Las diócesis de la Provincia Eclesiástica de Toledo, que aglutina a todas las de Castilla-La Mancha, es decir, Toledo, Albacete, Ciudad Real, Cuenca y Sigüenza-Guadalajara, han puesto en marcha sus respectivas oficinas de acogida, acompañamiento o denuncias de abusos a menores y a personas vulnerables.

En diócesis de Sigüenza-Guadalajara, concretamente, el obispo, Atilano Rodríguez, la erigió el pasado día 30 de abril y contará con tres personas, dos laicos y un sacerdote, que se dedicarán a la escucha de posibles delitos sexuales por parte de sacerdotes, realizarán trabajos de prevención y estarán a disposición de cualquier persona que tenga que acceder a esta comisión, si se diese el caso.

Estas oficinas se han creado en cumplimiento del acuerdo adoptado en la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española, como ya anunció su secretario general a comienzos del pasado mes de marzo, siguiendo las indicaciones del Papa Francisco, con el objetivo de recibir las denuncias de abuso.

Aunque algunas provincias eclesiásticas han optado por crear una oficina metropolitana que incluye a las las diócesis sufragáneas, las diócesis de la Provincia Eclesiástica de Toledo tomaron la decisión, en sus trabajos conjuntos, de crear oficinas diocesanas propias.

El obispo de Sigüenza-Guadalajara, Atilano Rodríguez, ha escrito una sentida Carta Pastoral a todos los diocesanos. En la misma ofrece unas reflexiones al hilo de los acontecimientos que se han sucedido con motivo de la pandemia del Covid-19 y tras una reflexión meditada durante el confinamiento vivido en las últimas semanas.

Las primeras palabras de la misiva, titulada Con gratitud y esperanza, son de recuerdo a los que más han sufrido en este tiempo, a causa de la enfermedad o la muerte de sus seres queridos. También agradece que, gracias a los distintos medios de comunicación, los cristianos puedan haber participado, y sigan haciéndolo, de las celebraciones de la fe en este tiempo en el que, para cumplir responsablemente con la continuas indicaciones de las autoridades, los templos han estado cerrados al culto.

La carta tiene varios capítulos dedicados al agradecimiento, de una forma especial, al personal sanitario y demás servidores públicos, por los que, asegura, ha tenido un recuerdo particular durante este tiempo; a los trabajadores y voluntarios de Cáritas, que han tenido que multiplicar sus esfuerzos para atender a los más pobres que se han multiplicado; a las personas consagradas, que han estado, desde sus distintos carismas atendiendo diversas realidades, a las familias que, en este tiempo, han tenido ocasión de convivir más por el obligado aislamiento y a los sacerdotes que han multiplicado, con gran imaginación, los medios para estar cerca de sus comunidades ofreciendo consuelo y esperanza.

Monseñor Rodríguez reflexiona, en el cuerpo central de la carta, sobre las enseñanzas que esta situación tan particular nos puede ofrecer. El coronavirus nos ha hecho parar y recapacitar. El obispo se pregunta por la relación entre el hombre y Dios, en un apartado centrado en la religiosidad actual, que considera muy personalista y poco profunda, con poca experiencia de la finitud humana y prepotente ante los acontecimientos. Por el contrario, nos dice que en este tiempo “hemos comprobado que somos débiles, vulnerables y necesitados de la ayuda de los demás”, y que, aun valorando la ciencia y la técnica, no debemos excluir a Dios como si fuera “un estorbo para el progreso” relegándolo al “ámbito privado”.

Recuerda la importancia de vivir la fraternidad, que hemos recuperado en esta novedosa situación, de valorar la libertad, que hemos descubierto al ver limitados los movimientos, la convivencia, el trabajo y el culto y de encontrar el sentido de la vida, para no experimentar la angustia y la desesperación.

En su mirada al futuro, tras la experiencia de esta dolorosa realidad, la carta del obispo ofrece algunas pautas para la acción pastoral en la diócesis, que tendrá que seguir caminando de forma sinodal, retomando los trabajos que se venían realizando. Don Atilano invita a todos a crecer en la oración que nos ayuda “a poner la confianza en el Padre, a crecer en la identificación con Jesucristo y a entregarnos a los hermanos sin condición”. También reclama que se busque la paz interior, desde el silencio y la escucha, para que Dios y el resto de los hombres puedan tener una palabra en los proyectos personales. Escuchar para acompañar. Escuchar para compartir, con esperanza, los dolores y sufrimientos de la humanidad.

