El obispo de Sigüenza-Guadalajara, Mons. Atilano Rodríguez, presidió en la tarde del pasado 2 de febrero, fiesta de la Presentación de Jesús en el Templo, una eucaristía con motivo del jubileo de los religiosos de la diócesis, coincidiendo con la Jornada Mundial de la Vida Consagrada, que sirvió de colofón y de clausura del año dedicado en toda la Iglesia a los consagrados.
Acompañado de medio centenar de sacerdotes, más de un centenar de religiosos y un buen grupo de laicos, el obispo celebró la liturgia propia del día. Todos los participantes en la eucaristía celebrada en la concatedral de Guadalajara, atravesaron la puerta santa del templo jubilar con candelas encendidas en sus manos. En su homilía Mons. Rodríguez dio gracias por todo lo vivido en el año de la vida consagrada y por la “entrega apasionada de los consagrados a la construcción del Reino de Dios”. El prelado también animó a todos los presentes a ser “profetas y testigos de Jesucristo en la Iglesia y en el mundo”, sobre todo “en estos tiempos de tanta confusión ideológica y de tanta ignorancia religiosa”.
En la eucaristía preparada por el presidente de la Confer diocesana, Juan José Gasanz, religioso josefino, concelebró también el vicario para la Vida Consagrada de la diócesis, Ángel Moreno, recientemente nombrado misionero de la misericordia por el papa Francisco, que al final de la celebración leyó ante la asamblea el decreto por el cual el obispo diocesano instaura en la diócesis, teniendo en cuenta “las orientaciones y normas de la Iglesia”, el Orden de las Vírgenes.
Al concluir la eucaristía se proyectó una presentación con imágenes de las distintas convocatorias del año que concluía, se hizo un obsequio a todos los presentes y se ofreció un ágape que todos compartieron.