Corazón de Jesús: Corazón de la Fe cristiana

Por Jesús de las Heras Muela

(Periodista y sacerdote. Deán de la catedral de Sigüenza)

 

 

 

Todo el mes de junio, con fiesta y solemnidad especial este viernes, día 7 de junio, está dedicado al Sagrado Corazón de Jesús, un culto cristiano esencial

 

 

 

 

El viernes posterior al segundo domingo después de Pentecostés, viernes, pues, dentro la octava del Corpus Christi, es la fecha reservada en el calendario de la Iglesia para la fiesta en honor del Sagrado Corazón de Jesús.

Es, en consecuencia, una fecha que oscila entre el 29 de mayo y el 2 de julio y que, en 2024, es hoy, viernes, día 7 de junio. Esta fiesta tiene rango de solemnidad. Es también la jornada mundial de oración por la santificación de los sacerdotes, jornada establecida por el Papa san Juan Pablo II en 1995.

 

Junio, mes del Corazón de Jesús

Jesús nos ama con corazón de hombre y con corazón de Dios, su doble naturaleza en una única Persona del Verbo. Nos ama, pues, con amor eterno, con todo y de todo corazón. El Corazón de Cristo es el corazón de la misericordia, la expresión de su amor.

No perdamos tampoco el culto, siempre tan fecundo, al Sagrado Corazón de Jesús, a quien la Iglesia le dedica el mes de junio ya que fue en junio, el 16 de junio de 1675, cuando Jesús se le apareció a Santa Margarita María de Alacoque para alentar en ella su devoción hacia el Sagrado Corazón de Jesús, mostrándole su corazón y encargándole difusión universal de este culto. Fue también en junio de hace 125 años cuando el Papa León XIII consagró la humanidad al Corazón de Jesús, el 11 de junio de 1899. Asimismo, en junio, Pío XII, en 1941, y Juan Pablo II, en 1984 y 2000, volvieron a hacerlo.

 

Templo expiatorio al Sagrado Corazón de Jesús en el Tibibado de Barcelona

Corazón de Jesús, Corazón que habla al Corazón

El culto al Corazón de Jesús no es una devoción parcial, periférica, local sobre Jesucristo, sino que expresa la totalidad del Señor. El Corazón de Jesús es el corazón de la fe cristiana, que se basa en el amor de Dios Padre que envió a su Hijo al mundo para nuestra salvación y quien (Jesús), con amor eterno y total, con corazón de Dios y Hombre, nos amó y nos ama hasta el extremo. Es un Corazón que habla a nuestro corazón: “Cor ad cor loquitur” (San John Henry Newman)

El Corazón de Cristo es el Corazón de la Misericordia del Padre. Un corazón de misericordia es el corazón de Cristo. El corazón de Cristo es un corazón que mana, que palpita, un corazón paciente, un corazón que ama, que perdona, que te conoce y te acoge siempre. Es un corazón que llora, que acompaña, que mira, que lucha, que salva, que muestra su herida, un corazón siempre solidario con las heridas de los demás. Un corazón que sana y en cuyas cicatrices están todas nuestras cicatrices del cuerpo y del alma. Es el corazón de Cristo, corazón del Evangelio, corazón de misericordia.

 

Hasta 876 veces en la Biblia

La palabra Corazón es sinónimo de amor, de entrega incondicional, de compartir los más nobles y grandes sentimientos. Y en este sentido, en toda la Sagrada escritura, hasta en 876 ocasiones aparece la palabra Corazón.

Y, en este sentido, he aquí una cita muy expresiva y hermosa sobre el significado y contenido de la palabra Corazón: “Derramaré sobre vosotros un agua pura que os purificará: de todas vuestras inmundicias e idolatrías os he de purificar; y os daré un corazón nuevo, y os infundiré un espíritu nuevo; arrancaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Os infundiré mi espíritu, y haré que caminéis según mis preceptos, y que guardéis y cumpláis mis mandatos. Y habitaréis en la tierra que di a vuestros padres. Vosotros seréis mi pueblo, y yo seré vuestro Dios” (Ezequiel 36, 25-28).

Y en el Nuevo Testamento, este otro texto fundamental: “Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados y yo os aliviaré. Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón y encontraréis vuestro descanso” (Mateo 11, 28-30).

 

Orígenes históricos de la devoción

Culto y devoción, pues, de origen bíblico, algunos de los santos padres de la Iglesia primera, como san Ambrosio de Milán y san Gregorio Magno, aludieron en sus escritos al Corazón de Jesús. Y en los siglos XIII y XIV, volverá con fuerza el amor al Corazón de Jesús con apóstoles tan significativos como los belgas san Alberto Magno y santa Lutgarda de Tongres, las alemanas santa Matilde de Hackeborn y santa Gertrudis de Helfta y las italianas santa Catalina de Siena y santa Ángela de Foligno.

En el siglo XVI, el Sagrado Corazón estuvo presente en la espiritualidad del teólogo jesuita neerlandés san Pedro Canisio. Y san Francisco de Sales (siglos XVI-XVII) también fue devoto del Sagrado Corazón y la Orden de la Visitación, que fundó en 1625, se hizo también para propagar esta devoción. El escudo de la orden es el Sagrado Corazón de Jesús con dos flechas.

