Por Alfonso Olmos Embid
(Director de la Oficina de Información)
En la provincia de Guadalajara, que coincide con el territorio de nuestra diócesis de Sigüenza-Guadalajara, el verano trae consigo mucho más que el calor y los días largos. Es tiempo de reencuentro, de volver al pueblo, de abrazar a los de siempre y celebrar juntos las fiestas patronales. Cada pueblo, por pequeño que sea, cada parroquia, honra a su patrono o patrona: la Virgen, en sus diversas advocaciones, San Roque, San Bartolomé… advocaciones que han marcado la historia y la fe de nuestras gentes.
En estas fechas, las plazas se llenan de música y alegría, pero también de oración. Las procesiones, las misas solemnes y los gestos sencillos de devoción son la mejor muestra de un pueblo que no olvida sus raíces. Muchos, aunque vivan lejos el resto del año, vuelven para renovar la tradición y transmitirla a hijos y nietos.
La diócesis nos invita este verano, además, a unirnos a la campaña «Vuelve a tu pueblo, ayuda a su iglesia». Porque nuestras pequeñas iglesias rurales, que guardan siglos de historia y de fe, necesitan nuestro cuidado y apoyo para seguir siendo faros de esperanza. Que al volver a casa este verano no olvidemos que también somos responsables de mantener viva la llama que encendieron nuestros mayores.