Todos los años el obispo de la diócesis celebra la misa de la Asunción de María, 15 de agosto, en la catedral de Sigüenza, de la que es titular el misterio de Asunción, al igual que lo es de la diócesis. El horario y el lugar habituales son las 12 horas y la capilla mayor.

Así fue también este año, singular y difícil año en medio de la pandemia y con el templo al 75% de su aforo. Y singular y especial por el hecho de que el 15 de agosto de 1970 fue ordenado sacerdote el actual obispo, don Atilano Rodríguez Martínez. Y, aunque no estaban previstos, en razón del coronavirus, actos especiales, la celebración sí tuvo, dentro de la austeridad que demanda la situación, connotaciones especiales y entrañables, así como la presencia de la alcaldesa de la ciudad y de varios concejales.

Hubo también con un pequeño grupo de sacerdotes, entre ellos algunos estrechos colaboradores de don Atilano y tres trabajadoras de la sede del obispado, un almuerzo, en el Colegio Episcopal de la Sagrada Familia. El vicario general, en nombre de toda la diócesis, hizo entrega al obispo de tres regalos: una casulla verde, en nombre de los sacerdotes; purificadores y ajuar para el altar, en representación de los consagrados; y una cesta de productos alimenticios, en nombre del laicado. También en los postres, intervino, con la recitación de un hermoso poema, el vicario episcopal para la Vida Consagrada.

Dado que en 2021 se cumplirán 25 años de la ordenación episcopal de don Atilano, la celebración diocesana de sus bodas de oro sacerdotales y de sus bodas de plata episcopales está programada para el sábado 19 de junio, en la catedral, en el mismo día de la solemnidad litúrgica del ya 852 aniversario de su consagración o dedicación litúrgica.

Cerca de cuarenta sacerdotes están realizando ejercicios espirituales en Buenafuente del Sistal, en una tanda que dirige el obispo de Vitoria, Juan Carlos Elizalde.

Está organizada, como cada año, por la delegación del clero en coordinación con las actividades veraniegas de Buenafuente. Los sacerdotes también podrán ganar el jubileo con motivo del 775 aniversario de la fundación del monasterio cisterciense de la Madre de Dios.

La parroquia de San Antonio de Padua, de la que fue párroco casi una decena de años, acogerá el sábado 22 de agosto, a las 12 horas, el funeral por el sacerdote diocesano Antonio Herrera Riofrío, fallecido el 29 de abril y ya muy próximo a los 94 años. Fue enterrado en su pueblo natal de Membrillera.

La catedral de Sigüenza acogerá a las 11 horas del miércoles 26 de agosto, fecha del que sería 85 cumpleaños, la misa funeral y posterior inhumación de las cenizas de Marciano Somolinos de la Vega, fallecido en Guadalajara el 1 de abril. Y también de Sigüenza, en este caso en la parroquia de Santa María, el día 29 a las 12 horas habrá un funeral por su anterior párroco, Daniel Sánchez Domínguez, fallecido en la noche del domingo al lunes de Pascua, en Sigüenza, a los 84 años.

Ya en septiembre, el jueves 10 concretamente, será el funeral por el sacerdote diocesano Florentino López Barra, muerto el 14 de abril a los de 92 años. Se celebrará en la concatedral de Guadalajara a las 20 horas.

En todos los funerales presidirá la celebración el obispo diocesano, quien ya hizo lo propio el 4 de julio en la misa ofrecida en la concatedral por el también sacerdote diocesano Benigno Alguacil Martínez, fallecido el 5 de mayo, con 86 años.

El obispo diocesano, Atilano Rodríguez, ha presidido la celebración de la solemnidad de la Asunción de la Virgen en la catadral de Sigüenza.

En este día, además, ha celebrado sus bodas de oro sacerdotales.

En la eucaristía concelebrada por varios sacerdotes, el vicario general, Agustín Bugeda, ha hecho una acción de gracias a Dios por el ministerio sacerdotal del prelado.

A continuación ha compartido la comida en el colegio episcopal Sagrada Familia con el consejo episcopal, los secretarios que le han acompañado estos años, el director del colegio y los trabajadores del obispado.

Al finalizar el encuentro el vicario para la vida consagrada, Ángel Moreno, le ha regalado un homenaje poético haciendo memoria de sus orígenes, de su vida y de su ministerio.