Rafael C. García Serrano
(Conferencia Nuestra Señora de la Antigua, Guadalajara)
No eras nadie en mi vida,
apenas te conocía,
pero pasaste a mi lado,
te paraste ante mí
y me dejaste a Jesús
el Hijo que en tu alma llevas.
¿Qué más puede dejar
alguien que se acerca
y te ofrece el amor divino
con la dulce hermosura
de la que es su Madre
y también la de uno?
¡Gracias Madre mía
por tu compañía!