Por Alfonso Olmos
(director de la Oficina de Información)
1.- Comenzaré el tiempo estival haciendo el propósito de leer algo que me aproveche, sin gastar tanto tiempo delante de la televisión.
2.- Conviviré con los que tengo alrededor, familia y amigos, puesto que en otros momentos del año no me es posible.
3.- Haré algo de deporte para mantenerme en forma físicamente. El verano es tiempo propicio para comer y beber en exceso, y hay que cuidarse.
4.- Moderaré mis juicios y comentarios. Muchas personas acuden a sus pueblos en estos días, o pasan más tiempo con personas cercanas, y es muy fácil que surjan conversaciones que invitan a la crítica y que no son nada constructivas.
5.- Tendré cuidado en la conducción. En estos días se celebra la Jornada de Responsabilidad en el Tráfico, en torno a la fiesta de San Cristóbal, coincidiendo con el inicio de las vacaciones de muchas personas. Es una invitación a la reflexión es este aspecto.
6.- Cuidaré la naturaleza, reconociéndola como la “casa común”. Así es como la llama el papa Francisco en su nueva encíclica Laudato Si’. Puede ser un texto de referencia para leer y vivir en estos días.
7.- Rezaré con más calma. Si tenemos más tiempo libre para hacer cosas, también podemos tener más tiempo para el Señor.
8.- Pediré la intercesión de María para mis empresas y proyectos. Como cada mes del año, también en el mes de julio, la liturgia nos propone a la Virgen como ayuda y ejemplo. Celebramos a María con el popular título del Carmen, que invoquemos su ayuda y protección.
9.- Fomentaré la paz en la familia. Estar más horas junto al resto de la familia puede hacerse duro, pueden surgir fricciones y malestar. No subir el tono de voz es fundamental. La paciencia es una virtud en la que ejercitarnos.
10.- Aprovecharé el verano como momento de encuentro: con Dios, con los demás, con la naturaleza y conmigo mismo.