Jesús Francisco Andrés Andrés
Delegado de Pastoral de la Salud
En el marco del VI Domingo de Pascua la Iglesia española celebra la Pascua del Enfermo.
En nuestra diócesis dicho domingo coincide con la celebración de la Marcha a Barbatona, donde miles de fieles se reúnen en torno a María, bajo la advocación de “la Virgen de la Salud”.
María es para todos nosotros, además de Madre, un ejemplo a seguir a la hora de vivir el lema de este año “Déjate cautivar por su rostro desgastado”.
Acercándonos al Evangelio de San Lucas -Lc. 1, 36 ss- podemos descubrir que María, nada más oir que su prima Isabel va a tener un hijo, no se queda parada pensando... “bueno, aún falta mucho tiempo, no hay prisa, esperaré a que me llame, alguien estará a su lado si necesita algo...”.
El pasaje evangélico nos dice que acude a toda prisa a casa de su prima Isabel... y no va sola.
Todos hemos escuchado alguna vez “le ha venido Dios a ver”.
Todos nosotros podemos ser portadores -como María- del Señor cuando acudimos a ayudar a alguien, cuando estamos acompañando a un enfermo, cuando le echamos una mano a alguien que está necesitado.
A nuestro alrededor hay muchos rostros desgastados. Unos tienen muchos años... los de nuestros ancianos; también hay otros rostros desgastados por el maltrato, la pobreza, el olvido, la marginación, la enfermedad.... y no podemos pasar ante ellos “como si nada”.
A María le cautiva el rostro desgastado de su prima Isabel... Que María -consuelo de los afligidos- nos dé fuerza a todos nosotros a ser como ella y dejarnos cautivar por tanto rostro desgastado.