Por la Comunidad de la Madre de Dios

(Monasterio cisterciense de Buenafuente)

 

 

Muy queridos amigos en Jesús de Nazaret, nuestro Único Señor:

Escuchemos al Papa Francisco, en su mensaje cuaresmal: “No dejemos transcurrir en vano este tiempo favorable”. Este es también nuestro deseo, por nosotras mismas, por la misión que nos encomienda la Iglesia y “Porque la mies es abundante, pero los trabajadores son pocos” (Mt 9, 37). En Buenafuente del Sistal, todos los martes, si no hay otra intención, celebramos la Eucaristía por las vocaciones. Ahora, que hemos escuchado al Santo Padre y ante las situaciones tan dolorosas que se viven hoy en nuestro mundo, nos urge vivir con más celo nuestro voto de Conversión de Costumbres, en bien nuestro, de los cristianos y sobre todo, en bien de la humanidad sufriente.

San Benito dedica en su regla el capítulo cuarenta y nueve a la observancia cuaresmal, con intención similar a la del Papa Francisco. Refiriéndose a todos los que vivimos bajo el “yugo suave” de la Regla, dice: “Durante los días de Cuaresma, todos juntos, lleven una vida íntegra en toda pureza y que en estos días santos borren las negligencias del resto del año”.

La Iglesia acude en ayuda de nuestra debilidad (Cf. Rom 8,26), para pasar de vivir centrados en nosotros mismos a vivir para el Señor, a descentrarnos, porque el Otro es Cristo. En el comienzo de un movimiento eclesial actual, la Virgen María inspiró a uno de sus iniciadores esta misma centralidad de la fe: “Hay que hacer pequeñas comunidades como la sagrada familia de Nazaret, que vivan en humildad, sencillez y alabanza y donde el otro sea Cristo”. Esta tarea, que es de toda la vida, no podemos realizarla solos. Siempre, nuestra Madre la Iglesia, nos ha invitado en este tiempo a usar las armas del ayuno, la limosna y la oración. Estas prácticas, están muy bien descritas en el mensaje del Papa Francisco para esta Cuaresma de 2019, que os invitamos a leer y a reflexionar sobre él. Esta ascesis no tiene un fin en sí misma, sino para celebrar la Pascua, el paso “de la esclavitud de la corrupción para entrar en la gloriosa libertad de los hijos de Dios” (Rm 8, 21).

Esta labor, de salir de nosotros mismos, fundamental para seguir y vivir como Jesús, la describe Mikel Azurmendi en su libro “El Abrazo”: “Para que la fe se mantenga viva, es esencial este ejercicio de desplazarse uno del centro de su vida y de su mundo a fin de ir dejando entrar el agua que sana la vida. De ahí lo perentorio de la Caritativa”. “La Caritativa” es como se denomina, en el movimiento eclesial del que habla el mencionado libro, a la actividad social o de ayuda, que todos sus integrantes realizan al menos una vez al mes.


Unidos en el camino cuaresmal

Vuestras hermanas de Buenafuente del Sistal

Por Cáritas Diocesana

(Sigüenza-Guadalajara)

 

 

Mensaje de Cuaresma del Papa Francisco 2019

 

“Que nuestra Cuaresma suponga recorrer ese mismo camino, para llevar también la espe-ranza de Cristo a la creación, que ‘será liberada de la esclavitud de la corrupción para entrar en la gloriosa libertad de los hijos de Dios’. No dejemos transcurrir en vano este tiempo fa-vorable. Pidamos a Dios que nos ayude a emprender un camino de verdadera conversión. Abandonemos el egoísmo, la mirada fija en nosotros mismos, y dirijámonos a la Pascua de Jesús; hagámonos prójimos de nuestros hermanos y hermanas que pasan dificultades, compartiendo con ellos nuestros bienes espirituales y materiales”.

El camino hacia la Pascua nos llama precisamente a restaurar nuestro rostro y nuestro corazón de cristianos, mediante el arrepentimiento, la conversión y el perdón, para poder vivir toda la riqueza de la gracia del misterio pascual.

La Cuaresma es signo sacramental de esta conversión, es una llamada a los cristianos a encarnar más intensa y concretamente el misterio pascual en su vida personal, familiar y social, en particular, mediante el ayuno, la oración y la limosna.

Ayunar, o sea aprender a cambiar nuestra actitud con los demás y con las criaturas: de la tentación de “devorarlo” todo, para saciar nuestra avidez, a la capacidad de sufrir por amor, que puede colmar el vacío de nuestro corazón.

