Por Alfonso Olmos Embid
(Director de la Oficina de Información)
Como los niños, cuando comienzan a caminar, así somos todos al acercarnos a un lugar desconocido. Vamos un poco a tientas, hasta que logramos ir descubriendo las características del nuevo entorno.
Es lógico que cuando un obispo comienza el ministerio en una diócesis, muchas veces desconocida para él, tenga que ir, poco a poco y con cuidado, como un niño que da sus primeros pasos.
Por eso don Julián, nuevo obispo de la diócesis de Sigüenza-Guadalajara, está manteniendo encuentros, en estos primeros días de su presencia en nuestra tierra, con gentes de pueblos muy pequeños y de parroquias de la capital, miembros de diversas estructuras laicales, medios de comunicación, consagrados y monjas de clausura y con los sacerdotes, en este caso uno a uno, para tomarle el pulso a esta porción del Pueblo de Dios.
Al iniciar el nuevo año, que coincide con el inicio de la estancia de monseñor Ruiz entre nosotros, pedimos que este conocimiento sea lo más pleno posible para que pueda acertar en sus decisiones de gobierno y apacentar mejor al rebaño encomendado.