El domingo se celebró en el Seminario el primer encuentro de la Escuela de Monaguillos en nuestra Diócesis de Sigüenza-Guadalajara. Hay que destacar la ilusión con que los niños participaron en esta jornada, la atención que mostraban en la catequesis, la energía que emplearon en los juegos y el silencio que crearon para poder escuchar a Jesús en la capilla.

Los padres de los niños tuvieron tiempo para compartir sus experiencias como educadores en la fe de sus hijos. Tanto ellos como los párrocos y don Atilano agradecieron a Dios este don de los monaguillos, y se comprometieron a seguir ayudándoles a responder con generosidad a esta llamada que han sentido para servir en la celebración de la Eucaristía y ser buenos cristianos en los distintos ambientes en que se muevan.

Redmadre Guadalajara anuncia una nueva edición del curso de educación afectivo-sexual “Aprendamos a amar”, pensado para padres, docentes, catequistas y animadores juveniles. Con una duración de 30 horas, lo impartirá un equipo de especialistas de la Fundación Desarrollo y Persona en tres ciclos de jornada y media: 28-29 de octubre, 1 -19 de noviembre y 2-3 de diciembre (los viernes, de 17:30 a 20:30; y los sábados, del 10:00 a13:30 y de 15:30 a 19:00).

El curso, que está reconocido como “título propio” de la Universidad Francisco de Vitoria, tiene doble opción de matrícula: individual, 65 euros; matrimonio, 95 euros; ofrece plazas limitadas y cuenta con la colaboración de la Delegación de Familia y de la parroquia de San Juan de Ávila.

Recién llegados, al amanecer del "primer día después", lo primero que surge, es, agradecimiento.    

Gracias a nuestro insuperable guía, D. Agustín Bugeda, con su derroche de sabiduría sobre la cultura e historia romana y vaticana, intentaba en todo momento, con gran paciencia y afabilidad, que las comprendiésemos.

Pendiente de nosotros en cada instante, hasta en el que pudiera parecer, más insignificante detalle. 

Gracias a nuestro especial D. Ángel Moreno por su infatigable tarea de sublimar nuestro espíritu, cada comienzo y fin de día, con oraciones y cánticos. Con su visera blanca, siempre a nuestra vista al mirar atrás, y pendiente en todo momento del último rezagado.

Gracias a nuestro entrañable Señor Obispo Don Atilano, unido a nosotros en la segunda mitad de la peregrinación. Su sencillez, naturalidad, y cariño, mezclado entre nosotros como uno más, nos han enamorado.

Gracias también a los sacerdotes que con mucha simpatía, han compartido con nosotros: D. Vicente Magro, D. José Luis Ruiz y D. José Luis Perucha.

Pero, sobre todo, gracias a nuestro Señor. Que Él, nos haga ser conscientes de las "gracias" recibidas, en estos días y a lo largo de nuestra vida, y nos ayude a  administrarlas a cada instante. Contamos con su Divina Misericordia.

Los peregrinos de la diócesis de Sigüenza-Guadalajara en el año jubilar de la Misericordia 2016.