El domingo 14 de mayo, segundo domingo de mayo, 57 Marcha a Nuestra Señora de la Salud de Barbatona, la mayor fiesta religiosa del año en nuestra tierra

 

Por Jesús de las Heras Muela

(Periodista y sacerdote. Deán de la catedral de Sigüenza)

 

 

 

 

 

 

 

 

La frase elegida como lema para la ya 57 Marcha Diocesana a Nuestra Señora de la Salud de Barbatona es  Con María, evangelizamos”. Será, como es fecha tradicional, el segundo domingo de mayo, este año, día 14. Comenzará a las 9 horas con la bendición de peregrinos en el atrio de la catedral. Tras dos horas de marcha orante a pie, a las 11 horas será la misa en la explanada del pinar de Barbatona. Todo ello presidido por el obispo diocesano.

Habrá también misas el sábado 13 a las 20 horas y el domingo 14 a las 13 y a las 18 horas. Por la tarde, habrá festival juvenil a partir de las 15:30 horas y a las 17 horas, en el santuario, vigilia de oración juvenil, vocacional y sinodal.

La intención general de la Marcha está dedicada este año a los jóvenes y las cofradías y hermandades, amén de orar por el sínodo diocesano y el sínodo universal.

Las ofrendas de este año obedecen, sobre todo, a efemérides en distintas parroquias, cofradías e instituciones diocesanas. Así, en las ofrendas estarán representados El Casar, Azuqueca de Henares, Valdegrudas, María Auxiliadora de Guadalajara, Cofradía del Cristo Yacente de Guadalajara, Marchamalo, Milmarcos, Maranchón, Cofradía de la Caballada de Atienza, Cofradía de la Virgen de la Peña de Brihuega,  Berninches, unidad pastoral de Aranzueque-Hontoba-Loranca de Tajuña, las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, el Colegio Farina y las Hermanas Doroteas de Azuqueca y las delegaciones diocesanas de Juventud y de Piedad Popular, Cofradías y Hermandades.

 

 

Pinceladas de su historia y su presente

 

(1) Orígenes y sentido: Las Marchas diocesana a Nuestra Señora de la Salud de Barbatona datan en 1965 , en homenaje y acción de gracias por la proclamación de María como Madre de la Iglesia, efectuada por el Papa Pablo VI, el 21 de noviembre de 1964, a propuesta de un grupo de padres del Concilio Vaticano II, entre ellos, el obispo de Sigüenza-Guadalajara, monseñor Laureano Castán Lacoma, y las posteriores gestiones con la Acción Católica Diocesana para organizar esta gran concentración mariana, que inicialmente no conllevaba explícitamente la vocación de continuidad, que, tras su éxito,  luego ha tenido y se ha consolidado, y con mucho, como la cita más numerosa y popular del calendario anual diocesano.

Junto con el citado homenaje a la Virgen Santísima, las Marchas a Barbatona buscaban y buscan desde entonces la potenciación de la piedad popular y la cohesión y comunión de la diócesis en aras a la misión. Este segundo aspecto de comunión diocesana es preciso, además, contextualizarlo en el hecho de que en 1956 se habían restructurado los límites geográficos de la diócesis, haciéndolo coincidir con los de la provincia civil de Guadalajara. Hasta entonces, 1956, el territorio de la provincia pertenecía a varias diócesis distintas y el histórico obispado de Sigüenza no llegaba a las zonas de los pantanos (eran del obispado de Cuenca, comarcas de Brihuega, Pastrana y Jadraque, ni a las comarcas de Guadalajara, Yunquera de Henares, el Casar y Azuqueca (pertenecían al arzobispado de Toledo). A cambio, el obispo histórico seguntino tenía territorio en las provincias de Soria, Segovia y Zaragoza.

 

(2) Fecha: Siempre en el segundo domingo de mayo, excepto en 1983, debido a que aquel día, 8 de mayo de 1983, hubo elecciones municipales y regionales. Como queda reflejado, la Marcha se trasladó al domingo 15 de mayo, tercer domingo de mayo, excepcionalmente. Fue la única vez que se cambió de domingo.

 

(3) Presidencia de las Marchas: Además de los correspondientes obispos diocesanos, han presidido la Marcha seis nuncios en España (Luigi Dadaglio, 1968; Antonio Inocentti, 1982; Mario Tagliaferri, 1989; Lajos Kada, 1996; Manuel Monteiro de Castro, 2002; Renzo Fratini, 2015; y está pendiente de invitación el actual nuncio, Bernardito Auza); y  nueve obispos distintos (en 10 ocasiones): Luis Alonso Muñoyerro,  1965; José Guerra Campos, en 1970; Marcelo González Martín, en 1976; Teodoro Cardenal Fernández, en 1977; Damián Iguacen Borau, en 1978; Victorio Oliver Domingo, en 1981; Elías Yanes Álvarez, en 1994; Juan José Asenjo Pelegrina, en 1998 y en 2002; y Francisco Álvarez Martín, en 1999; entonces, respectivamente, arzobispo castrense, obispo auxiliar de Madrid y secretario general de la CEE; cardenal arzobispo de Toledo: obispo de Osma-Soria; obispo de Teruel y Albarracín; obispo de Tarazona; arzobispo de Zaragoza y presidente de la CEE; obispo auxiliar de Toledo y secretario general de la CEE; y arzobispo de Toledo.

