Dos madres embarazadas y nueve niños de nacimiento reciente tuvieron protagonismo sobresaliente en el acto organizado por la Delegación de Famlia y Vida con motivo de la Jornada por la Vida. Fue por la tarde del viernes 31 de mayo en el santuario de la Antigua, en Guadalajara. En la misa programada, que presidió el obispo Julián Ruiz Martorell, las madres y niños protagonistas recibieron la bendición especialasociada a la advocación de Ntra. Sra. de la Antigua Vida.

Una veintena de sacedotes diocesanos, con el obispo Julián Ruiz Martorell a la cabeza, viajaron a Valladolid el 30 de mayo para celebrar y ganar el jubileo del Santuario Nacional de la Gran Promesa, dedicado al Sagrado Corazón de Jesús. En este templo, según relato del propio protagonista, Francisco de Hoyos, el 14 de mayo de 1733, recibió la Revelación de la Gran Promesa, que contenía el mensaje “Reinaré en España y con más veneración que en otras partes”. Los peregrinos diocesanos celebraron la eucaristía y participaron en otros actos religiosos en este santuario. Además, los peregrinos aprovecharon la oportunidad para visitar el centro de Espiritualidad del beato Bernardo Francisco de Hoyos, la Catedral y el Museo Nacional de Escultura.

La joven comunidad parroquial de Valdeluz ha celebrado la primera procesión de su historia en la fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo el domingo 2 de junio. Fue una manifestación religioa sencilla a la vez que emotiva para los participantes. Un acto discreto al tiempo que histórico en las mismas semanas en que están ultimando obras del templo parroquial con vistas a ponerlo en pleno funcionamiento.

El grupo de Vida Ascendente de la diócesis celebró el final de su curso con una peregrinación al Santuario de la Virgen de la Hoz. La misa, presidida por el consiliario Pedro Cañamares y concelebrada por varios sacerdotes, fue el momento central de una jornada marcada por la oración, la convivencia y la fraternidad.

Tras la eucaristía, los asistentes realizaron una visita cultural al barranco de la Virgen de la Hoz y a la ciudad de Molina, enriqueciendo su experiencia con la belleza natural y el patrimonio histórico del lugar.

Este encuentro final refuerza los valores de fe y comunidad de Vida Ascendente, dejando una profunda huella en todos los participantes y renovando su compromiso de seguir creciendo juntos en el próximo curso.