Por Jesús de las Heras Muela
(Periodista y sacerdote. Deán de la catedral de Sigüenza)
Pasado mañana, domingo 18 de agosto, es su fiesta con misa principal a las 11:30 horas, en su altar de la catedral, y con rosario de faroles a partir de ñas 21 horas, recorriendo las calles de la ciudad, todo presidido por el obispo diocesano
(1) Es la Virgen, la imagen mariana, fundacional de la catedral, traída y ofrecida por el obispo Bernardo de Agén, el restaurador de la diócesis en 1124, al que habría ser el templo catedralicio de su diócesis. De alguna manera, pues, es la Virgen de la Mayor, junto a las reliquias de la mártir aquitana santa Librada, quien “hizo” la catedral. Tanto las reliquias de la citada mártir como la talla histórica mariana fueron traídas desde Aquitania, su tierra, por don Bernardo de Agén.
(2) Es la Virgen de la catedral, la Virgen de la iglesia principal de nuestra ciudad y de nuestra diócesis, “caput et mater ecclesiarum” (cabeza y madre del resto de las iglesias y templos de la diócesis). Es la imagen mariana que ha presidido las principales celebraciones catedralicias y diocesanas en estos últimos 855 años y de los 90 obispos que, tras don Bernardo, se han sucedido al frente de la diócesis en estos más de ocho siglos y medio.
(3) Es la Virgen patrona de la ciudad de Sigüenza, que, junto a santa Librada, san Vicente y san Roque, compatronos históricos seguntinos, vela por todos los seguntinos, amigos y visitantes de la ciudad.
(4) Es la Virgen testigo de la historia también del arte cristiano, que, en el caso de esta talla cipresina, originariamente románica y del siglo XII, ha salido recibir la huella del arte gótico y de distintas restauraciones, que el paso de los siglos, sin perder su identidad original, engrandecieron su belleza.
(5) Es la Virgen que sonríe y bendice a sus fieles, que la veneran con amor filial desde el siglo XII y que “conserva y medita” en su corazón, como hiciera en su vida terrena con lo que sucedía con su Hijo Jesús, el paso de la historia seguntina y lo proyecta e interpela a la hora presente.
(6) Es la Virgen elegante y señorial, la Virgen del “Haced lo que Él os diga”, que porta al Niño Jesús, con la mano derecha, y que muestra, en catequesis de talla (la flor de lis, evocación del árbol de Jesé, en la mano izquierda), la verdad de su humanidad y divinidad.
(7) Es la Virgen florecida, en claveles, gladiolos y nardos, que exhala el inconfundible buen olor de Cristo.
(8) Es la Virgen que enseña, en consecuencia, la grandeza del misterio y de la misión de María Santísima, la Intercesora y la Modelo.
(9) Es la Virgen compañera de camino y de afanes, que acompaña y guía desde hace nueve siglos al pueblo fiel seguntino y diocesano. Talla denominada “socia belli” (compañera de batalla), la Virgen de la Mayor acompañó al obispo Bernardo de Agén en sus acciones e incursiones para recuperar el territorio diocesano y llevar la evangelización a todos sus habitantes y rincones
(10) Es la Virgen transmisora de fe, de la fe de nuestros mayores, de la fe que hizo grande a Sigüenza, de fe que nutre todas nuestras arterías y raíces y reclama ser reavivada en tiempos como actuales marcados por la secularización y la lejanía de lo religioso.
(11) Es la Virgen que se enraíza con la historia de nuestra fe y guía e interpela a todos sus devotos para que seamos fieles a esta misma historia de fe.
(12) Es la Virgen de la esperanza (“Spes nostra, Salve”), que ha alentado y alienta a los creyentes y fieles que la invocan.
(13) Es la Virgen de la caridad, que, con su Hijo en brazos, nos enseña al Amor de los Amores y con su mirada nos llama a todos a la fraternidad.
(14) Es la Virgen solidaria, que, con su mejilla herida y abierta, presente en su rostro desde la invasión napoleónica (en 1809, la imagen de la Virgen de la Mayor se libró milagrosamente de ser quemada por los franceses, en plena guerra de la Independencia. Con todo, un soldado francés dejó huella de lo acontecido mediante un sablazo en la mejilla derecha de la imagen de la Virgen, que todavía permanece hoy), se une al dolor de toda la humanidad, al grito y al llanto de los que sufren.
(15) Es la Virgen de la eucaristía, que guarda en su regazo materno y en el sagrario de sus espaldas a Jesús Sacramentado y nos lleva siempre a Él.
(16) Es la Virgen de la cruz (el Descendimiento de la Semana Santa de Sigüenza se realiza, cada Viernes Santo a los pies de su trono), la Virgen del “Stabat”, cuando del costado de su Hijo, Nuestro Salvador, brotaron la sangre y el agua redentores.
(17) Es la Virgen de la pascua, expresada en la alegría y en la bondad de su mirada y en su condición eucarística de sagrario y portadora del Cristo eucaristía que no es otro que el Cristo crucificado y resucitado.