 

 

(4) Los obispos diocesanos presidieron el siguiente número de Marchas: Laureano Castán Lacoma, 10; Jesús Pla Gandía, 8; José Sánchez González, 13; y Atilano Rodríguez Martínez, 10 (más las misas de 2020 y 2021, dado que no pudo haber propiamente Marcha a causa de la pandemia COVID 19).

 

(5) Las intenciones generales más repetidas de las Marchas han sido:

1.- Jóvenes: 6 (1969, 1985, 2005, 2011, 2018 y 2023).

2.- Matrimonios y familias: 4 (1972, 1973, 1994, 2002).

3.- Enfermos: 4 (1980, 2020 y 2021 COVID 19 misa, pero no Marcha, y 2022).

4.- Vocaciones: 3 (1978, 1991, 2018).

5.- Sacerdotes: 3 ((1968, 2001, 2010).

6.- Europa: 2 (1986 y 1990).

7.- Migrantes: 2 (1967, 2017).

8.- Niños: 2 (1975, 2004).

9.- Mujeres: 2 (1970, 1995).

10.- Educadores (2007, 2012).

12.- Papa: 2 (1979, 1991).

12.- Obispo: 2 (1979 y 1981).

13.- Nueva Evangelización (1992 y 2014).

14.- Sínodo diocesano (2019 y 2022),

Una vez: Hombres del campo (1967), Comunidad diocesana (1971), España (1976), Laicado (1987), Religiosos (1994), Sínodo universal (2022), Cofradías y Hermandades (2023).

 

Además, la intención de la Marcha se centró asimismo en pedir por el desarrollo y frutos de eventos eclesiales especiales: Acción de gracias por la proclamación de María como Madre de la Iglesia (1965), Ante el Año Jubilar Ordinario Romano 1975 (1974), Primera visita apostólica a España del Papa Juan Pablo II (1982), Jubileo Extraordinario de la Redención (1983), Año Jubilar Mariano (1988), Año Jubilar Especial del V Centenario de la Evangelización de América (1993),  Gran Jubileo del Año 2000 y sus años preparatorios (1996, 1997, 1998, 1999 y 2000), Paz y Justicia (2002), Año Santo de la Fe (2013), Año Jubilar de la Misericordia (2016), Año Jubilar de la Catedral de Sigüenza (2019).

También han estado presentes en las intenciones de las Marchas las Jornadas Mundiales de la Juventud de Berlín en 2005, de Madrid en 2011 y Lisboa en 2023.

En tres ocasiones, la Marcha ha estado dedicado a la acción de gracias por la misma: 1989 (bodas de plata), 2014 (Marcha 50) y 2015 (bodas de oro).

 

(6) Pueden considerarse Marchas especiales, en razón de alguna efeméride especialmente singular, las siguientes:

1.- Marcha fundacional, en 1965.

2.- Bodas de Plata de las Marchas en su 25ª edición (1989).

3.- 50ª edición de la Marcha (2014)

4.- Cincuentenario de las Marchas (2015)

5.- La celebración de la misa del segundo domingo de mayo, en plena pandemia COVID 19, televisada en directo, pero sin Marcha, a estar España en estado de alarma por emergencia sanitaria grave (2020 y 2021).

 

(7) Otros datos de interés:

1.- En 1966, la diócesis, con la cuestación de los fieles (5 pesetas por personas), regaló a la imagen de la Virgen de la Salud una nueva corona, con la leyenda Madre de la Iglesia. La corona contiene piedras de colores de distintas zonas de la diócesis.

2.- En 1975, se adquirieron 40 copones con tapa movible y regulable, especialmente preparados para la distribución de la eucaristía en misas al aire libre. Con ocasión de la visita del Papa Juan Pablo II a Toledo, el 4 de noviembre de 1982, estos 40 copones fueron prestados para la celebración. Y así ha acontecido en eventos diocesanos. Los copones fueron sufragados por parroquias, arciprestazgos y pueblo fiel, con cuyos donativos en diez días se cubrieron los gastos.

