Por Juan Pablo Mañueco
(escritor y periodista)
Cazando el amor terreno
yo me hice cazador,
pero me cazó el amor
dándome a mí tan de lleno.
Entré en el monte sereno
de Cupido, pero su arco
me vio, y a su flecha fui el marco
que la herida recibió.
Creí que cazaba yo,
pero el que caza es Amor.
Cazando el amor divino
yo me hice cazador,
pero me cazó de amor,
con un rumor angelino
entrándome en alma Dios,
nada más vernos los dos.
Su atracción es absoluta.
Tanto atrae su camino
que es recorrerlo ya es fruta
de amor para el peregrino.
Creí que cazaba yo:
Cazáronme Amor y Dios.
Del libro "Romancero castellano y otros poemas"
https://aache.com/tienda/es/641-romancero-castellano-y-otros-poemas.html
Sobre el autor:
https://www.youtube.com/watch?v=HdKSZzegNN0