El obispo, al llegar al final de su reflexión, no quiere olvidar a los que más sufren y sufrirán las consecuencias de la pandemia en todos sus aspectos, también en el económico. Invita a aunar esfuerzos en torno a las asociaciones caritativas de la Iglesia, especialmente con Cáritas, que tendrán que dar respuesta también a nuevas pobrezas. Los necesitados aumentan, los recursos merman, pero con la ayuda de todos, también de las instituciones civiles y, sobre todo, de los voluntarios habrá que afrontar la nueva realidad.

Las palabras del obispo concluyen con una referencia a la Virgen María, a la que en la provincia de Guadalajara se venera de una forma especial en este mes de mayo. Muchas son las romerías que habrían de celebrarse estos días y han de ser suspendidas. A María, siguiendo la recomendación del papa Francisco de contemplar la vida de la Virgen con el rezo del rosario este mes de mayo, termina el obispo pidiendo su protección para toda la diócesis.

 

Enlace a la carta pastoral

 

Desde la Diócesis de Sigüenza-Guadalajara se mantienen 16 becas de estudios para que otros tantos jóvenes, chicas y chicos, puedan hacer estudios en sus lugares de nacimiento. Cada una de estas ayudas asciende a 2.000 euros.

En unos casos las aportaciones son personales y en otros los hace alguna parroquia, como es el caso de San Nicolás, Santa María y María Auxiliadora, en Guadalajara, o alguna cofradía, tal que la de Ntra. Sra. de la Mayor, de Sigüenza, y la de Ntra. Sra. de la Salud, de Barbatona.

Diez de estas becas se han fundado en la Delegación Diocesana de Misiones, mientras que las seis restantes se han abierto en la dirección nacional de Obras Misionales Pontificias.

Las iniciativas emprendidas en la diócesis de Sigüenza-Guadalajara durante la crisis sanitaria aparecen en un nuevo portal que ha abierto la Conferencia Episcopal Española para informar sobre las acciones solidarias de la Iglesia española.

Se trata del portal digital iglesiasolidaria.es, destinado a informar de las acciones de ayuda y solidaridad que las diócesis españolas realizan durante la actual pandemia del Covid-19.

Por una parte, el usuario puede acceder a las iniciativas de cada iglesia diocesana en favor de todas las personas, con especial atención a los enfermos, los mayores y las personas vulnerables. Y por otra, tiene la opción de ofrecer información de acciones aún no recogidas allí, así como de aportar donativos para la campaña.

El portal habla, en concreto, de cinco acciones diocesanas de diversa naturaleza.

Ante el 1 de mayo, Día Internacional del Trabajo, Cáritas Regional en Castilla-La Mancha pone su foco en el compromiso con la inserción social a través del acceso al empleo digno de las personas vulnerables, pues es uno de los ejes de Cáritas en la lucha contra la pobreza y la exclusión social. Cáritas apuesta por un modelo de economía solidaria que pone en el centro a la persona y que se traduce en la actividad que llevamos a cabo en el ámbito de la inserción laboral y las empresas de inserción, una acción que en estos tiempos de emergencia se está adaptando con creatividad a la nueva situación.

Por todo ello, desde el Programa de Empleo y Economía Social de las Cáritas Diocesanas se diseñan distintas líneas de acción en función de las necesidades de cada persona, que van desde la acogida hasta la inclusión social, autonomía personal y participación social, a través de acciones como la Orientación para el Empleo, las diferentes acciones formativas, la intermediación laboral, las acciones de autoempleo y las empresas de inserción.

Debido a este momento de crisis sanitaria, económica y social desde Cáritas se ha tenido que intensificar aún más el trabajo con las personas, con el fin de que la dignidad de las mismas esté por encima de todo, incluso en estos momentos tan complicados. Cáritas ha rediseñado su programa de empleo durante todo este tiempo de crisis, para poder adaptarse a las personas y que no sean estas las que se adapten al programa.

Cáritas, desde su programa de empleo ha atendido durante este tiempo de crisis a 631 personas. Siguen siendo personas vulnerables, personas con las que se viene trabajando desde Cáritas, pero también estamos detectando que las personas que estaban trabajando en economía sumergida, han perdido sus trabajos y por lo tanto, su situación es de grave exclusión social, por lo que recurren a Cáritas para solicitar trabajo. También se detectan personas provenientes de familias normalizadas, hasta ahora no atendidas en la Institución.

