En el día de la Santísima Trinidad, la Iglesia católica en España celebra, además, la jornada pastoral de la Vida Contemplativa, el Día Pro Orántibus. Se trata de una ya veterana jornada eclesial dedicada a los monjes y monjas de clausura, para dar gracias y para rezar y colaborar por y con ellos y con y por ellas.
“La vida contemplativa, cerca de Dios y del dolor del mundo” es la frase elegida como lema para esta jornada eclesial de hoy del Día Pro Orántibus, de la jornada de la vida consagrada contemplativa. En toda España, hay en torno a nueve mil monjes y monjas; y en nuestra diócesis, ya menos de un centenar de contemplativas.
Diez son los monasterios contemplativos que hay en la diócesis. De Benedictinas, en Valfermoso de las Monjas; de Clarisas, en Sigüenza; de Carmelitas Descalzas, en Iriépal y en Guadalajara; de Cistercienses, en Buenafuente del Sistal y en Brihuega; de Ursulinas, en Sigüenza; de Concepcionistas Franciscanas, en Guadalajara y Pastrana; y de Jerónimas, en Yunquera de Henares.
Las Concepcionistas de Pastrana y las Concepcionistas de Guadalajara son los dos monasterios diocesanos con menor número de monjas. El monasterio más antiguo es el de las Benedictinas de Valfermoso de las Monjas, fundado en 1186. El monasterio de San Juan Bautista de Valfermoso de las Monjas es también el más numeroso, seguido de las Carmelitas de Guadalajara y las Clarisas de Sigüenza.




Silencio que al finalizar rompimos leyendo las frases que portábamos los participantes, éstas son algunas: “trabajar en el campo entre fertilizantes y sin protección, vulnera mi salud”, “trabajar sin contrato nos pone en riesgo”, “que el lugar de trabajo sea un lugar seguro donde se cuide siempre la vida del trabajador”, “denunciamos las causas que están detrás de los accidentes laborales: la falta de control en las medidas de seguridad, la escasa formación, el empleo precario o la economía sumergida”.













