Al menos tres decenas de localidades diocesanas celebran de modo específico y con especial solemnidad la fiesta de la Inmaculada del 8 de diciembre. Tienen, así, la parroquia dedicada a la Inmaculada los pueblos de Aldeanueva de Guadalajara, Alpedrete de la Sierra, Arroyo de Fraguas, Balbacil, Caspueñas, Cerezo de Mohernando, Cortes de Tajuña, Gárgoles de Abajo, Huertahernando, Iriépal, Irueste, Las Inviernas, Matillas Montarrón, Morillejo, Olmedillas, Otilla, Pajares, Palancares, Somolinos, Tabladillo, Taracena, Torrecuadrada de Molina, Tortonda, Valdenoches, Valdesaz, Valfermoso de las Monjas y Viana de Jadraque.
Otras ocho tienen ermita con la Inmaculada como titular: Albares, Atanzón, Cillas, Gualda, Pastrana, Romancos, Valdeculbo y Villajero de Medina. También dos monasterios diocesanos están dedicados a este dogma mariano: las Concepcionistas Franciscanas de Guadalajara y de Pastrana, más otros dos, ya no existentes: Almonacid de Zorita y Budia.
Por su parte, las ciudades de Guadalajara, Molina de Aragón (la localidad diocesana quizás más significativamente inmaculista) y Sigüenza tienen sendos monumentos conmemorativos.
Otras ocho localidades cuentan con diversas vinculaciones inmaculistas significativas. Son Atienza, Cifuentes, Cincovillas, El Casar, Jadraque, Navalpotro, Riosalido y Viana de Jadraque. Y en Horche, hay gran fiesta en la noche del 7 al 8 de diciembre con los tradicionales saltos de las hogueras en honor de la Inmaculada.