Por Jesús de las Heras Muela
(Periodista y sacerdote. Deán de la catedral de Sigüenza)
Los grupos del Sínodo diocesano, desde el pasado 2 de octubre y hasta el 30 de noviembre, trabajan y oran ya con el cuaderno sinodal 4 y último “Servimos”
Nuestra diócesis de Sigüenza-Guadalajara continúa sus trabajos sinodales, ahora con un nuevo cuaderno y sus nuevos materiales. Es el último de los cuadernos para los grupos sinodales y nuestro sínodo diocesano entrará a partir del 28 de enero de 2024 en su fase final. “El Sínodo diocesano nos impulsa a evangelizar” es el lema general de esta convocatoria, ya en su sexto curso.
En el primer cuaderno de trabajo, llamado cuaderno cero, se plantearon tres grandes cuestiones: “¿Qué es una diócesis?”, “¿Qué es un sínodo?” y “¿Qué es evangelizar?”. Este cuaderno cero se presentó y entregó el 25 de enero de 2020. Pero llegó la pandemia, que, aunque, como luego veremos, no se interrumpió el camino sinodal, sí le imprimió unas características nuevas y obligó a posponer sus planes temporales previstos.
A finales de enero de 2022 y durante todo el primero semestre de este año, se trabajó en el cuaderno 1, titulado “Llamados” (Mirada hacia dentro: “Reaviva el don de Dios que hay en ti…”, frase de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo). En el cuaderno sinodal 1 se trabajaron estos temas: la vocación, los fundamentos de la fe, la espiritualidad cristiana, la coherencia fe-vida y la comunión eclesial.
De octubre de 2022 a enero de 2023, el sínodo diocesano prosiguió su itinerario con en el cuaderno 2 “Desafiados” (Mirada hacia fuera: “Jesús, mirándolo lo amó”, frase del evangelio de san Marcos, en el encuentro de Jesús con el joven rico). Sus cinco temas, desafiantes verdaderamente, fueron: los jóvenes, la mujer, los alejados, la atención pastoral a personas en situaciones diversas y la ecología.
Desde febrero a junio de 2023, fue el tiempo de “Evangelizamos. Retos evangelizadores” es el enunciado del tercer bloque y cuaderno, cuya referencia o lema bíblico es “Sois la luz y la sal del mundo” (cfr. Mateo, 5, 13a.14ª). Sus cinco temas concretos son estos: familia, laicos, mundo rural, formación cristiana y celebración de la fe.
Y ahora y hasta el 30 de noviembre, “Servimos. Acción social y vida pública”. Su referente bíblico es la frase del evangelio de san Juan “Para que tengan vida…” (Juan 10,10). Y su temario incluye estas cinco cuestiones pastorales: pobreza, pastoral de la caridad, solidaridad, vida pública y comunicación. Estas cuestiones pastorales están desarrolladas en el cuaderno en cuatro temas de trabajo: la dimensión sociocaritativa de la Iglesia (con dos apartados: la caridad en la vida de la Iglesia y la caridad en nuestra diócesis de Sigüenza-Guadalajara), la movilidad humana, el cristiano en la vida pública y la comunicación
Presentación del cuaderno sinodal 4
Con este cuarto cuaderno, bajo el título “Servimos”, concluye la tarea y reflexión en la fase los grupos sinodales. El presente trabajo responde, en parte, a las respuestas que se dieron antes de la pandemia y enriquecida con la información recopilada antes y después de la pandemia, amén de otro abundante material de reflexión: los diferentes encuentros del «Día de los Pobres» y sus conclusiones posteriores, lo que se expone en el Sínodo Universal y, sobre todo, las impresiones derivadas del trabajo ya hecho en los grupos sinodales.
De este modo, se busca provocar respuestas efectivas y actualizadas a la realidad de la pobreza, de la movilidad humana, de la vida política y de los medios de comunicación; respuestas que deben ser acordes con lo que nos está pidiendo el Papa: ser una Iglesia en salida, ser tienda de campaña para esta sociedad. Se trata de una sociedad que se alejó de nuestras comunidades cristianas por diferentes razones y que ahora, necesitada, trata de reincorporarse a su casa, que es la Iglesia.
Un Iglesia acogedora y servidora como Jesús, al estilo de Jesús
Para ello, es precisa una labor de acogida, acompañamiento y misericordia, en suma, de servicio, al estilo de Jesús, quien, leemos en Evangelio de San Mateo 20, 25-28, “llamándolos, Jesús les dijo: –Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo. Igual que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos.
El servicio es una manera de prestar ayuda a quienes lo necesitan. El amor cristiano no es un mero sentimiento. Benedicto XVI recuerda que ser cristiano es una cuestión de seguimiento a una persona: nace desde el amor que el Señor nos muestra con su estilo de vida. Servir a los demás es una oportunidad que Jesús nos brinda para continuar con nuestra vida y entrega, viviendo un nuevo modo de ser y estar en el mundo.
El Señor Jesús entregó su vida por nosotros sirviendo. Lo vemos también en el texto evangélico del lavatorio de los pies (Juan 13,12-20), proclamado cada año en la celebración del Jueves Santo, cuando recordamos la institución de la eucaristía y del mandamiento del amor fraterno: “Cuando acabó de lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra vez y les dijo: —¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis «el Maestro» y «el Señor», y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros: os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis. En verdad, en verdad os digo: el criado no es más que su amo, ni el enviado es más que el que lo envía. Puesto que sabéis esto, dichosos vosotros si lo ponéis en práctica.”