 

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□ Últimas plazas para una peregrinación a Italia del 2 al 8 de julio

Desde la tarde del domingo 2 a la noche del sábado 8 de julio, discurrirá un nuevo cultural y religioso de la Asociación de Amigos de la Catedral de Sigüenza, con salidas desde Sigüenza, Guadalajara y Madrid. El destino será Italia, concretamente las ciudades de Roma, Asís, Siena, Florencia y Orvieto. El precio por personal, todo incluido y en habitación doble, es de 1.865 euros. Se puede ampliar información en los teléfonos 670 39 9161 y 949 390655.

Esta iniciativa viajera, cultural y religiosa, una de las más veteranas y populares de la diócesis, nació en 1990. Hasta ahora ha habido 72 viajes, con destinos a 37 países distintos de 4 continentes y a la práctica totalidad peninsular de España. El número de viajeros asciende a día de hoy a 3.716 participantes.

 

Artículo publicado en 'Nueva Alcarria' el 5 de mayo de 2023

La visita a la exposición es gratuita, todos los días de la semana, se halla en la sede del Arzobispado de Toledo y muestra, en diez espacios, 50 obras de arte

 

Por Jesús de las Heras Muela

(Periodista y sacerdote. Deán de la catedral de Sigüenza)

 

 

 

 

 

 

 

 

El próximo lunes, día 1 de mayo, Día Internacional del Trabajo y de los Trabajadores, es también para la Iglesia católica el día de la memoria litúrgica de san José, el esposo de la Virgen María, padre adoptivo y custodio de Jesús y patrono universal de la Iglesia, considerado, contemplado, como trabajador, como obrero, como artesano. En el final de este artículo, ofreceremos algunos apuntes acerca del origen y sentido de esta memoria litúrgico del santoral católica.

Ahora y en este contexto, nos vamos a acercar a Toledo, en cuyas dependencias del arzobispado, se muestra desde el 19 de marzo al 19 de abril una exposición artística sobre el santo. La exposición lleva por título: «San José. Esposo. Padre. Santo» y presenta pinturas y esculturas excepcionales de la catedral, de las parroquias y de otras instituciones diocesanas toledanas.

 

 

50 obras de arte, 10 espacios al hilo de la vida de san José

El Arzobispado de Toledo, a través de su Delegación de Fe y Cultura ha organizado una nueva exposición de arte dedicada a San José. La muestra está dividida en 10 espacios que presentan el desarrollo de la vida de san José: sus desposorios con la Virgen María, el Sueño de San José, La Natividad de Cristo, La Huida a Egipto, el Hogar de Nazaret, la Presentación del Niño en el templo, el taller de carpintero y la oración de San José, así como su santidad y su muerte santa.

Acercar la figura de san José a nuestro tiempo supone una ayuda para mostrar la belleza del amor esponsal, fiel y leal hasta la muerte, las pruebas de la vida y la valentía y confianza en Dios, el regalo de la paternidad, la alegría de la vida en familia, la entrega y obediencia a Dios, la bendición del trabajo y la santidad hasta la muerte.

El elenco de la exposición está formado por pinturas excepcionales de la catedral, entre las que se encuentran obras de Rizi, Orrente, Comontes, Luis de Velasco, Alonso del Arco y El Greco (ver foto que acompaña este artículo); también piezas importantes del seminario mayor de San Ildefonso, como una pintura de Jacinto Meléndez y un relieve que, tras su restauración, ha confirmado ser una obra excepcional de Alonso Berruguete; las esculturas de san José más destacadas de algunas parroquias toledanas como la obra de Salzillo, propiedad de la parroquia de San Nicolás, o la Huida a Egipto, de la parroquia de Santo Tomé, obra de los cinceles de Germán López Mejía. Así como algunas pinturas y esculturas de los conventos y monasterios que son desconocidas para el público por encontrarse en clausura y con iconografías novedosas y sorprendentes.

 

Artistas contemporáneos y patrocinadores

La archidiócesis de Toledo, además, está comprometida con el impulso a los nuevos artistas del arte contemporáneo sacro, por lo que ha invitado a 10 artistas a participar con obra reciente, algunas creadas para la exposición, con el fin de provocar un diálogo entre sus obras y las piezas tradicionales del renacimiento y barroco.

El proyecto ha sido patrocinado por diversas entidades como la Asociación Católica de Propagandistas, la Fundación Ángel Herrera, la Editorial SM-PPC, la Junta de Comunidades de Castilla la Mancha, la Diputación Provincial de Toledo y el Ayuntamiento de Toledo.

 

Diez restauraciones y catálogo

Se ha realizado un total de diez restauraciones de obras de arte, que han permitido recuperar el esplendor de piezas tan importantes como los Desposorios de la Virgen y San José, óleo sobre cobre, obra de Rubens y propiedad de la parroquia de Santa María la Real de los Yébenes, o el lienzo de Alonso del Arco, propiedad de la catedral, que, al encontrarse en la puerta del Perdón, a gran altura, había sufrido un deterioro, que impedía apreciar la calidad de las figuras. 

