Al entrar en la sala
tercera, que muestra obras góticas con otras ya
renacientes, descubrimos con la mirada el Calvario, pero antes de
dirigirnos hasta sus pies, podemos encontrar tres magníficas cruces
procesionales, una singular campana fundida en 1490 con una
inscripción de estilo gótico en la parte superior, un tríptico con
escenas de la pasión y la resurrección, de mediados del siglo XVI y
autor anónimo seguntino con influencias de Pedro Andrade, y otro
maravilloso tríptico hispano flamenco, representado la Adoración de
los Pastores.