no reforço do desenvolvimento humano integral tanto de “nossos Servos e Senhores”, quanto dos próprios membros da SSVP. Particularmente, seguindo a inspiração de seus fundadores, a SSVP deve ser o ambiente onde os vicentinos e vicentinas (em particular, os jovens) possam se inspirar quando quiserem encontrar respostas e exemplos para o vazio de um mundo polarizado, desumanizado e escravizador do Pobre.
Que Maria nos abençoe em nosso caminho de guardiões da essência de nossa SSVP. Tottus tuus, Maria!