La exposición va acompañada de un catálogo editado por Ediciones SM-PCC, en el que han participado la profesora de arte de la Universidad Complutense de Madrid, Magdalena Lapuerta, junto a Irene Madroñal; el director del Instituto teológico San Ildefonso, Carlos Loriente García; el prestigioso médico Manuel Martínez Selles; la educadora Madre Lourdes Tafur; los padres de familia José Luis Gadea y Magui Álvarez; y el cineasta Juan Manuel Cotelo.

 

Cortometraje e informaciones prácticas

Se ha creado un breve cortometraje que acompaña el discurso expositivo obra de Diego Blanco, y su productora Número 52. La muestra tiene a la delegada diocesana de Fe y Cultura, Pilar Gordillo Isaza, como comisaria.

La exposición puede visitarse de forma gratuita del 19 de marzo al 19 de junio en la sala de exposiciones del Arzobispado, en calle Trinidad número 1, de domingos a jueves de 11 a 19 horas, y los viernes y sábados y otros festivos de 11 a 21 horas. Para más información: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.. Para reservas de grupos: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

 

Así presenta la comisaria la exposición

         «La Iglesia de Toledo sale al encuentro del hombre de hoy, con la persona más humilde y escondida de la Familia de Nazaret: San José, ESPOSO verdadero de la Virgen María, PADRE virginal de Jesús, el Cristo, y SANTO, feliz y bienaventurado, por amar a Dios con todo su corazón, con toda su mente y con todas sus fuerzas.

Al tiempo que nuestros jóvenes acumulan heridas afectivas, que los incapacitan para el amor, el matrimonio, con su promesa de fidelidad para siempre, deja de ser ilusionante. Ante la perspectiva de formar una familia, sienten vértigo ante la paternidad y la posibilidad de dar la vida por el otro. La huida del sufrimiento, de la vida real, con cualquier alienación, parece la única salida. 

San José es la certeza de que es posible la entrega de la vida. Con la ayuda de Dios, fiado de Dios, de la mano de Dios, un hombre enteramente en Dios. San José es la prueba de que es posible hacer la voluntad de Dios y de que hacerla, conlleva la mayor felicidad en esta vida.

Para conocer a San José y dialogar a la luz de su figura, reunimos 50 obras de arte del patrimonio de la ciudad de Toledo: su catedral, seminario, parroquias y Conventos, junto a 10 obras contemporáneas creadas para esta exposición.

Y lo hacemos porque queremos que nos contagie las razones profundas de su existencia, y nos ilumine el sentido de nuestra vida, porque necesitamos que nos transmita el amor a Jesús, y nos dilate el corazón para capacitarnos para el amor, la fe y la esperanza».

 

Orígenes y sentido de la fiesta de san José Obrero

San José Obrero, en latín «Sancti Joseph opificis», es la celebración litúrgica de la Iglesia católica, establecida por Pío XII, en 1955, el 1 de mayo, haciéndola coincidir en la misma fecha del Día Internacional del Trabajo y de los Trabajadores.

El evangelio se refiere a José como el artesano (en el original griego, «τεχτων», Mateo 3, 55). Con él trabajó Jesús, que era conocido también como «artesano» (Marcos 6, 3)​.

Los primeros escritores cristianos suelen hablar de él como carpintero. Así, en el siglo II, san Justino, hablando de la vida de trabajo de Jesús, afirma que hacía arados y yugos; y quizás, basándose en esas palabras, san Isidoro de Sevilla (siglo VI) concluye que José era herrero. En todo caso, se trata de «un obrero, de un trabajador, que trabajaba en servicio de sus conciudadanos, que tenía una habilidad manual, fruto de años de esfuerzo y de sudor», concluye en el santo autor del libro de «Las Etimologías», considerado la mejor enciclopedia del saber en su tiempo y un libro todavía muy válido.

El Papa Pío IX en 1847 estableció para la Iglesia universal la fiesta de san José como patrono de los trabajadores, fijándola para el tercer domingo de Pascua. León XIII, en su encíclica «Quamquam pluries», resaltó el papel del trabajo en la vida de San José y su ejemplo para los trabajadores; y Pío X, trasladó esta fiesta al miércoles anterior. Y ya fue Pío XII quien, en 1955, estableció su fiesta propia el 1 de mayo y suprimió la anterior.

