Por Jesús Montejano
(Delegación de Piedad Popular, Hermandades y Cofradías)
La Virgen María tiene un lugar especial en la Solemnidad, celebrada recientemente, de Pentecostés. En numerosos lugares los días siguientes o anteriores, como en nuestro caso, se celebran numerosas advocaciones marianas. María está presente en el nacimiento de la Iglesia, que recibe la efusión del Espíritu Santo.
En el Señorío de Molina se celebra la fiesta de la Virgen de la Hoz, a la que veneran Molina y diversos pueblos, desde aquel encuentro de María con el pastor de Ventosa.
En el paraje del mismo nombre, que se debe a las hoces que hace el río Gallo, y de gran belleza natural, se encuentra el santuario hacia el cual se han dirigido a lo largo de siglos los peregrinos para dar gracias, pedir, implorar y alabar a María Santísima a la que allí se invoca con el bello nombre de La Hoz.
Un patronato de Molina y diferentes pueblos se preocupa de organizar la fiesta y cuidar, a lo largo de todo el año, el Santuario y mantener con dignidad el lugar con diversas actividades pastorales y culturales.
Nuestra fe cristiana tiene una clara connotación mariana. Y María en su título de La Hoz protege y acompaña la fe de los cristianos que peregrinan en aquella tierra molinesa, y de quienes, aun en la distancia la llevan en el corazón.