Orar para saber renunciar a la idolatría y a la autosuficiencia de nuestro yo, y declararnos necesitados del Señor y de su misericordia.

Dar limosna para salir de la necedad de vivir y acumularlo todo para nosotros mismos, cre-yendo que así nos aseguramos un futuro que no nos pertenece. Y volver a encontrar así la alegría del proyecto que Dios ha puesto en la creación y en nuestro corazón, es decir amar-le, amar a nuestros hermanos y al mundo entero, y encontrar en este amor la verdadera felicidad.

Que nuestra Cuaresma suponga recorrer ese mismo camino, para llevar también la esperanza de Cristo a la creación.

No dejemos transcurrir en vano este tiempo favorable. Pidamos a Dios que nos ayude a emprender un camino de verdadera conversión.


Del Mensaje del Papa Francisco para esta Cuaresma 2019

Por Alfonso Olmos

(director de la Oficina de Información)

 

 

La disolución de las Cortes y el comienzo de la cuaresma dan paso a un tiempo nuevo: un tiempo que tiene que ser de reflexión, de meditación, de conversión personal y comunitaria. El calendario litúrgico y el electoral, este año, caminan de la mano y se corre el riesgo de ser abducidos por los mensajes de los líderes políticos y obviar o postergar el evangelio, el mensaje de Jesús.

La disolución de las Cortes conlleva la convocatoria de elecciones. Siempre que hay comicios los partidos preparan sus programas y efectúan un despliegue de medios compulsivo, para convencer a los electores de que sus principios y sus políticas son los que más convienen.

La Iglesia también hace un despliegue de medios en cuaresma. Se multiplican las iniciativas y los encuentros para discernir lo que Dios quiere de nosotros. Los cristianos también en este tiempo tenemos nuestro particular programa: limosna, ayuno y oración. ¡Qué lejos estamos de los criterios humanos!

Los mítines y las tertulias de los próximos días pueden dejarnos episodios bochornosos con insultos, mofas y desvergüenza. Mientras, en las homilías, en las catequesis o en los retiros espirituales, seguiremos insistiendo en el perdón, la misericordia y la reconciliación.

El papa Francisco, en su mensaje de cuaresma, nos pide que “no dejemos transcurrir en vano este tiempo favorable” y emprendamos “un camino de verdadera conversión”, y nos da unas claves para actualizar las actitudes clásicas de este tiempo. El ayuno que Dios quiere en esta cuaresma es tener “capacidad de sufrir por amor”. La limosna es “salir de la necedad de vivir y acumularlo todo para nosotros mismos”, es decir del egoísmo, para amar a Dios “a nuestros hermanos y al mundo entero, y encontrar así en este amor la verdadera felicidad”. La oración que necesitamos es la del abandono para “declararnos necesitados del Señor y de su misericordia”.

Este año la jornada de reflexión preelectoral es más larga que nunca, dura más incluso que la propia cuaresma. Abandonemos el egoísmo. Tengamos altura de miras. Nos jugamos mucho. Que Dios nos ayude y nos pille confesados.

Por Javier Bravo

(Delegación de Medios de Comunicación Social)

 

 

Volvemos, después de algunos meses sin hacerlo y al inicio del camino Cuaresmal, tiempo penitencial y de conversión, a echar un vistazo por la diócesis y por sus espacios en internet. En esta ocasión, me centraré en alguna delegación diocesana y Movimiento de Apostolado Seglar, así como alguna parroquia.

Traemos a este blog de opinión la web de la parroquia guadalajareña de San Diego de Alcalá recientemente rediseñada, dinámica y muy sencilla en el manejo. Para ella es nuestro ME GUSTA mensual. Se puede acceder a ella desde la web del obispado en el apartado enlaces o en la dirección: https://www.parroquiasandiegodealcala.es/. Hay que destacar que, como novedad en los enlaces de la web del obispado, aparece una web nueva de una parroquia de Guadalajara: la parroquia del Santísimo Sacramento. Os dejo su dirección y hablaremos de ella en otra ocasión: https://santisimosacramento.es/.  