¿Y cómo hacer efectivo este servicio?
Podemos ayudar al prójimo con nuestras aportaciones, teniendo en cuenta que la mayor pobreza es no tener a Dios, o dar alimentos a quien lo necesita, o acompañar a las personas mayores en su soledad. Podemos acoger al inmigrante recién llegado o a quien pide asilo político en nuestro país. Podemos servir en la vida pública como expresión sublime de la caridad.
Podemos trabajar por transmitir la verdad en un medio de comunicación, buscando con honradez que los ciudadanos tengan una información correcta y adecuada de lo sucedido, sin ideologías ni partidismos, sin que la verdad de la información oscurezca ningún buen titular.
Y es que, como tantas veces repite el Papa Francisco, “el que no vive para servir, no sirve para vivir”. Y, además, los cristianos tenemos que aprender a mirar como miraba Jesús, con humildad y compasión. Nuestra vida como cristianos tiene que ser una vida de auténtico servicio, poniendo en el centro de nuestras vidas y nuestras comunidades a los necesitados.
Y tras este cuaderno sinodal, ¿qué queda todavía?
Concluidos los trabajos de este cuaderno, el sínodo diocesano completará su segunda fase (la fase de los grupos sinodales); y, entre enero y abril de 2024, discurrirá la última fase, la tercera: la Asamblea Sinodal.
Tres episodios preparativos ha de tener la Asamblea. Primero, la aprobación del reglamento regirá tareas y procedimientos; segundo, el nombramiento de sinodales o personas designadas para participar en las reuniones de la Asamblea, que llegarán a los dos centenares; y tercero, la elaboración por los equipos correspondientes de las ponencias y de las propuestas sinodales según los cuadernos estudiados, trabajo que se enviarán a los sinodales durante el mes de enero.
Por último, la Asamblea Sinodal discurrirá entre el 28 de enero, día en que será la apertura en la concatedral de Guadalajara, y el 14 de abril, fecha señalada para la clausura del Sínodo Diocesano con la celebración litúrgica en la catedral de Sigüenza. Las fechas de las cuatro sesiones sinodales son estas: sábado 3 de febrero, sobre el cuaderno “Llamados”; sábado 17 de febrero, sobre el cuaderno “Desafiados”; sábado 2 de marzo, sobre el cuaderno “Evangelizamos”; y sábado 17 de marzo, sobre el cuaderno “Servimos”.
Finalmente, la fase cuarta será la de la aplicación y la de la conversión pastoral en aras a ser Iglesia en salida misionera.
Breve historia del Sínodo Diocesano
El jueves 17 de mayo de 2018 el obispo de Sigüenza-Guadalajara, Atilano Rodríguez Martínez, anunció al consejo presbiteral su voluntad de convocar un sínodo diocesano. Posteriormente, fue reiterando en otros organismos y foros diocesanos esta decisión y procedió a dar los primeros pasos. Así, tuvo lugar la creación de la Secretaría General del Sínodo (con el sacerdote Ángel Luis Toledano Ibarra, párroco de San Diego de Guadalajara, al frente) y seis comisiones sectoriales de trabajo (Teológica, Canónica, Litúrgica, Pastoral y de Comunicación y Publicaciones). El sínodo diocesano fue abierto, con una solemne y muy concurrida eucaristía en la catedral (más de un millar de personas) el 2 de diciembre de 2018. Asimismo, el obispo creó el consejo de dirección con sínodo, con una comisión permanente.
En 2019, se elaboraron el reglamento sinodal, la misión del consejo sinodal, los materiales divulgativos, didácticos y pastorales, el lema –“Vívelo”-, la oración oficial, y una gran encuesta previa, con 169 preguntas y que fue respondida por 5.515 personas. Se hizo un elenco y clasificación de los temas y se dejó todo preparado para una nueva gran cita: 25 de enero de 2020 con la presentación oficial de los grupos sinodales (entonces 186 grupos, 2.176 personas inscritas) y la entrega del cuaderno cero para el trabajo sinodal en grupos. Además, se eligieron cuatro grandes de temas y mesas de ponencia para trabajar en grupos.
Sínodo en pandemia y sínodo universal
Pero llegó el 15 de marzo de 2020 y el Sínodo comenzó una etapa nueva e imprevista, una etapa de “catacumbas” o de alargada espera pentecostal. Y en medio de todo ello, desde la voluntad de que la llama del Sínodo no se apagara, se trabajó en el himno sinodal oficial (su autor es Lorenzo Sánchez) y en otras canciones y en nuevos y sencillos nuevos materiales de reflexión, artículos y cartas del obispo y del secretario general del Sínodo y hasta se editaron mascarillas sinodales…
Además, nuestra diócesis se sumó, en el otoño de 2021 e invierno de 2022, como no podía ser de otro modo, a la convocatoria del Papa Francisco de llamar a todas las diócesis de la Iglesia a ponerse en camino y trabajar en fases diocesanas ante el Sínodo de los Obispos de octubre de 2023 y de 2024, sobre el tema “Por una Iglesia sinodal. Comunión, participación, misión”.
Publicado en Nueva Alcarria el 27 de octubre de 2023