(18) Es la Virgen de los sacramentos, que custodió durante décadas en una concavidad de su dorso, los santos óleos sacramentales.
(19) Es la Virgen del perdón y de la misericordia, que nos llama siempre a reconciliarnos con Dios a través del sacramento de la confesión y a reconciliarnos con los hermanos.
(20) Es la Virgen de la palabra, que, dichosa Ella, Virgen del “Fiat” escuchó la Palabra de Dios y al puso por obra, que tanto se adhirió a la Palabra que la Palabra se hizo Carne en sus entrañas de Virgen y de Madre y habitó entre nosotros.
(21) Es la Virgen coronada –lo hizo en 1906 el obispo fray Toribio de Minguella y Arnedo- que nos indica que la mejor corona es la vida cristiana coherente, apostólica, caritativa, misericordiosa y comprometida de los hijos de la Iglesia.
(22) Es la Virgen procesionada a la aurora (con diario rosario de la aurora en su novenario desde hace más de medio siglo) y también al anochecer con faroles y antorchas (la procesión de los faroles actual data de 1928, siendo obispo de Sigüenza el mártir Eustaquio Nieto Martín), con cirios y velas, que nos llama a correr bien la carrera y a dar el relevo para que todas las generaciones sigan proclamándola Bienaventurada en el Nombre del Señor y para Gloria suya.
Recientemente, el nuncio apostólico en España, Bernardito Auza, ha afirmado que “uno de los actos más bellos y significativos de la devoción popular a María está en el Rosario de la Aurora, y también en el Rosario de los Faroles donde resaltan entre sus elementos luminosos las columnas de la fe.”
(23) Es la Virgen despojada de sus antiguas vestiduras –feliz iniciativa en 1974 del entonces obispo de la diócesis Laureano Castán Lacoma- para exclamar, como hizo su Hijo, Nuestro Señor, quien a pesar de su condición divina no hizo alarde de su categoría, sino que al contrario se despojó de su rango, enseñándose así que solo quien se despoja y se humilla será ensalzado y dará fruto para toda la eternidad.
(24) Es la Virgen vestida azul y de grana, que anticipa el cielo y nos sitúa en la tierra, que nos dice que el cielo no puede esperar, pero que solo se gana y se logra desde la tierra en el afán nuestro de cada día, fondo se labra y esculpe el rostro de la eternidad.
(25) Es la Virgen de la capilla mayor (donde estuvo hasta 1610, al levantarse, por mandato del obispo fray Mateo de Burgos, el gran retablo de Giraldo de Merlo), junto al sagrario, donde permaneció durante cinco siglos, la Virgen de la oración y de la contemplación.
(26) Es la Virgen blanca. En el año 1313, hallándose muy deteriorada la imagen, el obispo Simón Girón de Cisneros mandó revestirla de plata. Por ello, durante un tiempo fue llamada "La Blanca", título que no prevaleció ya que el pueblo seguía llamándola la Virgen de la Mayor. Durante esta restauración de la talla, se procedió también a otras acciones, que dotaron a la imagen de una presencia más gótica -ágil, risueña, señorial, benedicente-, como actualmente puede contemplarse.
(27) Es la Virgen del trascoro, su actual emplazamiento desde hace 350 años (entre los años 1666 y 1673, por mandato del obispo Andrés Bravo de Salamanca, el artista Juan de Lobera construye en el transcurro de la catedral un altar-retablo barroco destinado a la Virgen de la Mayor), y que llama a hacer de nuestra vida un cántico de alabanza al Señor.
(28) Es la Virgen del pueblo como atestiguan sus más de 600 cofrades y los miles de personas que acompañan su fiesta de cada año el domingo siguiente al 16 de agosto, san Roque.
Fue el obispo de Sigüenza Fadrique de Portugal quien en 1522 fundó la Cofradía de la Virgen de la Mayor, cuyos primeros estatutos datan de 1598, siendo obispo de Sigüenza Lorenzo Suárez de Figueroa y Fernández de Córdoba. En el año 1871, siendo obispo Francisco de Paula Benavides y Navarrete, se renovaron los estatutos de la Cofradía de la Virgen de la Mayor, que permanecieron en vigor hasta 2005, año en que fueron renovados, a la luz del Código de Derecho Canónico de 1983, y siendo obispo José Sánchez González.
(29) Es la Virgen que mira al pueblo, que mira a nuestras calles y plazas, que con su amorosa mirada maternal nos indica, desde su trono catedralicio, la puerta de la catedral, todo un símbolo y una mirada que expresan la necesidad de ser siempre Iglesia en salida, como nos reclama el Papa Francisco.
(30) Es, sí, la Virgen de la Mayor de Sigüenza, su Patrona, su Señora, su Madre, su Abogada, su Orgullo, su Corona, clave inequívoca y fecunda de su identidad más cierta.
Publicado en Nueva Alcarria el 16 de agosto de 2024