En cuanto a las delegaciones y movimientos de apostolado seglar se refiere, me gustaría, como siempre hago de manera constructiva, dar el NO ME GUSTA, por varios motivos, a la web diocesana del Movimiento de Cursillos de Cristiandad. El primero es su diseño. No es algo que llame a atención, el fondo gris y muy poco contenido en la página de inicio hacen que la web no sea muy atractiva. Además, a modo de ejemplo por no extendernos, el enlace de actualidad y noticias te lleva a otra página donde la imagen no tiene ningún enlace y no aparece ninguna noticia. Ya hemos dicho muchas veces que no hace falta actualizarla todos los días pero sí con cierta frecuencia y, al menos, que los enlaces funcionen; si no, es mejor no poner nada.

Para terminar el artículo de este mes, acabamos de iniciar la Cuaresma, camino hacia la Pascua, y siendo la Cuaresma una especial oportunidad, echando un vistazo por esto que llaman “la internet”, he encontrado en la página de Verbo Divino un calendario de Cuaresma donde se nos invita a hacer el camino cuaresmal con ellos abriéndonos a las sorpresas de Dios y a la renovación de nuestra vida. Para ello, nos proponen  cada día un texto diferente extraído de La Buena Noticia de cada día 2019  (http://www.verbodivino.es/194/el-camino-de-la-buena-noticia-de-la-cuaresma---2019); se podrá acceder a él haciendo clic en el día correspondiente. Una oportunidad para aprovechar y nutrirnos de la Palabra y crecer también espiritualmente durante este tiempo litúrgico.

Sin más por esta vez, hasta una nueva ocasión. Feliz Cuaresma también en las Redes.

Por Lourdes Mesa

(Conferencia San Vicente de Paúl Nuestra Señora de la Antigua en Guadalajara)

 

 

A veces, he oído a alguna persona decir: yo no tengo talentos, soy muy normal, “del montón”.

Al pensar en los talentos recibidos, de los que nos habla la Biblia, en Mt. 25, 14-30, nos parece – al menos a mí – que son aquellas capacidades que nos hacen destacar de los demás, brillar de alguna manera. Por ejemplo, cantar con una bonita voz y sin desafinar, destreza para pintar, bailar sin descompasar al son de la música…, pero siempre nos lo imaginamos en su punto más álgido, en el de ser admirados en esta capacidad, a los ojos del mundo.

Hay talentos innatos en todo ser humano. ¿Acaso Dios no nos ha creado con la capacidad de sonreír, de amar, de ser amables con los demás, de escuchar, de poner nuestro tiempo al servicio de los que nos necesitan…? ¿No son talentos? ¡Claro que sí!

La sonrisa es la expresión silenciosa más cosmopolita. Se expresa igual en cualquier idioma, en cualquier raza, en cualquier creencia religiosa… Si la hacemos desde lo más profundo de nuestro ser, es también expresión del amor que todo ser humano merece.

Quizás desafine cantando, pero nunca desafinaré si soy capaz de sonreír a los demás, de abrirme y acoger la vida que se me ofrece cada día. De amar sin puertas ni fronteras.

La sonrisa tiene “poderes mágicos”. Cuando alguien nos sonríe, algo se mueve dentro de nosotros, capaz de transformar nuestra hosquedad. ¿No es éste uno de los talentos que el Señor nos ha regalado?

Pero también estos talentos hay que cultivarlos y hacerlos crecer, como nos sigue diciendo la parábola. Se nos han concedido en germen y tenemos que abonarlos, quitar los abrojos, cuidarlos para que fructifiquen.

Al igual que un gimnasta tiene que hacer día tras día sus ejercicios para ser un buen atleta, también nosotros, tenemos que entrenarnos en estos talentos recibidos.

Si somos capaces de ejercitarnos en ello, algún día, no muy lejano, brotará en nosotros la sonrisa, el amor incondicional, la amabilidad, la capacidad para escuchar…, como fuente de alegría interior, del amor con el que Dios nos ha alcanzado y, entonces, se tornará en nuestro modo de vida.

Los bautizados, además, contamos con un extra: los dones del Espíritu Santo. Si los talentos pertenecen a la naturaleza con la que Dios nos ha pensado, los dones son regalos extraordinarios que El Espíritu Santo nos concede y que, además, podemos pedir. Si yo no sé escuchar las necesidades de mis hermanos, desde la fe, puedo ir a Él y pedirle que me conceda ese don, lo único que tengo que hacer es abrir mi corazón y dejarme alcanzar.

Desde aquí, la vida tiene sentido y “los del montón”, podemos sentirnos extraordinarios porque la mirada de Dios en cada uno de nosotros, lo hace posible.

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