Por Jesús de las Heras Muela
(Periodista y sacerdote. Deán de la catedral de Sigüenza)
Pasado mañana, domingo 15 de septiembre, es la fiesta de la Virgen de la Salud de Barbatona, amén de la fiesta también en Humanes, Auñón, Luzón, Taracena y Budia
Pasado mañana, día 15 de septiembre, domingo siguiente a la festividad de la Natividad de Nuestra Señora (8 de septiembre) se celebra la fiesta de la Virgen de la Salud de Barbatona; y en Humanes, Auñón, Luzón, Taracena y Budia, en honor, respectivamente de la Virgen de Peñahora, de la Virgen del Madroñal, de la Virgen de la Peña, de la Virgen del Valle y de la Virgen del Peral de Dulzura.
Este año, el domingo de la octava de la fiesta de la Natividad de la Virgen es, por lo tanto, el día 15 de septiembre, pasado mañana, y en todos estos lugares, desde tiempo inmemorial su fiesta en honor de María es el domingo siguiente al 8 de septiembre, es decir, un día comprendido entre el 9 y el 15 de septiembre.
En Barbatona, el domingo 15 preside el vicario; y el domingo 22, el obispo
En el santuario de la Virgen de la Salud de Barbatona el viernes día 6 de septiembre comenzó el Novenario, con convocatorias a las 9 de la mañana y a las 7 de la tarde. La fiesta de la Virgen de la Salud de Barbatona, como es tradicional, es el domingo siguiente a la fiesta de la Natividad de María (8 de septiembre). Esto es, la fiesta de la Virgen de la Salud de Barbatona será el domingo 15 de septiembre.
La fiesta en Barbatona de este próximo domingo 15 de septiembre contará con tres misas: a las 10:30, las 12:30 y las 18:30 horas, La misa de las 12:30 horas es presidida este año por el vicario general, Agustín Bugeda Sanz. Una vez concluida esta eucaristía, será la procesión con la tan venerada imagen mariana.
«María, madre y modelo de toda vocación» es el lema del novenario y fiesta, con la intención orante por las vocaciones al sacerdocio, a la vida consagrada y al laicado.
Por otro lado, el domingo siguiente, día 22 de septiembre, será la fiesta de la octava con misa a las 13:15 horas, que será presidida por el obispo diocesano don Julián Ruiz Martorell. Y en la víspera, a las 19 horas, habrá misa de difuntos por cofrades, benefactores y peregrinos fallecidos.
Apuntes para la historia de la Virgen de la Salud de Barbatona
Sin duda, las páginas históricas más certeras desde la investigación histórica de las fuentes acerca del culto a la Virgen de la Salud de Barbatona las encontramos en un trabajo todavía inédito y por completar y finalizar, del que su autor nos ha facilitado los datos que a continuación siguen. El autor es el sacerdote, músico e investigador Juan Antonio Marco Martínez, párroco, a su vez, de Barbatona, amén de organista de la catedral. Los párrafos que siguen hasta el final de este artículo son suyos.
«La iglesia de Barbatona, que adquirió en el siglo XIX sus dimensiones actuales, era un pequeño edificio apartado del caserío –quedaba este más hacia el saliente, a partir de la que hoy se conoce como casa de la Virgen- situado justo debajo del antiguo torreón, que pasó a ser granero. Constaba de espadaña –elemento que, salvo la portada que se puso ahí cuando las obras de 1866, se conserva tal cual- cuerpo y capilla mayor en forma de cubo; su longitud no alcanzaba los 13 metros.
Como todas las iglesias, tenía un pequeño cementerio adosado por el sur, con su cerca de mampostería coronada de alabardillas labradas y su arco de ingreso; por aquí había que pasar para acceder al templo, cuya portada estaba situada en la parte central del muro sur. Detalles como la carpintería tosca de su techumbre, la ausencia de cornisas -sustituidas por un sencillo tejaroz- o el carecer de sacristía, son normales en una parroquia con tan poquito vecindario y sin recursos.
“Una imagen de la Virgen vestida”
Un inventario de finales del siglo XVI informa sobre la existencia de dos imágenes en la iglesia de Barbatona: “Un retablo con un San Andrés de alabastro (añadido: este por estar indecente se enterró en el año de 1794 en el cementerio, junto al osario, que antes estaba colocado encima de la puerta de la parroquia), más una imagen de la Virgen vestida”.
Nada hace pensar que en la citada centuria esta imagen de origen medieval, honrada luego bajo la advocación de “Nra. Sra. de los Remedios”, recibiera un culto especial; hay que esperar hasta finales del XVII para encontrar algún indicio.
Los sucesos del 9 de septiembre de 1710
Hay constancia documental de que en 1673 se hizo para la iglesia de Barbatona una campana llamada MARÍA ORA PRO NOBIS a cuya fundición contribuyeron devotos de Sigüenza, lo que denota que la devoción a Nra. Sra. de los Remedios había salido ya del ámbito local. También está documentado que fue en 1702 cuando la antigua “imagen de la Virgen vestida” adquirió su título definitivo: Nuestra Señora de la Salud. Quizá convenga subrayar que estos cambios en la denominación de imágenes de María eran normales; baste un ejemplo: la patrona de Trillo, venerada hoy como Virgen del Campo, fue primero Nuestra Señora del Rosario y luego Virgen de las Viñas.