 

Origen del Día de los Trabajadores y su asunción por parte de la Iglesia

En Chicago (Estados Unidos), la Federación Americana del Trabajo, convocó para el 1 de mayo de 1868 una huelga general pidiendo que se estableciese la jornada máxima de trabajo de 8 horas. Desde entonces, en algunos países, se empezó a conmemorar aquella reivindicación cada 1 de mayo A lo largo del siglo XX, se extendió por la mayor parte de los países la celebración de ese día como fiesta del trabajo, reivindicación de los derechos de los trabajos y su consideración como una fiesta laboral. Y ya en la segunda década del siglo XX se extiende el Día Internacional del Trabajo en la práctica totalidad del mundo.

En este contexto, Pío XII decide establecer la fiesta litúrgica de San José Obrero y hacerla coincidir con el día 1 de mayo. Así, poniendo en valor la labor que los cristianos han de realizar para dar un sentido cristiano al trabajo, y hacer que la justicia reine en las relaciones laborales, afirmó, textualmente que «como Vicario de Cristo, queremos reafirmar [estos valores], aquí, en esta jornada del 1 de mayo que el mundo del trabajo se ha otorgado a sí mismo como celebración propia, con la intención de que todos reconozcan la dignidad del trabajo, y que este inspire la vida social y las leyes, basadas en el reparto equitativo de derechos y deberes».

Y añadió: «Así el 1 de mayo, acogido por los obreros cristianos, y casi recibiendo el crisma cristiano, lejos de ser un despertar de la discordia, el odio y la violencia, es y será una invitación recurrente a la sociedad moderna a hacer lo que aún falta a la paz social. Fiesta cristiana, por tanto; es decir, un día de júbilo por el triunfo concreto y progresivo de los ideales cristianos de la gran familia del trabajo».

Y en el oficio litúrgico de la fiesta, se añadió la siguiente introducción: «Para que la dignidad del trabajo humano, y los principios que la sustentan sean grabados profundamente en las almas, Pío XII instituyó la fiesta de San José obrero, a fin de que brinde su ejemplo y protección a todas las uniones de trabajadores. A imitación suya, aquellos que ejercen profesiones laboriosas deben aprender con qué espíritu y enfoque llevar a cabo su cargo para que, obedeciendo el principio del orden de Dios, sometan la tierra y contribuyan a la prosperidad económica, obteniendo, al mismo tiempo, las recompensas de la vida eterna».

Este texto concluye con esta frase: «Y el guardián previsor de la Familia de Nazaret no abandonará a los que son sus compañeros de oficio y de trabajo: los cubrirá con su protección y enriquecerá sus hogares con riquezas celestiales».

 

Artículo publicado en 'Nueva Alcarria' el 28 de abril de 2023

Nueva mirada a Martín Vázquez de Are, el Doncel de la Catedral de Sigüenza, el caballero y doncel del libro, ahora en las vísperas del Día del Libro, 23 de abril

 

Por Jesús de las Heras Muela

(Periodista y sacerdote. Deán de la catedral de Sigüenza)

 

 

 

 

 

 

 

 

En el brazo del crucero sur de la catedral de Sigüenza, junto a la lauda que hace memoria de su consagración litúrgica el 19 de junio de 1169 y junto a la subida a la Torre de Gallo, se halla la capilla más famosa de la Catedral, popularmente conocida como Capilla del Doncel, dedicada a san Juan y santa Catalina.

Su importancia proviene no solo por albergar el símbolo de la ciudad, la estatua alabastrina del joven Martín Vázquez de Arce, “el Doncel de Sigüenza”, sino por el excelente conjunto de escultura funeraria que acoge en su interior, uno de los máximos exponentes del arte funerario español.

 

 

Exterior de la capilla del Doncel

La portada de la capilla es de comienzos del siglo XVI, de composición renacentista y con labores de estilo plateresco que responden a las trazas de Francisco de Baeza, Sebastián de Almonacid, Juan de Talavera y Peti Juan. Se dispone con un arco de medio punto que lleva a sus lados columnas jónicas de dos tramos. Sobre el arco se observan los emblemas heráldicos de los patronos, la familia de los Arce. En la parte superior de la clave y enjutas del arco se encuentra un entablamento con la inscripción, flanqueada por el escudo del obispo de Canarias, Fernando de Arce, hermano del Doncel y mecenas de esta capilla. La entrada se corona un magnífico frontón semicircular con la representación artística de la Epifanía.

La reja, de estilo gótico renacentista, es de la autoría de Juan Francés. Fue pintada y dorada por el maestro Juan de Arteaga. Por todo ello antes de entrar en la capilla del Doncel, es preciso prestar atención a una serie de elementos artísticos y arquitectónicos. Así, sobre la parte derecha de la portada se sitúa uno de los principales restos románicos de la Catedral, la trompa del brazo sur del crucero. En la parte baja, en el dintel de la puerta de las escaleras que dan acceso a la denominada torre del Santísimo se observa un crismón con la inscripción del año de consagración del templo, como ya se dijo al comienzo.

