El recorrido de la exposición “Obras de misericordia” por las parroquias de Guadalajara ha pasado desde San José Artesano hasta San Pablo, donde estará esta semana. Se trata de una exposición itinerante dentro del arciprestazgo de Guadalajara para dar a conocer las obras de misericordia corporales y espirituales, una más de las acciones que el arciprestazgo promueve con motivo del Jubileo extraordinario de la Misericordia.

La muestra presenta cada obra de misericordia en un panel que contiene una breve explicación y  una ilustración con dibujos del artista malagueño Fano. Semana a semana, la exposición rotará por todas las parroquias de la capital a lo largo del año. También puede llegar a los centros escolares y otras instituciones que la soliciten.

Por iniciativa del obispo diocesano y en el marco del Año Jubilar de la Misericordia, desde el miércoles de ceniza, día 10 de febrero, la concatedral de Guadalajara cuatro horas y media diarias de servicio de confesionario, para lo cual distintas sacerdotes de la ciudad estarán disponibles. Los horarios son de 8:30 a 10 de la mañana y de 6 a 8 de la tarde.

A su vez, la catedral de Sigüenza cuenta todos los días con confesor entre las 11 y las 12 horas y de 6 a 7 de la tarde. Ahora, con ocasión del Año Jubilar de la Misericordia, amplía sus servicios los sábados –día de mayor afluencia de personas a la catedral-, con horario de 12 a 13 horas.

Un numeroso grupo ha participado en los ejercicios espirituales que durante el pasado fin de semana tuvieron lugar en Buenafuente del Sistal.  Personas venidas de algunas parroquias de nuestra diócesis, del grupo de cursillos de cristiandad, de la delegación de juventud y de los amigos del seminario han sido acompañadas por nuestro obispo don Atilano, encargado de dirigir este retiro.

En un clima de tranquilidad, compartiendo la liturgia de las horas con la comunidad cisterciense del lugar, los ejercitantes han podido reflexionar acerca del sentido de la vida y de los principales misterios de la vida de Jesús, de un modo especial su amor por los pecadores, su muerte en cruz y su resurrección. Además han podido recibir la gracia de la indulgencia plenaria, con motivo del año jubilar de la misericordia.

Quienes han estado allí coinciden en que ha sido una experiencia magnífica, en la que se han sentido muy bien acogidos, han podido descansar y encontrar tiempo para estar con el Señor, y reavivar los compromisos diarios de la fe.

1.- La conversión es recordar que el Señor nos hizo para sí y que todos los anhelos, expectativas, búsquedas y hasta frenesíes de nuestra vida, sólo descansarán, sólo se plenificarán, cuando volvamos a El.

2.- La conversión es la llamada insistente a asumamos, reconozcamos y purifiquemos nuestras debilidades.

3.- La conversión es ponernos en el camino, con la ternura, la humildad y la sinceridad del hijo pródigo, de rectificar los pequeños o grandes errores y defectos de nuestra vida.

4.- La conversión es entrar en uno mismo y tamizar la propia existencia a la luz del Señor, de su Palabra y de su Iglesia y descubrir todo lo que hay en nosotros de vana ambición, de presunción innecesaria, de limitación y egoísmo…

5.- La conversión es cambiar nuestra mentalidad, llena de eslóganes mundanos, lejana al evangelio, y transformarla por una visión cristiana y sobrenatural de la vida.

6.- La conversión es cortar nuestros caminos de pecado, de materialismo, paganismo, consumismo, sensualismo, secularismo e insolidaridad y emprender el verdadero camino de los hijos de Dios, ligeros de equipaje.

7.- La conversión es examinarnos de amor y encontrar nuestro corazón y nuestras manos más o menos vacías.

8.- La conversión es renunciar a nuestro viejo y acendrado egoísmo, que cierra las puertas a Dios y al prójimo.

9.- La conversión es mirar a Jesucristo -como hizo Teresa de Jesús a su Cristo muy llagado- y contemplar su cuerpo desnudo, sus manos rotas, sus pies atados, su corazón traspasado sentir la necesidad de responder con amor al Amor que no es amado.

10.- Y así, de este modo, la conversión, siempre obra de la misericordia y de la gracia de Dios y del esfuerzo del hombre, será encuentro gozoso, sanante y transformador con Jesucristo.

Por Jesús de las Heras Muela