Así las cosas, resultó que el 9 de septiembre de 1710, día siguiente a la Natividad de María, las tropas del archiduque Carlos, en el contexto de la Guerra de Sucesión, profanaron la iglesia de Barbatona y vejaron la imagen de la Virgen. Pienso que este hecho y la reacción que suscitó en ciertos ámbitos de Sigüenza, fueron decisivos en la expansión de la devoción a Nuestra Señora de la Salud.
En efecto, la imagen se llevó a restaurar a Sigüenza, se recogieron limosnas para ponerle un retablo digno y diversos devotos patrocinaron su fiesta; luego se creó en la citada ciudad una cofradía para fomentar y asegurar su culto y se iniciaron los trámites para construir, junto a la iglesia parroquial, una ermita con mayor capacidad y ornato.
Un santuario de toda la diócesis y para toda la diócesis
El 27 de noviembre de 1739 tuvo lugar la bendición de “el sitio donde se ha de fabricar la nueva iglesia para la colocación de dicha Imagen”. Transcurrieron quince años hasta que pudieron darse por concluidos los trabajos de la nueva ermita: “En el lugar de Barbatona a 14 días del mes de septiembre de 1754, el Sr. Dn. Juan de Olier dignidad de Arcediano de Ayllón y canónigo en la stª iglesia catedral de Sigüenza y abad de la cofradía de Nra. Sra. de la Salud que se venera en este dicho lugar… pasó a bendecir la nueva iglesia que se ha ejecutado en dicho lugar para colocar en ella a dicha Santa Imagen… y en la tarde de este día, se sacó procesionalmente a dicha Santa Imagen de la parroquia y se colocó en su nueva iglesia…”
La construcción de la ermita, a la que en la centuria siguiente se le añadiría un tramo más al cuerpo y dos naves laterales, se ajustó con el seguntino Antonio Sancha, que por entonces ostentaba el cargo de maestro de obras del obispado. El coste de la obra rondó los 50.000 reales. ¿De dónde salió ese dinero? La respuesta es sencilla: de toda la diócesis. Las limosnas que se recogían en Sigüenza y pueblos del entorno no eran suficientes, así que se recurrió al provisor de la diócesis para que aplicase a la obra de Nuestra Señora de la Salud parte de las limosnas que se recogían en todo el obispado por los permisos para trabajar en días festivos de agosto.
Así, en torno a 1745 las cuentas de numerosas parroquias de la diócesis registran salidas de 15 reales “para la obra de Nra. Sra. de la Salud de Barbatona”. Seguramente esta es la razón de que el nombre de Barbatona y la devoción a la Virgen de la Salud llegaran hasta los últimos rincones del obispado. La historia se repetirá cuando la coronación canónica de 1954: la hermosa corona de metales preciosos se adquirió con donativos de toda la diócesis, que por entonces era ya Sigüenza-Guadalajara.
En correspondencia con esto, Barbatona siempre estuvo abierto la diócesis. Ya en 1883 la cofradía secundó una propuesta del obispo para una peregrinación diocesana, que finalmente se suspendió con motivo de una epidemia de cólera. La primera peregrinación diocesana a Barbatona tuvo lugar el 18 de septiembre de 1904; también aquí se puso la cofradía a disposición de la junta organizadora nombrada por el obispo “para solemnizar el quincuagésimo aniversario de la definición dogmática de la Inmaculada Concepción de María Santísima”.
Así ha seguido haciéndolo desde 1965 cuando, por iniciativa del obispo diocesano y de la Acción Católica, se crearon las Marchas Diocesanas de mayo, “que la cofradía vio con entusiasmo el camino por cuanto supone en el fortalecimiento de la fe”.
Marchas de mayo desde 1965
El 12 de mayo de 1965, segundo domingo de mayo, tiene lugar la primera Marcha diocesana a su santuario. A partir de entonces quedará establecido en esta fecha variable, el segundo domingo de mayo como día de esta concentración y peregrinación mariana de toda la diócesis, que suele reunir, a lo largo de toda la jornada, un número de fieles entre quince mil y veinte mil.
Aquella primera marcha se celebraba para dar gracias a Dios por la proclamación de la Virgen María como Madre de la Iglesia, declaración realizada por el Concilio Vaticano II. El entonces obispo de Sigüenza, Mons. Laureano Castán Lacoma, había sido uno de los padres conciliares que había solicitado dicha declaración.
Ante el éxito de esta convocatoria, las Marchas diocesanas a Barbatona quedaron institucionalizadas para fomentar el culto a la Virgen, revitalizar la vida y praxis cristiana y sacramental y para promover la unidad y comunión de todos los pueblos y personas de la diócesis, que en 1955 había experimentado cambio de límites geográficos, que se hacían coincidir con los de la provincia de Guadalajara.
Las Marchas cuentan cada año con un lema e intención general y distintas parroquias e instituciones diocesanas realizan las ofrendas de la Misa y reciben el cirio votivo del Santuario». (Juan Antonio Marco Martínez).
Publicado en Nueva Alcarria el 13 de septiembre de 2024