Cáritas insiste, que esta crisis está teniendo y tendrá consecuencias sociales, y lo enmarca con dos problemáticas que ya hace tiempo que desde Cáritas se denuncian y que corrobora el último informe FOESSA. En primer lugar, queremos poner el foco en la situación de precariedad laboral que viven muchas personas, lo que ha implicado que se hayan quedado sin trabajo durante este tiempo de crisis sanitaria y social y que ya no cuenten con ningún tipo de ingresos ya que muchas personas tenían contratos temporales, sobre todo en el sector servicios, y aquellas que trabajaban en el mercado informal, han perdido el trabajo. Además, muchas de las personas que trabajaban en el mercado informal no disponían de contrato, y por tanto no podrán acogerse a la prestación de paro.

Como consecuencia del covid-19 se ha generado una grave crisis sanitaria que está afectando gravemente a nivel social y económico. Para intentar paliar esta situación el Gobierno está adoptando una serie de medidas, entre las que no se ha tenido muy en cuenta a un sector especialmente vulnerable como son las empleadas del hogar. Según las últimas informaciones, este sector profesional sí tendrá derecho a subsidio por desempleo pero solo por un mes sin estar llegando en tiempo y forma a las personas afectadas.

También están sufriendo fuertemente la crisis las personas que han trabajado en los sectores de la hostelería o temporeros.



Acompañamiento

Cáritas se ha ido adaptando a estos tiempos de crisis, realizando su acompañamiento vía online, a través del ordenador, de whatApps, teléfono, pero con la misma eficacia, calidez, calidad y dignidad. Se están gestionando ofertas de empleo, realizando asesoramiento de la nueva normativa en el estado de alarma a empleados y empleadores a través de comunicados, haciendo seguimiento de ofertas y llevando a cabo el seguimiento de participantes. Incluso se están desarrollando cursos de formación telemáticamente, se trata de continuar dando herramientas a las personas más vulnerables en este tiempo de crisis.

Cáritas observa, que en la mayor parte de la Región las ofertas de empleo se han incrementado y las demandas han sido las siguientes: personal para las residencias de ancianos; personal de limpieza, auxiliares de atención de personas dependientes, cocineros, cuidadores, empleadas de hogar para casas particulares, peones agrícolas…

En relación con la necesidad de trabajadores en el sector agrícola, Cáritas cree que, habiendo demanda, no es fácil cubrirlas, por las dificultades de desplazamiento de los trabajadores y el alojamiento en el lugar de trabajo. Es muy difícil aplicar las medidas de protección exigidas en el Real Decreto en este sector laboral.

En un ambiente hostil como este, las empresas de inserción que Cáritas tiene en toda la Región, están haciendo todos los esfuerzos para que nadie se quede atrás: en algunos casos manteniendo los empleos y ofreciendo acompañamiento a la plantilla de trabajadores, especialmente a aquellos que peor lo están pasando. Pero lo más destacable es que muchas de estas empresas han sabido aprovechar las dificultades provocadas por el coronavirus como una oportunidad para mantenerse en pie y reorientar su actividad con objeto de apoyar las respuestas sociales de Cáritas a las personas más vulnerables.


Datos 2019

Por último, recordamos que durante 2019 se han atendido a 4.950 personas, de las cuales se han insertado 477 personas, e invirtiendo 4.579.985,75 € Como advierten los expertos de FOESSA, durante los últimos 10 años las clases más desfavorecidas han estado esperando alguna medida de calado que pudiera revertir, o al menos parar, su proceso de acumulación de dificultades. Sin embargo, las medidas de contención del gasto, más allá de donde vinieran, han sido las prioritarias, abandonando a personas y hogares sin capacidad de resistencia en el espacio de la exclusión más severa.

Aun en esta situación de pandemia tan complicada que vivimos, Cáritas sigue apostando por la responsabilidad de todos los poderes públicos y de la sociedad, para devolver la esperanza a todos estos hermanos nuestros que están sufriendo el desempleo de una manera tan brutal en sus propias vidas y las de sus familias y trae las palabras del Papa Francisco cuando dice: “Trabajando nos volvemos más personas. Nuestra humanidad florece, los jóvenes se vuelven adultos trabajando, los hombres y las mujeres se nutren del trabajo como el trabajo es fuente de dignidad”.



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