 

Consolidación y expansión de este culto

En el último tercio del siglo XVII, en Francia, en Paray Le Monial, llegó la consolidación y expansión universal del culto al Corazón de Jesús. Fue tras una serie de visiones que tiene Santa Margarita María Alacoque, en las que Cristo le pidió que trabajase para la institución de una fiesta en honor del Sagrado Corazón. Estas apariciones tuvieron lugar entre los años 1673 y 1675.

El culto al Sagrado Corazón de Jesús tiene sus propias letanías, que son una de las praxis más fecundas en las que se ha alimentado esta devoción. Las letanías del Sagrado Corazón de Jesús fueron establecidas de manera oficial para toda la Iglesia en el año 1891 por disposición del Papa León XIII. Su fuente de inspiración y de creación se atribuye a Santa Margarita María de Alacoque. Son 33 invocaciones en evocación a los supuestos y tradicionales 33 años de la vida del Señor.

Por esas mismas fechas de la segunda mitad del siglo XVII, el también santo francés San Juan Eudes había escrito el primer oficio litúrgico de esta fiesta, que se estableció como propia de la Iglesia francesa en 1672.

Un siglo después, en 1765, la Santa Sede autorizó a los Obispos polacos y a la archicofradía romana del Sagrado Corazón la celebración de dicha fiesta. Pero no sería hasta el año 1856 cuando el Papa Pío IX estableció el culto universal de esta fiesta, extendiéndola a toda la Iglesia Católica e incrementándose de manera notable su arraigo y popularidad.

El culto y devoción al Sagrado Corazón de Jesús se convertiría así en la segunda parte del siglo XIX y en la primera parte del siglo XX en una de las características más acusadas y fecundas de la religiosidad y piedad de todos los miembros de la Iglesia, pastores y fieles. Si repasamos las biografías de los santos, beatos y fundadores de la época citada y el arte y la literatura de entonces encontraremos pruebas evidentes y hermosas de ello.

 

Basílica de la Gran Promesa del Corazón de Jesús en Valladolid

 

Sentido y naturaleza

¿Cuál es el sentido de esta devoción? La devoción al Corazón de Jesús no es el culto a una parte de su organismo y anatomía humana, es el culto y la devoción al mismo Jesús, a la persona entera de Jesucristo. De hecho, en la iconografía de esta devoción no se permitió jamás mostrar sólo el corazón. Había y hay que representar a Cristo en su humanidad completa, porque Él es el objeto de nuestra adoración y a Él se dirige nuestra oración al decir "Venid, adoremos al corazón de Jesús, herido por nuestro amor".

De ahí, pues, que la devoción al Corazón de Jesús sea entraña misma del culto a Jesucristo como expresión del amor de Dios y siga siempre hoy y siempre un espléndido camino de vida y piedad cristiana.

La devoción al Sagrado Corazón de Jesús es quintaescencia del evangelio y del plan de salvación de Dios. Hablar del corazón de Jesús es hablar de su humanidad, de quien nos "amó con corazón de hombre". Hablar del corazón del corazón de Jesús es hablar del amor de Dios a los hombres. "Te amé con amor eterno". "Tanto amó Dios al mundo que entregó por él a su Hijo único".

 

El Corazón es el símbolo del amor

El corazón representa el ser humano en su totalidad, es el centro original de la persona humana, el que le da la unidad. El corazón es el centro de nuestro ser, la fuente de nuestra personalidad, el motivo principal de nuestras actitudes y elecciones, el lugar de la misteriosa acción de Dios, escribió Karl Rahner.

El corazón es el símbolo del amor. Y puesto que Cristo tuvo un amor perfecto, su corazón es para nosotros el perfecto símbolo del amor. Su corazón fue saturado de amor perfecto al Padre y a los hombres. Nosotros aprendemos lo que es amor tratando de comprender y de vivir algo del amor de Cristo.

 

Corazón de Cristo, como el que describe esta canción

Hay un corazón que mana,/ que palpita en el Sagrario,/el corazón solitario,
que se alimenta de amor./ Es un corazón paciente,/ es un corazón amigo,/ el que habita en el olvido,/ el corazón de tu Dios.

Es un corazón que ama,/ un corazón que perdona,/ que te conoce y que toma,
de tu vida lo peor./ Que comenzó esta tarea/ una tarde en el Calvario,/ y que ahora desde el Sagrario/ tan sólo quiere tu amor.

Decidles a todos que vengan/ a la fuente de la vida. /Hay una historia escondida/ dentro de este corazón. / Decidles que hay esperanza,/que todo tiene un sentido./ Que Jesucristo está vivo,/ decidles que existe Dios.

Es el corazón que llora/ en la casa de Betania. / El corazón que acompaña/ a los dos de Emaús./ Es el corazón que al joven/rico amó con la mirada./ El que a Pedro perdonaba/ después de su negación.

Es el corazón en lucha/ del huerto de los Olivos,/ que amando a sus enemigos/ hizo creer al ladrón./ Es el corazón que salva/ por su fe a quien se le acerca./ Que mostró  su herida/ abierta/ al apóstol que dudó.

Decidles a todos que vengan/ a la fuente de la vida./ Que hay una historia escondida dentro de este corazón./ Decidles que hay esperanza,/ que todo tiene un sentido./ Que Jesucristo está vivo,/ decidles que existe Dios

 

 

Publicado en Nueva Alcarria el 7 de junio de 2024

 

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