También a la derecha de la entrada pudo apreciarse, hasta el pasado 12 de diciembre, una vez clausurada la exposición ATEMPORA (ahora está en el costado norte de esta capilla, al comienzo de la girola, concluida la nave de la Epístola) una parte del antiguo retablo que presidía el altar de la capilla de los Arce o del Doncel en el siglo XV. Las pinturas, atribuidas a Juan de Sevilla, hacen referencia a los santos titulares de la capilla: san Juan Bautista y santa Catalina de Alejandría. En la actualidad, algunas de sus tablas se encuentran en el Museo del Prado de Madrid.

 

Interior de la Capilla del Doncel

El interior es obra de los siglos XV-XVI. En esta capilla se encuentran los enterramientos de varios miembros de la familia noble Vázquez de Arce. Don Fernando de Arce y su esposa doña Catalina de Sosa, padres del Doncel, yacen en la parte central de la capilla. El padre del Doncel trabajaba al servicio de la familia Mendoza (Ducado del Infantado) de Guadalajara, familia muy comprometida con el proyecto de la reina Isabel la Católica de la unificación de España, que requería la conquista de Granada, todavía bajo poder musulmán, y en cuya guerra falleció Martín, nuestro Doncel.

Bajo el arco de la entrada descansan Martín Vázquez de Sosa y su mujer, doña Sancha Vázquez, abuelos del Doncel, además de la lauda sepulcral de doña Catalina de Arce y Bravo, sobrina del Doncel.

En el muro izquierdo de la estancia se encuentra el hermano del Doncel, don Fernando de Arce, obispo de la Canarias y ya citado. Justo a su lado se sitúa don Martín Vázquez de Arce, Doncel de Sigüenza.

 

Y ya ante la escultura del Doncel

El que ha sido llamado bello doncel, don Martín Vázquez de Arce, perdió la vida en 1486 en la reconquista de Granada a los 25 años. Este ilustre seguntino trabajaba en la corte de los Mendoza.

La posición del joven comendador, vestido de guerrero, en actitud de lectura y meditación no deja indiferente. En aquella época, las estatuas funerarias representaban a los fallecidos, dormidos y con los ojos cerrados. La postura, los ojos abiertos, el libro, son una fuente de enigmas que han dado fama al personaje.

Por encima del cuerpo del guerrero se lee en la pared un epitafio cincelado en caracteres góticos cuya inscripción funeraria reza así: “Aquí yace Martín Vázquez de Arce, caballero de la orden de Santiago, que mataron los moros, socorriendo el muy ilustre señor duque del Infantado, su señor, a cierta gente de Jaén, a la Acequia Gorda, en la vega de Granada. Cobró en la hora su cuerpo Fernando de Arce, su padre, y sepultólo en esta su capilla año 1486. Este año se tomaron la ciudad de Loja, las villas de Íllora, Moclín y Montefrío por cercos en que padre y hijo se hallaron”

El sepulcro de alabastro del Doncel de Sigüenza, de la última década del siglo XV (concretamente está datado en 1493, a los siete años de su muerte), está considerado como uno de los mejores monumentos funerarios de Europa. Pertenece a la escuela artística de Juan Guas, aunque no se conoce su autor concreto, más allá de varias hipótesis muy verosímiles, como la que lo atribuye a Sebastián de Almonacid. La factura artística de esta extraordinaria escultura es preciso encuadrarla en el estilo gótico tardío, también llamado gótico isabelino o gótico flamígero.

Se encuentra en un arcosolio de medio punto, adornado con crestería de motivos vegetales, indicativo de cómo el gótico ya va dejando paso al renacimiento. El sarcófago se apoya sobre tres cabezas de leones que se muestran desafiantes. El frontal del mismo se divide en cinco espacios, cuatro decorados con motivos florales y el central, donde dos pajes sostienen el escudo del joven caballero. Sobre un tejido labrado en el alabastro don Martín aparece representado semirrecostado, con los ojos abiertos, vestido con la armadura y la capa de la orden de Santiago, presenta las piernas cruzadas y un libro entre las manos.

La primera impresión que se advierte es su gran espontaneidad y serenidad. Se distingue una elegancia única, nacida de la esbeltez y la armonía de sus proporciones, signos de un caballero virtuoso. No expresa los sentimientos internos de una forma clara y definida, sino que tan solo los inicia e insinúa.

Uno de los atractivos de la efigie del Doncel es que no está muerto, ni dormido, sino ya despierto, anunciando la vida eterna. El conjunto funerario sugiere que acaba la edad antigua y comienza la modernidad. Es tiempo de que la espada deje paso al libro (o al menos, se compagine con él…), el guerrero al humanista.

 

 

El libro del Doncel

Las medidas del libro cerrado son de 11,5 X 15,5 centímetros. El grosor es de 10 centímetros. El libro abierto mide 25 X 15 centímetros. Y el número de páginas desde la mirada del Doncel, 19 páginas a su derecha y 17 páginas a su izquierda.

