Por Ángel Moreno
(de Buenafuente)
Horas después
Pasó la brisa de la estancia amiga,
el canto melodioso, la sonrisa,
el beso cálido, el abrazo,
la mirada brillantemente fija.
Sentimiento contrapuesto:
Recuerdo agradecido y de nostalgia,
recinto colmado y el vacío,
las calles remecidas, solitarias.
Se siente el frío, la lluvia arrecia,
retorna la llamada de la estepa,
del páramo, del yermo, y del desierto.
¡El corazón sabe la añoranza!
En esta encrucijada, el reclamo
de la presencia invisible, a solas,
estancia anchurosa, “sin amigos”,
otro abrazo más íntimo acontece.
Volví a mi interior y descubrí
que era real la fidelidad del Tú
compañero permanente, silencioso,
en espera agradecida a mi retorno.
Y el verso en la plegaria se hizo alivio.
Es bueno expresar el sentimiento
ante Él que conoce las entrañas,
heridas siempre de saberse amadas.