
Hoy ha sido el día dedicado a las Familias que nos han acogido. Cada uno de los peregrinos hemos participado en la Eucaristía de las Parroquias a las que pertenecen. Hemos podido vivir la Fraternidad en Comunidad con nuestros hermanos polacos y peregrinos franceses, algo que hemos compartido desde que llegamos; nos hemos sentido como en casa y en familia. Son unos maestros de los que podemos aprender realmente qué es acoger al hermano, desprendiéndose de sus comodidades, tiempo... ofreciéndonos todo lo mejor. ¡Eso sí que es AMOR! Nos han mostrado el amor gratuito que dice el Evangelio. Desde el momento que llegamos nos dijeron que para ellos recibir a los peregrinos es como recibir al mismo Dios, y nosotros ahora que nos vamos, también les decimos que ha sido como estar con el mismo Señor, viéndose reflejado en cada acto, en cada sonrisa, en esa HOSPITALIDAD que nos han demostrado.Por la tarde, la Parroquia nos había preparado una Fiesta de Despedida, en la que una vez más, familias, voluntarios y peregrinos, hemos unido nuestras manos y corazones, deseando que esta fuerza de la FE siga dándonos fuerza para conseguir un mundo mejor, sabiendo que "nada nos separará del amor de Dios".






Hoy hemos empezado el día cada uno por separado, y nos hemos ido uniendo en el tren poco a poco, y despues hemos vivido un momento divertido como muchos de estos días, bailando y cantando en el tren con gente de otros países viendo esa unión que sólo Dios puede darnos. En la oración comprobamos q no estamos solos y que no hay que avergonzarse de ser cristianos, ya que siempre recibimos más q damos y esto es muy bonito. Compartimos con mucha gente q vive nuestra experiencia de fe y nos la aumenta, por ello damos gracias a Dios.
Luego cada uno ha decidido q lugar visitar, nosotros hemos ido a Gdansk una hermosa ciudad e importante en la historia del país.

Centrándonos en el día de hoy, empezamos con un gran madrugón para llegar pronto a nuestro punto de encuentro, la Iglesia, para ensayar las canciones de la misa. En ella compartimos micrófono con Ucrania y nos emocionamos con el testimonio de Karim. Siguiendo la jornada fuimos a los talleres. Nosotras nos apuntamos al de Hogar Ayuda Social, el cuál consistía en una visita a una residencia de ancianos, donde estuvimos acompañadas de muchos otros países y sin darnos cuenta hemos recibido más de lo que hemos dado.
Para finalizar nuestro día hicimos un vía crucis por la calle mayor de Gdansk, en el que cada estación estaba dirigida por un país; y qué suerte la nuestra que, al terminar el acto, nos estaba esperando nuestro padre polaco con los brazos abiertos para regresar a casa, donde hemos disfrutado de una cena familiar llena de risas.