Pero, ¿qué lee el Doncel? Mucho se ha hablado y escrito al respecto… Pero antes de citar algunas posibilidades, tengamos en cuenta estas observaciones. La primera es que lo tiene en sus manos el Doncel es un libro y el libro nació, como tal, cuatro décadas antes de que se realizara la escultura. En concreto, fue el alemán Johannes Gutemberg quien, hacia 1450, inventó la imprenta de prensa ya quien se puede atribuir, pues, la invención del libro.  Su primer gran libro fue la primera edición de Biblia. Sería muy propio que, en una catedral, el Doncel leyera la Biblia o, si se quiere, el libro de los salmos de la Biblia, más apto todavía para un recinto catedralicio, o incluso un misal.

En segundo lugar, la escultura del Doncel es un anticipo del Renacimiento y del Humanismo renacentista, donde letras, armas y fe se aúnan. Esto descartaría que el Doncel leyera cualquier libro de caballerías o de origen, composición y mentalidad medieval. El Doncel refleja aquel ideal que glosó, dos o tres décadas después de la escultura, Garcilaso de la Vega con aquella máxima: “Ora la pluma, ora la espada”.

Se ha escrito que el libro del Doncel podría ser “La Eneida” de Virgilio (siglo I) y que nuestro Doncel, muerto en batalla, se mira en este poemario como en un espejo. Pero, ¿no sería más verosímil, más coetáneo y más concordante con el conjunto de la figura del Doncel y su mensaje, simbolismo y hasta mueca de melancolía (murió con 25 años y ya padre una niña, Ana, a quién dejó como heredera) pensar que lo que lee son “Coplas a la muerte de mi padre” de Jorge Manrique?  Y es que la figura lectora e integral del Doncel, ¿no evoca, inequívocamente, esos versos en lo que este autor, fallecido, también en campo de batalla, en 1479 escribe: “¡Cómo se viene la muerte, tan callando, cuán presto se va el placer; cómo después de acordado da dolor!… Nuestras vidas son los ríos que van a dar en la mar, que es el morir”.

 

Así describió al Doncel José Ortega y Gasset

El filósofo y escritor José Ortega y Gasset (1883-1955) dejó escrita la quizás más hermosa y sugerente descripción de la escultura y figura del Doncel, a la que calificó como “una estatua de las más bellas de España”.  He aquí, literalmente, su texto: “Es un guerrero joven, lampiño, tendido a la larga sobre uno de sus costados. El busto se incorpora un poco apoyando un codo en un haz de leña; en las manos tiene un libro abierto; a los pies un can y un paje; en los labios una sonrisa volátil. Cierto cartelón fijado encima de la figura hace breve historia del personaje.

Era un caballero santiaguista, que mataron los moros cuando socorría a unos hombres de Jaén, con el ilustre duque del Infantado, su señor, a orillas de la acequia gorda, en la vega de Granada.

Nadie sabe quién es el autor de la escultura. Por un destino muy significativo, casi todo lo grande es anónimo. De todas suertes, el escultor ha esculpido aquí una de esas antítesis. Este mozo es guerrero de oficio: lleva cota de malla y piezas de arnés cubren su pecho y sus piernas. No obstante, el cuerpo revela un temperamento débil, nervioso. Las mejillas descarnadas y las pupilas intensamente recogidas declaran sus hábitos intelectuales. Este hombre parece más de pluma que de espada. Y, sin embargo, combatió en Loja, en Mora, en Montefrío, bravamente. La historia nos garantiza su coraje varonil. La escultura ha conservado su sonrisa dialéctica. ¿Será posible? ¿Ha habido alguien que haya unido el coraje a la dialéctica?

 

 

Artículo publicado en 'Nueva Alcarria' el 21 de abril de 2023

Por Juan Pablo Mañueco

(escritor y periodista)

 

 

 

 

Noticias hay que llegan como el rayo

que golpea en impulso repentino

y deja los sentidos en desmayo.

 

Será la voluntad de Dios o el sino

que estas conmociones y sobresaltos

nos hagan tambalear en el camino,

 

sin poder resistir tantos asaltos

como el corazón sufre, por heridas

que dejan nuestra emoción dando saltos.

 

Dentelladas de muerte dan a vidas

los fechas en que hay rayos inclementes

que vienen entre duelos revestidas.

 

Inesperadamente, entre las gentes

caen los desconsuelos y congojas

que marcan aflicciones en las frentes.

 

Lo que ayer teníamos entre las hojas

frescas que parecía inalterable

es hoy un sueño, nada, paradojas

 

de una contradicción interminable

entre el ser y el no ser que, vitalicios,

van de lo deseado a lo probable.

