Rafael C. García Serrano
(Conferencia Nuestra Señora de la Antigua, Guadalajara)
Para Claudia
Fuiste
esculpida con los dedos de la noche,
con el barro ardiente de un volcán
que vomita prisioneros fuegos comprimidos
en un deseado amanecer cálido y verde
de pájaros que cantan a la luz que se despierta
y a la vida que amanece en ti:
esa eres tú.
Tu paso
es un revuelo de aladas mariposas,
un ciclón que acerca lo distante
y se clava en los ojos como un dardo,
un latido ocupando con su eco
todos los silencios de la tarde,
un canto que nace no sé donde y llega al alma,
parecido al sonar de una campana
cuando la acaricia el viento:
ese es tu paso al lado mío
Como un fuego que inflama despertando
los misterios del tiempo y del recuerdo,
como un manantial de lluvia en primavera
fecundando la luz de un nuevo verso,
como un ave alborotando el día hasta su ocaso
esa es tu voz.
Una larga espiral de viento cálido
que se ciñe a mi oído, a mi memoria,
y conforma la imagen tan bonita
que de ti ya he guardado para siempre:
es tu recuerdo.