 

En este mes de abril los perjuicios

han florecido junto a agricultura,

pues han rebosado almas de suplicios.

 

Agricultor izado a afición pura,

de su esfuerzo orgulloso y de sus frutos,

hoy ha caído a triste sepultura.

 

Del riego de sus árboles, minutos

le han llevado a tenderse entre la tierra

para este abril llenarnos con sus lutos.

 

Si triste es la jornada que se cierra

con bruna anochecida del ocaso,

peor la que a un amigo se le entierra.

 

Se equivocó la tierra al dar el paso.

Se equivocó la tierra al reclamarte.

Se equivocó el frutal en su fracaso

 

al requerir tu vida parte a parte.

Los campos granarán de peor suerte…

Las espigas ya hoy van a llorarte…

 

Y el grano… cuando junio al fin despierte

y vea que no está quien lo sembrara

y sepa las noticias de tu muerte.

 

Correrá el dato por Guadalajara,

se esparcirá por toda La Campiña

que ya no está quien tanto la labrara,

 

que ya el azul celeste no escudriña

quien allí la buscaba entre las nubes

su ración de agua, como vital viña.

 

En tu nombre levanto, mientras subes,

esta tormenta de versos que te hablan

de dolor y añoranzas entre uves.

 

Estrofas que mi voz aquí la entablan

para seguir hablando de los días

que la tierra allanada ya la atablan

con recuerdos de antes: melancolías

 

y siembras de las horas de ayer  que hoy, sin ti, se van quedando frías.

 

 

 

 

Abril de 2023

Por José Ramón Díaz-Torremocha

(Conferencia Santa María, Guadalajara)

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Maestro, a esta mujer se le ha sorprendido en el acto mismo de adulterio.  En la ley Moisés nos ordenó apedrear a tales mujeres. ¿Tú qué dices?”

 Con esta pregunta, le estaban tendiendo una trampa, para tener de qué acusarlo. Pero Jesús se inclinó y con el dedo comenzó a escribir en el suelo.  Y como ellos lo acosaban a preguntas, Jesús se incorporó y les dijo:

Aquel de ustedes que esté libre de pecado, que tire la primera piedra.

 E inclinándose de nuevo, siguió escribiendo en el suelo. 

—Tampoco yo te condeno. Ahora vete, y no vuelvas a pecar” (Juan 8:1-11)

¿Qué escribía Cristo? ¿Qué escribiría mientras soportaba la trampa que pretendían imponerle los fariseos? Con frecuencia, desde chico, me hacia esta pregunta cuando leía el Evangelio de Juan o lo oía proclamar. ¿Dónde estaba el pensamiento del Señor? Desde luego no en la condena de la mujer pecadora a quien ha de tratar con la misericordia que sólo Dios encarnado puede otorgar. Debía de estar pendiente del sufrimiento de la mujer. De la vergüenza pública de su pecado o al menos, de que la hubieran pillado en él, en el pecado. Cristo, ve en el corazón de la mujer, tantos sentimientos encontrados. ¡Ve los sucesivos acontecimientos que la han llevado hasta el pecado y siente lastima del pecador!

También mira y escruta en las almas de los acusadores. No les importa la mujer, no les importa su pecado, sólo les importa someterle, a Él una vez más a una trampa, en la que también una vez más no ha de caer. Seguramente en el tumulto que se forma alrededor de la mujer, distingue a los que verdaderamente quieren cumplir con limpieza de espíritu la Ley de Moisés y los que únicamente quieren no ver su propio pecado. No detectan y tampoco parece importarles la otra parte: al hombre necesario para consumar el adulterio y de quien parecían no acordarse los “amigos de la Ley”

Finalmente, Cristo no justificará un comportamiento desordenado: “vete y no vuelvas a pecar”. No está bien pero: ¡quién esté libre de pecado…………..!

A veces, con frecuencia, pretendemos que son los otros los que tienen que rectificar y no nosotros y lo hacemos, también con desgraciada frecuencia, cómo desde un estadio moral superior. Pecado del que no estamos exentos en las Conferencias.  ¿De verdad estamos justificados en esa posición y exposición de fortaleza moral o la hemos pretendido siendo tan pecadores o aún más, que el hermano que está cometiendo el reprobable delito?

Por otro lado, finalmente, descubrí que tampoco era importante lo que escribiría Jesús. Sólo era importante para el Evangelista y debe serlo para todos los hombres de buena voluntad, desde luego para los cristianos, trasmitir la ternura de Cristo con el pecador. La ternura con la que nos espera siempre para amarnos y mostrarnos el camino. No habrá por su parte, justificación de lo mal hecho. No justificará. Pero no puede ir contra sí mismo: no puede ir en contra del Amor.

A Cristo siempre por y con María

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